El escenario presupuestario que se abre en los próximos meses puede poner entre la espada y la pared al presidente, Fernando Clavijo, con su socio de gobierno, el PSOE, pero también con el PP, principal partido de la oposición. La primera prueba de esta situación ya se produjo con motivo de la cumbre celebrada entre el jefe del Ejecutivo regional y el ministro de Industria, José Manuel Soria, y los equipos de ambos. El PSOE no tardó en criticar el "paripé preelectoral" del PP, mientras que los populares canarios lo valoraron como la recuperación del diálogo y la colaboración entre Canarias y el Estado.
La prueba de fuego estará ahora en los presupuestos del Estado y en los de la Comunidad Autónoma para el próximo año. Las primeras noticias no son positivas para las expectativas del Ejecutivo regional y Clavijo se verá inmerso entre las aceradas críticas de los socialistas porque el Estado no cumple sus compromisos y el PP que, en plena precampaña, se esfuerza en pregonar todo lo contrario y ve a Clavijo como punto de apoyo a sus tesis de buena sintonía entre los gobiernos.
La directriz de los socialistas en esta legislatura no es dar todo el protagonismo a los nacionalistas como sucedió en el mandato anterior, en el que quedó bastante desdibujado el papel del PSOE en el Ejecutivo. En esta etapa quieren tener protagonismo propio y de ahí que el grupo parlamentario esté marcando distancias con el buenrollismo del presidente hacia el Gobierno del PP y, sobre todo, con el ministro Soria, que volverá a ser candidato de su partido en las elecciones generales.
La pugna preelectoral entre el PSOE y el PP marcará los próximos meses y eso se trasladará al debate presupuestario que se abre con las cuentas estatales, primero, y con las autonómicas, después.
En el déjà vu permanente que vive la política canaria este escenario tiene similitudes con el que se generó en 2007. En aquel momento Paulino Rivero pactó con José Manuel Soria el Gobierno canario y en Madrid gobernaba el PSOE. El acercamiento del expresidente al Ejecutivo de Zapatero, que culminó con el llamado Plan Canarias, provocó irritación y fuertes críticas del PP a los socialistas, pero también a sus socios de gobierno. La situación generó tal cúmulo de tensión que el pacto se terminó rompiendo en 2010. En esta ocasión todo dependerá del resultado de las elecciones generales.
