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Medio Ambiente La gestión de los espacios protegidos

El botellón y cabras como el muflón y el arruí amenazan los parques nacionales

El biólogo Carlos Silva denuncia que los escarabajos mueren en los envases de cristal abandonados en El Teide

Carlos Silva, biólogo y divulgador científico, lo tiene claro. Hace falta "voluntad política" y "cooperación entre instituciones" para eliminar los problemas que amenazan la salud de los parques nacionales de Canarias, con la finalidad de conservar mejor el patrimonio y convertir esos espacios en "referencia europea". Se trata, en general, de acabar con el "botellón" en El Teide, impedir que se saque arena para hacer las alfombras del Corpus o controlar especies invasoras como el arruí y el muflón, dos tipos de cabra que causan daños a la vegetación de Tenerife y La Palma, entre otras acciones denunciadas ayer por el experto en las terceras jornadas de Medio Ambiente celebradas en la capital grancanaria.

Silva, en poco más de una hora, repasó con imágenes y palabras el estado en el que se encuentran los cuatro parques por excelencia de Canarias: el Parque Nacional del Teide, en Tenerife; el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, en La Palma, el Parque Nacional del Garajonay, en La Gomera, y el Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote. "Los problemas son fuertes, pero pueden tener solución en dos o tres años si hay un compromiso político y se ponen medios", añadió el ponente. Esos espacios gozan de la máxima protección, el nivel dos, y atesoran una biodiversidad que coloca a la islas en la quinta posición mundial en variedad de especies animales y vegetales. De ahí el mensaje lanzado por el biólogo a los políticos, sobre todo a los consejeros que acaban de tomar posesión en el Gobierno de Canarias y los Cabildos.

Champán en Las Cañadas

"No debemos descuidar El Teide a cambio de un beneficio anual de 200.000 euros en copas de champán", critica el biólogo sobre la costumbre de beber el espumoso en ese espacio nacional protegido. Y es que los visitantes, al copiar la iniciativa puesta en marcha por los comercios, han comenzado a traer la botella de casa y eso ha derivado en un "botellón" sin control.

En concreto demanda la creación de un cuerpo de guardas que vigilen más allá de las cinco de la tarde y pongan fin a ese fenómeno, pues el olvido de botellas de cristal con líquido en su interior está causando un atentado ecológico, asegura Silva. ¿El motivo? El culo de esas botella se llena de insectos y esto atrae a los piomelios, unos escarabajos que mueren ahogados en el líquido. "Eso es un delito ecológico", añade Silva, con 24 años de experiencia en los patronatos que gestionan El Teide, El Garajonay y Timanfaya. En su momento prestó asesoramiento en las leyes que convirtieron esos espacios en parques nacionales.

Otro problema es el uso de arena extraída del Parque Nacional del Teide para hacer las alfombras del Corpus en La Orotava. El asunto fue denunciado el pasado mes de junio por el colectivo ecologista Tabona, en Güimar, pero ha caído en el olvido y por eso Silva demanda a estos grupos que perseveren en sus denuncias. No para cuestionar la elaboración de las alfombras, sino para que se utilice otra arena en ese arte efímero.

El biólogo explica que es necesario "eliminar" al muflón, una cabra con aspecto de oveja que procede de Córcega y está causando estragos en las cañadas del Teide, donde llega a comer entre cinco y ocho kilos de plantas. Algo parecido ocurre en la Caldera de Taburiente con el arruí, una cabra africana que amenaza a la flora y fauna local por su capacidad de adaptación y afán colonizador. Ambas especies llegaron a Tenerife y La Palma a principios de la década de los 70 por iniciativa de un empresario que las introdujo como pieza de caza mayor. Eran tiempos en los que el Icona, el antiguo Instituto para la Conservación de la Naturaleza, utilizaba los montes como centros de producción y se permitían actividades de ese tipo. Ahora está prohibido cazar en los parques nacionales. De la contradicción y la necesidad de erradicar esas especies.

"Los japoneses pagaban lo que fuera para ver el cultivo tradicional en La Geria, pero han sustituido las excavaciones en la tierra por muritos y eso acaba con un paisaje único al vaciarlo de rofe", explica Silva sobre las corrientes de viento que afectan a la roca volcánica característica de la zona. Asimismo cuestiona que se permita la entrada masiva de coches a Timanfaya, que linda con La Geria, pues los visitantes, al quedarse atrapados en las colas, se bajan de los vehículos y arrancan trozos de lava volcánica, entre otros daños causados en esos accesos.

En La Gomera, aparte del incendio de 2012, que quemó por primera vez un bosque húmedo, de laurisilva, el problema lo tienen con "la maldición de la oreja de gato", una planta invasora.

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