El Partido Popular insta a sus trece consejeros en el Cabildo de Gran Canaria a mantenerse en el gobierno insular y garantizar su estabilidad.
En un comunicado hecho público ayer, apenas dos horas después de que José Miguel Bravo de Laguna escenificara la puesta en marcha de la coalición Unidos por Gran Canaria, el PP deja claro que el presidente de la corporación ha perdido su condición de militante popular. Le exige, como consecuencia, la renuncia a su acta de consejero insular electo por la siglas del PP "de inmediato".
"El implicado no puede ni debe permanecer al frente de la primera institución política de Gran Canaria, comprometiendo el buen nombre, la dignidad y el honor del Cabildo y del conjunto de la sociedad" de la Isla, señala la nota que firma la presidenta del partido en Gran Canaria y candidata a la Presidencia del Gobierno de Canarias, Australia Navarro.
El comunicado insiste en que el PP no es responsable de la conducta de José Miguel Bravo de Laguna, que ha roto, subraya, "la confianza y los apoyos recibidos del PP, de los consejeros insulares del PP y, en su representación y bajo sus siglas, de la mayoría de la sociedad canaria".
Es por ello que, ante los riesgos evidentes que genera esta situación en la gobernabilidad de Gran Canaria, "insta a los consejeros insulares de esta organización política a permanecer en el gobierno insular como legítimos representantes del PP, permaneciendo al frente de sus responsabilidades institucionales y garantizando la estabilidad en la gestión de los asuntos de Gran Canaria". El PP entiende que abandonar "causaría un enorme perjuicio a la gestión pública de nuestra isla y a cientos de miles de ciudadanos que son beneficiarios de servicios públicos fundamentales, que en ningún caso pueden verse dañados por un comportamiento tan irresponsable como indigno", apunta la nota.
En él último punto del comunicado, los populares invitan a la sociedad grancanaria, "y en particular, a los grupos políticos representados en el Cabildo Insular, a sumarse a un pronunciamiento de repulsa contra una conducta pública que compromete el buen nombre y la honorabilidad del pueblo grancanario".
Frente a las demandas del PP José Miguel Bravo de Laguna se mantiene firme en su negativa a dejar el cargo del que tomó posesión en junio de 2011. Lo dijo desde que se filtró a finales del pasado mes a los medios de comunicación la intención del PP de no revalidar su candidatura al Cabildo por cuatro años más y lo volvió a repetir cuando el 5 de marzo el comité electoral anunció que la cabeza de lista sería al diputada regional y exconsejera de Sanidad Mercedes Roldós. Ayer insistió en que su intención de acabar el mandato.
La postura de Bravo de Laguna deja en una posición delicada a los consejeros del PP, obligados a ahora a seguir las órdenes de un presidente que es al tiempo su adversario político y que además puede retirarles en cualquier momento las delegaciones de gobierno.
Antes del paso adelante de Bravo de Laguna todos ellos -incluido su hijo y consejero de Deportes, Lucas Bravo- ya aseguraron que se mantendrán fieles a las siglas. El comunicado del PP los refuerza tras la salida del presidente y les conmina a seguir firmes sus convicciones.
