El municipio de Candelaria se convirtió ayer en el centro de la devoción mariana en medio de un ambiente en el que el denominador común fue la fe por La Morenita. Autoridades civiles, militares y religiosas compartieron con miles de ciudadanos la mirada a la imagen de María. Los últimos, si cabe, con más emoción y júbilo, alejados del protocolo, con el móvil en la mano o sin camisa puesta en el templo tras recorrer muchos kilómetros.

Quizá demasiada alegría había. O al menos así lo entendió el obispo, Bernardo Álvarez, que no dejó pasar la oportunidad de invitar a los feligreses a mirar a la virgen para huir de "la borrachera de la diversión y el egoísmo". Además, recomendó a los presentes seguir el mensaje de la madre de Jesús y que su palabra "tome posesión" de las vidas de todos, las "sane" y las "reconstruya por dentro. Que nos cure de nuestros egoísmos y de nuestros rencores y nos abra al amor y al servicio de los demás". Sus palabras resonaron en una basílica repleta de fieles, sin un sitio libre donde poder sentarse.

El viento impidió la procesión de la imagen que hoy intentará de nuevo salir. El sol también estuvo presente durante gran parte de la jornada, resultando algo molesto para los feligreses que se quedaron disfrutando de la misa a través de la pantalla gigante que se instaló en medio de la plaza de la localidad.

El de ayer fue un día de estrenos. Tanto el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, como la alcaldesa de La Villa, María Concepción Brito, celebraron su primer 15 de agosto en Candelaria en su nuevo cargo tras las elecciones de mayo. Tras la misa, el primero de ellos aseguró sentirse impresionado por "la devoción" que mostraron los fieles. Su petición para la Virgen fue "salud" y, sobre todo, "sabiduría" para no equivocarse, ni él ni su equipo, en todas las decisiones que tome como presidente del Gobierno, ya que estas "afectan a muchas personas. Debemos estar lo más acertados por el bien de todos", concluyó.

La alcaldesa, por su parte, reconoció que todos los esfuerzos que se pusieron en marcha desde el Ayuntamiento propiciaron que toda la jornada "se desarrollara con normalidad". Garantizar la seguridad fue su principal objetivo. En el operativo de vigilancia trabajaron más de 500 efectivos y durante toda la jornada de ayer se registraron un total de 166 asistencias, todas sin importancia.