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Reconocimiento a la entrega y el valor

Francisco Javier Escó y David Guillén reciben el distintivo rojo por su valentía en acto de servicio

Francisco Javier Escó y David Guillén, ayer, tras el acto. JUAN CARLOS CASTRO

A pesar de la solemnidad y la oficialidad, en la ceremonia se vivieron momentos emotivos. Uno de ellos fue al recordar a aquellos que ya no están y pasaron a mejor vida. El otro, tuvo lugar durante la entrega de medallas a dos personas que estuvieron a punto de perderla y que, por suerte, lo pueden contar.

La sala al completo rompe en aplausos al escuchar sus nombres. El primero en desfilar hacia las autoridades es David Guillén Díaz. Miembro del cuerpo desde 2007, lleva desde hace algunos meses de baja con motivo de las graves secuelas que le quedaron tras sufrir un accidente durante una intervención en Guanarteme. "Fue como otras tantas que se realizan a lo largo del año", explica, "era una entrada de registro y estábamos cubriendo las posibles salidas por las que podía escapar la persona a la que íbamos a detener". Él, en concreto, se encontraba en el tejado cuando una parte de este cedió provocándole una caída de diez metros.

"Tengo dos placas en la espalda, porque me rompí dos vértebras, además de la fractura de clavícula y escápula", cuenta quien aún está en proceso de rehabilitación, a la espera de poder volver a incorporarse a su trabajo. "Es complicado, porque tengo que pasar varios tribunales por la gravedad de las lesiones, pero mi intención sí que es volver".

Francisco Javier Escó Navarro, en cambio, lleva en activo desde el pasado 22 de junio. Al igual que su compañero, él también acaba de recibir una condecoración al mérito policial con distintivo rojo. ¿El motivo? No lo recuerda muy bien, porque perdió "toda la memoria". No obstante, Escó Navarro relata sereno lo que ocurrió "aquella noche" del 6 de diciembre del pasado año cuando recibió un golpe que le partió el cráneo, curiosamente también durante acto de servicio en el citado barrio de Guanarteme.

"Fue en una discusión de malos tratos en la que yo separé al chico. Al principio él colaboró, pero en un momento dado me propinó un puñetazo que me hizo caer al suelo". El sujeto del que habla Escó era un experto en artes marciales que le dejó en coma durante dos meses debido al traumatismo craneoencefálico que le provocó el golpe.

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