El Gobierno de Canarias quiere quemar sus últimos cartuchos en un intento de evitar que Repsol realice las prospecciones petrolíferas cerca de Lanzarote y Fuerteventura a finales de este año. El jefe del Ejecutivo autónomo, Paulino Rivero, confía en reunirse este mes con el presidente nacional, Mariano Rajoy, para volver a expresarle la oposición "mayoritaria" de la sociedad canaria a los sondeos. Los gabinetes de ambos mandatarios están cuadrando sus agendas, según el dirigente nacionalista, extremo que eludió confirmar ayer Moncloa. El encuentro se produciría después de que el 14 de agosto Rivero amenazara con una "ruptura de las relaciones institucionales" si no se detienen las catas, autorizadas de forma unilateral. Ayer volvió a repetir su advertencia sin concretar cómo se fraguaría esa ruptura con Madrid. Rivero espera también reunirse en septiembre con el rey Felipe VI. "La Casa Real ha dicho que desde que la cita se pueda encajar en la agenda se encajará", precisó.

Entretanto, el presidente canario continúa sus contactos para consensuar y definir la pregunta que se someterá a consulta popular posiblemente a fines de octubre. "Será una pregunta que nos una a todos", aseveró el dirigente nacionalista. Si bien, trece colectivos sociales y ecologistas pusieron ayer sobre la mesa sus exigencias, que pasan porque la cuestión contenga la palabra "prospecciones" y aluda a las aguas que circundan las Islas, materias que justo dependen legalmente del Estado y que no podrían aparecer en el texto. De hecho, Rivero tiene claro que la cuestión debe ser "clara, directa, muy sencilla y legal. Ésas son las condiciones que debe tener la pregunta para que no pueda ser recurrida".

Hasta el día 20 de septiembre las organizaciones sociales, instituciones y partidos políticos contrarios a la búsqueda de hidrocarburos pueden presentar sugerencias sobre la pregunta de la consulta, que se convocará conforme a la Ley de Participación Ciudadana de Canarias.

Cabe recordar que en febrero el pleno del Parlamento aprobó por mayoría absoluta, con el rechazo del PP, pedir al Estado un referéndum sobre los sondeos. El enunciado de la pregunta era: "¿Está usted de acuerdo con las prospecciones de petróleo autorizadas a la multinacional Repsol frente a las costas de nuestras islas?" Seis meses después el Gobierno canario ha obtenido la callada por respuesta por parte de Madrid. Ello le "obliga" a idear otras vías, como esta consulta, aunque no resulte vinculante, alegó Rivero.

En esta ocasión, las plataformas sociales reclamaron este martes al Ejecutivo autónomo que en la consulta no se mencione a Repsol "para no dar pie a futuras prospecciones por otras compañías petroleras", según el portavoz de la Coordinadora Canaria contra las Prospecciones, Fernando Nagore, que reivindicó que el proceso se desarrolle de manera "digna, con una pregunta directa y concisa, que haga referencia a la raíz del problema y no se ande por las ramas".

De no ser así, las bases sociales no apoyarán esta consulta, pero organizarán otro plebiscito a pesar de que sea "mucho menos efectivo", informaron a Rivero.

El también presidente de Coalición Canaria apeló a la "sensatez" de Rajoy, que, en su opinión, debe "intervenir" en un asunto que "puede llevar al límite las tensiones del Gobierno canario con el Estado".

Al respecto, Rivero avisó de que el Ejecutivo canario se planteará "seriamente" romper las relaciones institucionales con el Estado si, "por razones de tipo político", se busca un "subterfugio" que suspenda las prospecciones previstas en Baleares, donde gobierna el PP. Rajoy se comprometió en agosto a impedir los sondeos en la región balear ante "el más mínimo indicio de riesgo" de contaminación. Rivero se aferra a su expresión para pedirle que aplique "el mismo criterio" en Canarias.

Sostiene que este "problema de Estado no se puede despachar con la simpleza con la que se intenta" resolver, por lo que reclamó la intervención de Rajoy. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, con quien no tiene "ni el más mínimo contacto" desde hace dos años, ya no es un "interlocutor válido". Según la versión de Rivero, desde que se reabrió el debate sobre los sondeos, no ha recibido "ni una llamada telefónica ni la más mínima comunicación" de Soria en un asunto de "gran trascendencia para el Archipiélago", hecho que interpreta como "una falta clara de respeto a Canarias y a sus instituciones".