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Siete años del accidente JK5022 Actos en Las Palmas de Gran Canaria

"Seguimos aquí y queremos la verdad"

Las víctimas del JK5022 honran la memoria de sus fallecidos

Misa funeral por los difuntos, ayer, en la Catedral de Canarias. JUAN CARLOS CASTRO

"Nuestros seres queridos no han perdido su vida para que las grandes compañías hagan su agosto". Ángeles Piretti, tesorera y vocal de la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022 reiteró, siete años después de la catástrofe, que sin justicia no encontrarán descanso. Por eso, en el segundo día de homenajes en Gran Canaria, instó al Gobierno de España a proporcionar respuestas que "calmen el dolor de la ausencia de los familiares".

El 20 de agosto de 2008 fallecieron 154 personas en un siniestro del que solo sobrevivieron 18 pasajeros. Tras estos números se ocultan cientos de vidas destrozadas por la tragedia que supone la pérdida de un ser querido. Ayer, siete años después, los afectados volvieron a pedir justicia para los fallecidos, que se depuren las responsabilidades de un suceso que permanece sin culpables y se opusieron a que las aseguradoras miden su calvario según el baremo que se aplica en los accidentes de tráfico.

María del Carmen Hernández Bento, delegada del Gobierno en Canarias, interrumpió sus vacaciones para acompañar a las víctimas. "Este es un día para recordar a las 154 persona que fallecieron y trasladar nuestro apoyo a sus familias y a todos los que tienen que vivir con ese dolor", señaló. Además, Hernández Bento aseguró que "todos esperamos y confiamos que se haga justicia. Es un proceso que está judicializado y lo menos que podemos esperar es que, a través de los tribunales, estos familiares puedan recibir un poco de consuelo".

Los homenajes se dividieron en dos actos. El primero se ofició junto al monumento Luces en el Vacío, en la Playa de Las Canteras. Esta ceremonia con ofrenda floral contó con la presencia de Ángel Víctor Torres, como presidente en funciones del Cabildo y con el timple de Germán López, la guitarra de Carlos Martín y la voz de Isa Padrón. La ceremonia se repitió en la Plaza de la Memoria, en la calle Venegas. En esta ocasión, con el alcalde Augusto Hidalgo y los concejales del consistorio capitalino. Pero, el dolor de los afectados, junto a su llamada de auxilio, captaron toda la atención del homenaje.

MARCOS CABALLERO TACORONTE

"Estamos en la Europa de Merkel y aquí se tapa a los culpables"

Marcos Caballero fue el primer afectado que conoció la muerte de su familiar. Su hermano, David Caballero, legionario y paracaidista, regresaba de permiso para asistir al cumpleaños de su hermana. "Su vida consistía en dar saltos en el cielo, pero ese día se quedó allí con otros 153 pasajeros más", lamentó.

Marcos era entonces coordinador de vuelo y se encontraba de servicio esa tarde de agosto. Aguantó en activo dos años más. "No pude soportar la presión. No podía salir a la pista. En cuanto veía un modelo igual al JK5022 me derrumbaba. Se me caía el mundo", admitió para añadir: "El día del accidente empecé mi turno a las 14 horas y me llegó la noticia por línea interna. Ahora recuerdo el bullicio, las miradas, las caras que conocí aquel día y que forman parte de la familia, porque tenemos un vínculo doloroso que nos va a mantener unidos de por vida".

Marcos asegura que su vida se quedó anclada. "Para mí solo estamos en el día siete, porque son siete años de ausencia", explicó ayer con una camiseta en la que lució el rostro de su hermano y un sencillo lema: "David, presente". Este entona la palabra justicia desde el descreimiento. "Hay tanta demagogia", señala. "Estamos en España... en la Europa de la Merkel y aquí, pese a estar en el siglo XXI, se tapa a los culpables. Pero, que paguen esos señores de chaqueta y corbata que están tan tranquilos detrás de una mesa. Que paguen. Ese sería nuestro único consuelo".

MARI CABRERA HERRERA

"Queremos que la gente recuerde para que nunca vuelva a ocurrir"

Cada detalle del 20 de agosto de 2008 está presente en el recuerdo de Mari Cabrera: la espera en Gran Canaria, la llegada que nunca se produjo, el vuelo en silencio hacia Barajas y el infierno de Ifema. Aquel día perdió a dos hijas y a un nieto. Siomara Hernández Cabrera tenía 18 años, Abdenauara 14, y Tanausú González Hernández volaba en el aparato con 11 meses. No hay día que no las recuerde.

"Siempre los tenemos presentes pero este día es importante para nosotros porque no queremos que la gente olvide nuestra lucha, que vuelva a ocurrir y que otras personas tengan que pasar por lo que estamos pasando nosotros", aseguró antes de explicar que piden justicia para encontrar "un poquito de paz y tranquilidad en nuestras vidas".

Ayer, su hija de nueve años la acompañó en el homenaje de La Puntilla. "Entonces tenía dos años y ahora es mi apoyo y mi motor para poder seguir adelante", declaró. Pero el tiempo pasa y tanto esta víctima como el resto de familiares afectados declara sentirse harta de repetir año tras año un mismo discurso que para las autoridades competentes queda en el olvido. "Solo queremos cerrar una página, pero queda la rabia y la impotencia. Sabemos que nadie nos va a devolver a los nuestros pero queremos que se haga justicia y que paguen por sus errores", expuso.

JOSÉ MARÍA PUJALES LLANOS

"Me siento agradecido porque el destino me ha regalado siete años de vida"

En la otra cara de la tragedia se encuentra José María Pujales. Aquella fatídica jornada se encontraba en tránsito de Vigo a Gran Canaria. Unos días antes, al comprar el billete, tenía dos opciones, casi a la misma hora y una ligera diferencia de precio. Se decantó por el vuelo de las tres de la tarde y ese golpe al ratón del ordenador le salvó la vida.

Ayer permanecía distante. Solo en sus pensamientos mientras observaba las flores blancas en el batir de las olas. "Cada 20 de agosto vengo a La Puntilla porque comparto y respeto profundamente el dolor de estas personas", explicó antes de confesar que siente que el destino, desde entonces, "me ha regalado siete años de vida".

A las 13:28, hora canaria, José María se encontraba en la cola de embarque cuando el JK5022 perdió el control. "Sentimos un enorme revuelo pero me enteré de lo que había pasado a los pocos minutos cuando recibí una llamada de mi hermana", apuntó. Su hija también contactó por teléfono y recibió el alivio de encontrar una respuesta que no obtuvieron los familiares del resto de las víctimas. El resto del día fue muy largo, relató. "Su vuelo salió a la una de la madrugada y al despegar se veían unas luces que iluminaban la zona del accidente. Nadie habló durante todo el trayecto. El comandante dijo unas palabras y el silencio más absoluto nos acompañó hasta la Isla", apuntó antes de indicar que "llegué a mi casa con lágrimas y dando besos y más besos". Y al día siguiente fue a trabajar con la sensación de estrenar una nueva vida.

SARO DELGADO ESTÉVEZ

"No podremos descansar hasta que se depuren las responsabilidades"

Saro Delgado Estévez perdió a su hermana Lidia. "El tiempo no ha pasado", reconoce sin encontrar el alivio que anhela. "Cada día que pasa es duro, pero este 20 de agosto se hace especialmente difícil por los años que llevamos sin respuesta", valoró para asegurar su decepción con la Justicia y con "muchas personas en las instituciones públicas" que les han cerrado las puertas. Los familiares relatan una montaña rusa de sensaciones. Momentos para la esperanza y un final siempre amargo. "Solo le pedimos a la Justicia que obre en consecuencia con lo que pasó, puesto que han cerrado un caso que para nada se ha esclarecido y hemos tenido que acudir a Estrasburgo para poder abrir a la vía penal, que es lo importante". Delgado planteó una cadena de errores que acabaron en una drama cuya responsabilidad se diluye con el tiempo. "Pero hasta que no se depuren estas responsabilidades nosotros no podremos descansar. Es imposible. Por eso volvemos otro años más, seguimos aquí y no tiramos la toalla. Queremos la verdad", finalizó.

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