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Pobreza y exclusión Políticas sociales: ¿la caña o el pez?

"Somos muñecos rotos"

Usuarios de los centros sociales describen el círculo vicioso que les impide salir de la exclusión

Una tercera parte de la población canaria está afectada por algún tipo de pobreza o exclusión o está al borde de caer en ella. Esta es la radiografía que, punto abajo punto arriba, vienen diagnosticando los diversos informes que analizan el estado de la cuestión en Canarias. Entre ellos, el último estudio que Foessa dedicó a analizar con todo lujo de detalles la Exclusión y Desarrollo Social en Canarias, publicado hace menos de un año. También la Red Europea de Lucha contra la Pobreza acaba de cifrar en el 35,5%, según el índice Arope, el porcentaje de necesitados canarios, aunque el Instituto Nacional de Estadística (INE) rebaja la cifra hasta el 28,4%.

Ello quiere decir que en torno a 750.000 canarios, de los 2,1 millones de habitantes que tienen las Islas, padecen algún tipo de carencia. Necesidades no solo alimentarias y que son propias de los países no desarrollados y no de las naciones ricas de la Europa comunitaria, cuyo nivel de renta media anual sigue por encima de los 26.600 euros. Algunos de esos miles de necesitados son niños; otros jóvenes sin estudios ni trabajo; otros mujeres y hombres sin empleo, o incluso con él; o dependientes, sin capacidad para valerse por sí mismo; o inmigrantes. Algunas familias al completo viven en condiciones inaceptables.

A todos ellos han situado en el centro de la diana de sus políticas los nuevos gobiernos que han salido de las pasadas elecciones, hace apenas cuatro meses. Gobierno, cabildos y ayuntamientos han anunciado planes de choque y emergencia para reducir una bolsa de marignación a la que ya las anteriores instituciones destinaron, bien es verdad que con menos recursos o acierto y en algunos casos quizá menos voluntad, diversos planes de emergencia. Una parte significativa de estos programas sociales no ha llegado a aplicarse por cuestiones burocráticas. Por ejemplo, la política antidesahucios y de vivienda que anunció y quiso poner en marcha el anterior Gobierno y paralizó el Tribunal Constitucional. O el Plan de Garantía Juvenil de la Unión Europea, anunciado en 2013, aprobado en España en julio de 2014 y cuyos fondos aún no han llegado a Canarias por las dificultades que ha provocado la centralización de la gestión en Madrid. Mientras esperan por esta ayuda, para estudiar o trabajar, uno de cada cuatro jóvenes canarios sigue siendo 'nini'.

Durante su baja por maternidad, a la nueva responsable de las políticas sociales del Gobierno de Canarias, la presidenta Patricia Hernández, le hervía la sangre leer la cantidad de noticias que generaban los políticos y recogían los medios sobre las pugnas entre partidos y compararla con la poca que se dedicaba a la realidad social: "Los medios de comunicación dedican más espacio a los líos de partidos que a las preocupaciones de la gente".

Por ejemplo, las preocupaciones de María, Carmen y Ángeles, tres sin techo que comparten habitación en un centro de acogida de la capital grancanaria. Mujeres de entre 50 y 53 años que un día tuvieron una vida normal, una casa y una familia que atender: "Esto no se puede explicar: hay que vivirlo. Tienes la dignidad anulada. Hay sentimientos comunes: la soledad y la impotencia. Nos ayudamos entre nosotros lo que podemos, que no es mucho. Somos muñecos rotos".

Cada centro tiene un perfil de usuarios, una dinámica y unas condiciones de acceso y estancia distintas. Pero todos tienen en común el cumplimiento de unas normas y horarios que si se incumplen pueden llevar a la expulsión: "¿Sabes lo que me resulta más difícil de soportar? El silencio que hay en el comedor. Es cuando mejor se palpa la tristeza".

Los centros de alojamiento para las personas que no tienen donde dormir en Canarias, municipales o gestionados por oenegés -fundamentalmente Cáritas- son una torre de babel. En todos, ya sean de baja, media o alta exigencia, conviven seres humanos de muy distinto origen y problemática, salvo los destinados a procesos de desintoxicación, menores o los DEMA para mujeres maltratadas.

"Nadie nos quiere"

"Hay madres solteras con hijos en otros centros, algunas maltratadas, inmigrantes, drogadictos y alcohólicos más o menos rehabilitados, enfermos mentales o físicos. Muchos inmigrantes y también niñas de aquí: algunas acaban prostituyéndose. O simplemente gente está sola. Que está sola en la vida, por difícil que sea de entender". Es Carmen quien lo cuenta, que en cuatro años ha pasado por cinco centros y una pensión, subvencionada durante tres meses por su ayuntamiento: "Las mismas personas nos vamos reencontrando de centro en centro y si pasa tiempo que no los ves y preguntas por ellos, te terminas enterando que han muerto. Nadie nos quiere".

En el tinerfeño barrio de la Salud, 20 personas seguirán sin techo por la férrea oposición vecinal a la apertura de un albergue de Cáritas. El director de la institución ha mediado para hacer entender a los residentes que su postura, además de insolidaria, no tiene razón de ser: "Los vecinos no pueden poner la tirita antes de la herida por unos presuntos problemas que no tienen por qué ocurrir", ha razonado Leonardo Ruiz. Ha sido en vano; amenazan con una recogida de firmas y recurrir a la justicia: "temo que violen a mis hijas"; "quién nos garantiza que no nos transmitirán enfermedades", argumentaron en la reunión convocada por el ayuntamiento santacrucero, que es quien tiene la última palabra.

"No basta con conmoverse, hay que moverse", arengó a Europa el dirigente italiano Matteo Renzi a raíz de la crisis de los inmigrantes. Miriam Castellano es una de esas personas que se conmueve y se mueve. Trabajadora social de profesión, realiza también trabajos de voluntaria en su tiempo libre. Hasta el 61% del personal que trabaja en los centros de acogida de Canarias es voluntario. A diario, atienden a los centenares de usuarios que ocupan las 624 plazas de alojamiento social que hay en las Islas: "La gente se ha hecho más solidaria con la crisis. Muchos trabajan y aprovechan sus horas o días libres para colaborar. Algunos son personas muy preparadas y con buenas profesiones". Pero añade: "Hay que ser realistas, el momento es muy malo para salir. Mientras lo intentan lo que hay que hacer es acompañarlos y ayudarlos a formarse". El punto de vista de los acompañados es, por supuesto, otro: "Hay gente que se conforma, se adapta, se acomoda. Y otros que solo piensan en salir a la calle. También quien se aprovecha de las ayudas. Y los hay que no hablan, a los que no consigues sacar ni una palabra. Yo he dejado de mirar a las personas por lo que tienen o son. Y las miro por su nivel de sufrimiento".

Radiografía de la población canaria necesitada

¿Más sopa boba?

La pobreza y la desigualdad son ya cuestiones ineludibles en la vida política, sobre todo en períodos electorales. Es hoy mención obligada en cualquier discurso; se subraya como epígrafe prioritario en cualquier programa; está, en fin, en la agenda de todos los gobiernos. Los nuevos surgidos de las últimas elecciones han anunciado planes de choque y emergencia, igual que políticas y oficinas anti-desahucios para atacar uno de los más graves impactos de las situaciones de exclusión: la falta de vivienda.

Pero toda esta avalancha de ayudas anunciadas debe trasladarse ahora a los presupuestos que se aprobarán en breve para el 2016. Cómo se pinten estos recursos en las cuentas de cada institución será la prueba de fuego para poner en evidencia si solo son promesas electorales o producto de un decisión firme por ampliar los recursos existentes hasta ahora.

El Gobierno autónomo ha anunciado que las partidas canarias crecerán entre 60 y 90 millones. El Cabildo de Gran Canaria, una inversión de 10 millones para sus programas contra de emergencia y empleo.

La cesión del ITE puede ofrecer una vía de financiación añadida para las corporaciones, ya que el 52% de los 160 millones que el Estado prevé devolver a Canarias corresponde a los ayuntamientos y cabildos. La discusión está ahora en si pueden o no ser destinados a estos programas sociales y de empleo, además de a inversiones, como pretende el Gobierno de Canarias. Una vez más la lógica de la burocracia frente a la lógica de la realidad. Una burocracia que ralentiza la concesión de las ayudas de emergencia hasta seis o siete meses, según ha reconocido el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, y años algunos de los programas de empleo o vivienda que podrían aliviar a los más necesitados.

Los planes parciales no dejan de ser parches que no permiten a la población empobrecida salir de la espiral de exclusión en la que se encuentran -el Plan E de Zapatero es un botón de muestra-. Los expertos apuntan a la necesidad de no dispersar los recursos e ir a planes integrales: ocho o diez medidas que, conjuntamente, permitan sumar recursos y multipliquen los efectos.

Las sesudas estadísticas siguen registrando año tras año retrocesos tanto a nivel regional como nacional y europeo. En los países de la UE hay hoy 7,5 millones más de pobres que en 2009. Y lo peor es que lejos de reducirse en los próximos años, el desigual crecimiento y reparto de los recursos va a hacer que sigan aumentando en los próximos años: "No es un problema de escasez de recursos, sino de su distribución", resume Oxfam en su informe. "Dale un pez a un hombre, y comerá hoy. Dale una caña y enséñale a pescar y comerá el resto de su vida", reza un conocido proverbio chino. ¿Qué está ofreciendo la clase dirigente a la clase exlcuida: la caña o el pez? "Solo hay un modo de salir de la marginación en que estamos: un trabajo. Pienso en volver a la vida de antes y me parece... muy lejano, casi imposible".

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