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Meloneras recupera su playa de postal

Los turistas se manchan de piche durante el Puente de Mayo - "Esto debe servir para evitar que suceda algo más grave", apunta un vecino de Maspalomas

Meloneras recupera su playa de postal

La playa de Meloneras, en el epicentro turístico de Maspalomas, recuperó ayer su habitual imagen de aguas cristalinas, después de que los pies de los bañistas acabaran con piche durante el Puente de Mayo. Sin embargo, aún quedaban restos del vertido en las rocas y en algunas zonas de la orilla.

"Si las mueves un poco, se ve que está todo lleno", cavilaba Isidro López mientras recoge rocas moteadas de carburante. La imagen recuerda a Veneguera, Tasarte o Tasartico. Aparentemente, la playa está limpia. Nada altera la postal, pero hay zonas en las que las manchas salen a la luz al remover un poco las piedras. Por eso, este vecino de Las Palmas de Gran Canaria dedicó su mañana de sol y arena a recopilar rocas en una esquina.

"El sábado había mucho más", valoró Isidro López. "Las galletas llegaban desde el Faro", añadió. Mientras, Ismael Quintana emergía del agua con gafas de buceo. Este vecino de Montaña la Data suele nadar en estas aguas en calma. Ayer, tiró del snorkel para inspecccionar la zona, desde el Faro hasta Meloneras. "Donde más manchas se ven es en las piedras que hay en el paseo que va de la playa al Faro. Como la corriente va hacia Arguineguín, se quedó mucho fuel atrapado en esta zona", constató.

El vertido estaba presente en todas las conversaciones. "Yo no sería capaz de comer nada de lo que pesque estos días", apuntó Juan León, otro vecino de Montaña La Data tras recoger la caña y retirarse sin presas en el cubo. Mientras, Cristian Palma contó cómo su hijo de tres años se bañó el domingo y salió a la arena cubierto de fuel.

Las primeras galletas llegaron durante la tarde del viernes, según constataron los trabajadores de la zona. Pero fue durante la jornada del sábado cuando la mayor parte del vertido, compuesto por galletas pequeñas y fragmentadas, alteró el baño de los turistas.

"Hubo muchos que no se mojaron y se fueron molestos una hora después de coger la hamaca", señalaron varios empleados públicos. Mientras, Tony Macarrone, del restaurante Hemingway, explicó cómo a simple vista no se percibía la presencia de galletas, pero, "al salir del agua tenían las piernas negras con bolitas de piche". Añadió que el paseo se llenó de personas sentadas, "que se estaban intentando quitar las manchas con crema, aceite y raspando".

Otros visitantes se pusieron manos a la obra, junto a los empleados de la empresa Urbaser, con licitación del ayuntamiento para la limpieza de las playas. "Hubo un turista sueco que se puso a limpiar con nosotros", constataron Isidro y Cristina. "No ha pasado nada grave, pero esto debe servir de ejemplo de lo expuestos que estamos para que no se repita más", valoró Ismael Quintana.

Fomento cuantificó el material recogido en solo dos kilos de un compuesto de arena y fuel. El alcalde, Marco Aurelio Pérez, señaló que el vertido había sido minúsculo. "No hay preocupación", expuso.

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