"Es una magnífica noticia". De este modo acogió ayer el presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, que Repsol haya dado por finalizados los sondeos en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura, aunque tenga dos autorizaciones aún para hacer catas. Para Clavijo, los sondeos han "generado crispación y es una buena noticia para todos, porque el Estado no tiene que indemnizar, y no va a generar más problemas y nos dedicaremos de lleno a las renovables", aseguró en la cadena Cope.

Clavijo subrayó que Canarias necesita "generar con el pueblo elementos" en los que se esté "todos unidos" en el Archipiélago porque, indicó, toda esta "crispación, división y enfrentamiento ha lastrado mucho" la capacidad de "autogestión, de afrontar los problemas como ciudadanía".

Ocho meses después de que la compañía anunciara que no había hallado petróleo o gas con interés para su explotación comercial junto a Lanzarote y Fuerteventura, la multinacional reiteró que mantiene su postura y que no volverán a sondear en esa zona.

La petrolera deja entrever de este modo que dejará caducar los permisos aún en vigor para hacer una segunda perforación exploratoria en aguas próximas a Canarias. Los permisos concedidos por el Ministerio de Industria, que dirige José Manuel Soria, caducan en marzo de 2016. El Parlamento de Canarias, con el voto en contra del PP, aprobó una proposición no de ley en la que instaban al Ejecutivo regional que exigiera al Gobierno central iniciar con carácter urgente los trámites para declarar la extinción de los permisos.

Tras años de lucha por la negativa de numerosas instituciones canarias a los sondeos, Repsol anunció el pasado enero que no encontró finalmente petróleo en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura. Tras casi dos meses de catas, la petrolera explicó que, tras el análisis de las muestras obtenidas, concluyeron que había gas pero sin el volumen ni la calidad suficientes para valorar una posible extracción. Según l a petrolera, los hidrocarburos existentes se encuentran en capas muy delgadas no explotables, por lo que decidió abandonar las exploraciones, como demandaba el Gobierno canario.