El presidente del Gobierno de Canario, Paulino Rivero, eligió el mismo escenario de las dos últimas manifestaciones en contra de las prospecciones petrolíferas en las que participó para despedir 2014. Desde La Graciosa, en pleno proceso para ser reconocida como la octava isla, el mandatario subrayó el "sentimiento de unidad que estos últimos meses ha tomado la calle; movilizaciones populares que han puesto de relieve que, superados viejos esquemas, ahora somos una sola voz, no siete; un solo pueblo, no siete". En el año nuevo, reiteró, Canarias seguirá enfrentándose a "enormes desafíos", y entre ellos, desde luego, "el de hacerse oír por quienes, triste e incomprensiblemente, ni entienden ni atienden las preocupaciones y justas reivindicaciones de este pueblo".

En el horizonte de 2015, pues, se otean para Rivero las mismas cuestiones que han condicionado prácticamente toda su legislatura y que tensan las relaciones con Madrid desde que Mariano Rajoy tomó posesión en diciembre de 2011. "Hacernos oír para que no hipotequen el día de mañana con decisiones que, como ocurre con las prospecciones petrolíferas, pueden alterar para siempre lo que muchas generaciones de canarios hemos conseguido".

Canarias, subrayó Rivero, "se hace aquí y es aquí donde deben tomarse las decisiones". Así, entre otros objetivos citó, en clara consonancia con la lucha capitaneada por su Gobierno en contra de los sondeos autorizado por el Ministerio de Industria a Repsol junto a Lanzarote y Fuerteventura, el impulso de las energías limpias "blindando nuestra diversidad". Las Islas, dijo, han apostado por un modelo económico de desarrollo sostenible, equilibrado y justo que "no tiene marcha atrás".

"No vamos a permitirlo. No debemos permitirlo. Defender nuestra naturaleza, nuestros paisajes y nuestro mar no solo es defender nuestra identidad, es trabajar por el presente y futuro que queremos", manifestó Rivero al tiempo que destacó la necesidad de poner al día los mecanismos democráticos de participación.

"Los pueblos, y las personas que los conforman, necesitan ser escuchados y que se respete su voluntad", apuntó en clara referencia al bloqueo por parte del Estado de la consulta ciudadana que estaba previsto celebrar el pasado 23 de noviembre y que está pendiente de resolución en el Tribunal Constitucional.

En ese sentido, el presidente no dejó pasar la ocasión de reivindicar cambios ante los nuevos aires políticos que impregnan al país: "hay que dar nuevas respuestas a un tiempo nuevo". La ciudadanía, insistió "exige ejemplaridad y la sociedad demanda más rigor, control y transparencia".

Rivero destacó al respecto que el Gobierno que preside ha dado los pasos en esa dirección porque, dijo, "no cabe otro camino que recuperar la confianza en la política y en las instituciones."

Reformas

"Hoy más que nunca es necesario poner al día a una democracia a la que se le están multiplicando las humedades por el descrédito y la desconfianza. Humedades que no se corrigen con cambios estéticos o superficiales, sino con reformas en profundidad y con medidas que ayuden a que los partidos recuperen el respeto de la ciudadanía". En su opinión, hay que dar respuesta "a la indignación y al desánimo de los ciudadanos, y eso", añadió, "se hace con trabajo, esfuerzo, compromiso y desde el conocimiento de los problemas".

En esos cambios se ha de incidir "en recuperar el diálogo para regenerar el sistema y redefinir el modelo de convivencia", sostuvo en su discurso haciendo hincapié en una de las cuestiones que lo mantienen enfrentando con Rajoy: la reforma de la Constitución y el encaje de las comunidades autónomas en un nuevo marco de relaciones. En ese nuevo contexto también debe revisarse "las relaciones de Canarias con el resto del Estado".

En su balance del año, Rivero reiteró uno de los mensajes en el que los miembros del Gobierno han hecho hincapié en las últimas semanas: las Islas lideran la recuperación económica en España. Y lo hacen, sostuvo, "porque estamos haciendo bien las cosas".

Por ello, dijo, "debemos y podemos exigir un mejor reparto de la riqueza, una sociedad más equilibrada".

El PP, principal partido de la oposición en Canarias, criticó ayer que Rivero monopolizara el discurso institucional "con su obsesión personal contra unas prospecciones que avanzan sin el menor incidente y con sus complejos de inferioridad en las relaciones de la Comunidad autónoma con el Estado".