¿Ve complicado el panorama que se le presenta al PSOE en el Cabildo tras la irrupción del nuevo partido de Bravo de Laguna o el presumible ascenso que da las encuestas a Nueva Canarias y Podemos?
Creo que también hay que poner en valor la candidatura del Partido Socialista que, con total modestia, está avalada por los años de gestión en la política municipal y en la Federación Canaria de Municipios (Fecam). No encaro este proceso con miedo a ningún candidato sino con la ilusión de trasladar nuestro trabajo porque creo que tenemos un buen equipo y un buen candidato, aunque esté feo que lo diga uno. Frente a otros candidatos y partidos presentamos una propuesta cohesionada, es la segunda vez que soy secretario insular con un gran apoyo del partido en Gran Canaria, abandono tras 16 años la gestión municipal, conozco bien lo que es el Cabildo porque también es una corporación local y pretendo cambiar las cosas. Me habla de Bravo y del PP y lo que es evidente es que en estos cuatro años se empezó mal porque desde el principio se han mantenido con tránsfugas y ahora se termina peor porque el PP denuncia a Bravo cuando se trata de una responsabilidad exclusiva de ellos. Espero que los grancanarios quieran un Cabildo del que se sientan orgullosos, una institución democrática, sin transfugismos para mantener el poder a cualquier precio, sin ataques que no son creíbles porque llevan cuatro años mirando para otro lado frente a los agravios de Madrid, con el presidente a la cabeza, y que ahora él mismo ataca al PP y al Gobierno central. Como alcalde de un municipio he echado de menos pronunciamientos rotundos del Cabildo en temas de calado como el rechazo a las políticas del Estado, las prospecciones petrolíferas o el anteproyecto de ley del aborto pese a la oposición de la mayoría de los ayuntamientos.
Bravo de Laguna ha resucitado el pleitismo como arma política frente al Gobierno canario y a Tenerife ¿Cree que es sólo tacticismo electoral o hay algo de realidad en el equilibrio entre las dos islas capitalinas?
En casi cuatro años que Bravo lleva hablando de agravios de la Comunidad Autónoma contra Gran Canaria a la vez ha acallado los agravios del Gobierno de España contra la Isla, lo que es absolutamente contradictorio. Él dice que defiende a Gran Canaria pero es cómplice de los despropósitos realizados por el Gobierno del PP. Cree que electoralmente le puede venir bien y que el insularismo llega a un núcleo determinado de la población de la Isla. Ante esto propongo que la política hoy es diálogo, consenso, acuerdos, denuncias también y una línea de coherencia para no dar palos de ciego. Lo que no se puede decir es que se defiende la Isla y no se hace nada ante Madrid.
¿Cree que el discurso insularista puede calar en la población?
Es un discurso que según quien lo pronuncie tiene más o menos credibilidad. Pero poca credibilidad tiene de alguien que ha estado en el PP, que se va porque no está en las listas y ha permitido el ataque a Gran Canaria por parte del Gobierno de España.
Concurren tres candidatos al Cabildo que han sido o son alcaldes ¿cómo se traslada la experiencia municipal a la gestión insular?
Es una buena noticia para el Cabildo porque se trata de una institución que es imprescindible para los ayuntamientos y si alcanzo el gobierno insular va a ser un elemento clave. Mi objetivo es dar un giro social al Cabildo y eso se concreta con actuaciones muy claras. Por ejemplo, la corporación tiene que completar la labor que realizan los ayuntamientos en los servicios sociales y debe colocarse al lado de ellos. Tiene que haber planes de empleo social del Cabildo porque no podemos permitirnos el lujo de renunciar a dos millones de euros para un plan de empleo social como ha hecho este grupo de gobierno. Se precisa de unas líneas económicas directas a los ayuntamientos que, a través de convenios, ayuden a los municipios para que no haya problemas en las familias que tienen dificultades económicas para pagar la luz o el alquiler de la vivienda. Por eso el Cabildo debe disponer de fondos específicos para la emergencia social.
¿La Comunidad Autónoma debe reducir su estructura y aparato administrativo en favor de los cabildos para que éstos sean los gobiernos de cada isla?
La Ley de Cabildos y la realidad actual dejan algunas evidencias. Las corporaciones insulares no se mantienen con ingresos de tributos propios, éstos vienen de transferencias de otras administraciones y son imprescindibles para completar la acción municipal. Los cabildos deben tener su autonomía ya que el gobierno de la isla es una denominación que hay que ejercerla en la práctica porque si los ayuntamientos de una isla toman decisiones en un sentido no tiene sentido que el cabildo vaya en otra dirección, como ha ocurrido en estos años en Gran Canaria. No está el Cabildo para guerras con otras administraciones sino para estar al lado de los ayuntamientos. Por ejemplo, en estos momentos no existe una consejería de Educación en el Cabildo, entiendo que no debe haber duplicidades pero considero que en estos momentos los cabildos deben ayudar a los universitarios con escasos recursos económicos para que puedan completar sus estudios. También propongo que el Cabildo impulse programas destinados a jóvenes con o sin cualificación. El empleo no es competencia directa de las corporaciones locales pero es la principal preocupación de los ciudadanos y es lo primero que demandan a los ayuntamientos. El Cabildo también tiene que dar ejemplo en esto.
¿Coincide con los que piensan que el Cabildo de Tenerife sí ha sido un verdadero motor para la isla y ha coordinado a los ayuntamientos, mientras que el de Gran Canaria ha estado más desdibujado en esta labor?
Creo que lo que ha habido es una evolución. Durante unos años se reconocía que en Tenerife había una institución insular cercana a los municipios y que aportaba fondos a muchos proyectos municipales, incluso hasta yo mismo como alcalde sentía envidia sana ya que aquí la implicación del cabildo con algunos programas de los ayuntamientos era más bien escasa. Sin embargo, el Cabildo de Gran Canaria lo que tiene que hacer es potenciar los planes de cooperación como ha venido haciendo en estos años y eso ahora sí es reconocido por los alcaldes de Tenerife. En este sentido sí tengo que denunciar la supresión del plan del Norte, que hay que recuperar para reequilibrar las distintas comarcas de la Isla porque se corre el riesgo de despoblar unas zonas en beneficio de otras. El Cabildo tiene que ser solidario con todos los municipios para ayudar a los ayuntamientos que peor lo están pasando. No creo que haya una preponderencia de un cabildo sobre otro, lo que sí está claro es que seguramente los ciudadanos reconozcan la labor de su cabildo en Tenerife mientras aquí se ha dado mal ejemplo de gestión política.
También produce cierta envidia la situación económico financiera del Cabildo, con unas cuentas saneadas y una tesorería holgada.
Es así y creo que la labor que hizo en su momento Luis Ibarra como consejero de Hacienda fue excelente y ha llevado a que el Cabildo tenga esta situación de holgura económica. Por eso aspiro a un giro social, por lo que es llamativo que el Cabildo haya renunciado a colaborar con las familias grancanarias para pagar menos por la tasa de residuos. Se han producido dos cambios en las ordenanzas que ha provocado que se multiplique por casi tres lo que antes se pagaba por tonelada de la basura que se deposita en los vertederos. Resulta que un cabildo que tiene capacidad y holgura financiera suficiente no es capaz de aportar a los ayuntamientos cantidades específicas para que los vecinos paguen menos por la recogida de los residuos. Por eso los recursos que tiene el Cabildo deben destinarse a los servicios públicos fundamentales que tiene Gran Canaria. El problema de los residuos en la Isla es muy grave y hay que tender a que se pague menos porque si se mantiene la política del Cabildo actual en el futuro se tendría que abonar por este concepto hasta 20 veces más. Hay que reenfocar el problema e impulsar un plan específico insular de residuos.
¿Cómo abordaría si llega al gobierno insular infraestructuras estratégicas para la Isla como la regasificadora o la tercera pista del Aeropuerto?
Lo que es evidente es que el Partido Socialista apuesta con claridad por las energías limpias. Pero también somos conscientes de que el cambio de modelo precisa de una transición porque es imposible que se pueda suministrar energía de hoy para mañana si eliminamos las energías contaminantes. Hay un debate abierto con respecto a la regasificadora en el que el PSOE tiene la voluntad de que incluso se pueda hacer lejos de la costa, con consenso y de manera transitoria, es decir, que sirva para que vayamos a la realmente importante que es apostar por las energías renovables. Para esto también hace falta que el Estado cambie la legislación. Con respecto a la tercera pista, la realidad de Gran Canaria es diferente a la de Tenerife, que cuenta con dos aeropuertos. Se ha polemizado demasiado sobre los incumplimientos en el realojo de los vecinos de Ojos de Garza, cuando lo realmente importante es que haya una buena inversión para que el aeropuerto se adecúe al tránsito que tenemos.
Pero en un hipotético pacto Nueva Canarias-Partido Socialista sabe que tendría la oposición de Antonio Morales a la instalación de la regasificadora.
Si después de las elecciones no tenemos mayoría absoluta habrá que acordar el gobierno y los acuerdos para gobernar se hacen entre partidos políticos y, como tales, pondremos sobre la mesa los programas electorales con los que nos presentamos a las elecciones para pactar sobre aquellos asuntos en los que haya coincidencias. He oído la opinión del alcalde de Agüimes y también he estado en debates donde he escuchado la posición de Nueva Canarias sobre la regasificadora. Vuelvo a decir que lo que necesita Gran Canaria es consenso. No creo que sea imposible porque tanto ellos como nosotros estamos en contra del petróleo y a favor de las renovables.
