Luciendo una camiseta con el Rainbow Warrior (Guerrero del Arcoiris), el buque insignia de Greenpeace, y con rostro cansado, pero sonriente, Matilde Brunetti recibió ayer el alta hospitalaria y regresó a su hogar en Italia. La activista cayó al agua el sábado tras la embestida de una lancha neumática de la Armada a otra de la organización ecologista cuando secundaba una protesta pacífica contra los sondeos en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura. A sus 21 años, esta estudiante de Ciencias Políticas en Roma tuvo que ser operada de urgencia de la fractura abierta de tibia que sufrió en la pierna izquierda. Nunca olvidará su primera "herida de guerra".

La joven salió del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín pasadas las once de la mañana en una camilla, ya que no puede doblar la pierna escayolada, y sólo quiso atender a los medios de comunicación diez segundos. "Muchas gracias a toda la gente de Canarias por el apoyo. Mantened la lucha contra las prospecciones". Fue su escueta frase. Acto seguido una ambulancia la trasladó al aeropuerto, de donde partió hacia su casa.

"Se encuentra bien, le duele la pierna y le queda un largo viaje por delante". Le excusó el representante de Greenpeace, Juande Fernández, que actuó como su portavoz.

Matilde había participado antes en acciones similares en Italia, donde también quieren llevar a cabo perforaciones. De hecho, por eso quiso venir a España, pues conoce el problema del modelo energético y tiene plena convicción de seguir trabajando por la defensa del medio ambiente. "Este tipo de atropellos contra organizaciones pacifistas no frenarán a nuestros activistas, sobre todo porque lo que tienen en la cabeza es la lucha por la mejora del mundo y preservar la biodiversidad de las aguas canarias del terrible atropello" que suponen las prospecciones que ejecuta Repsol, exclamó Fernández.

En la actualidad, los abogados de Greenpeace estudian medidas legales contra la labor de la Armada durante su protesta cerca del Rowan Renaissance, el barco contratado para efectuar las catas. A título personal Matilde Brunetti aún no se ha planteado denunciar la "agresión". Su única preocupación es recuperarse rápido. "Desafortunadamente le quedará una cicatriz, pero le hará más fuerte", comentó el portavoz.

La embarcación de Greenpeace que participó en la protesta contra repsol, la Arctic Sunrise, permanece retenida en el puerto de Arrecife (Lanzarote) como consecuencioa del proceso sancionador abierto por Marina Mercante por una infracción contra la ordenación del tráfico marítimo. La organización no tiene intención de pagar el aval de 50.000 euros que le exige el Estado para recuperar su barco y anuncia que mantendrá la batalla contra los sondeos a través de diferentes vías en España y Europa. Fernández tachó de "absurda" la acusación de "piratería" del ministro de Defensa, Pedro Morenés, y su defensa del uso "proporcionado" de la fuerza de la Armada.

Precisamente, en la mañana de ayer tuvo lugar el relevo de capitanes en el puente de mandos del Arctic Sunrise. Joel Stewart, quien comandó el barco las últimas ocho semanas cedió el timón al catalán Pep Barbal, quien ya había formado parte de la tripulación.

Por su parte, la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, exigió ayer a Greenpeace "que ahora no se hagan los tontos", pues cree que la acción que produjo el incidente con la Armada "no tiene nada de pacífica" porque estaban desobedeciendo a la autoridad.