Victoria Rosell: "Espero formar parte de un gobierno que pueda cambiar las cosas"

Espero aportar ilusión y todo el bagaje que puedo ofrecer a la ciudadanía que he aprendido durante todos estos años en la administración de Justicia, donde tomamos contacto con casi todos los problemas sociales, porque donde no hay una respuesta social muchos de los problemas acaban en los juzgados y así ha sido con esta crisis. La gente se ha visto tan desasistida que nosotros hemos notado muchísimo la carencia de algunas respuestas a nivel social y se han criminalizado y judicializado muchísimos conflictos. Vengo de un mundo que no es en absoluto ajeno a todos los problemas sociales, porque en los juzgados acabas viendo los problemas económicos, familiares, de falta de vivienda, de trabajo, de mecanismos y programas preventivos, de malos tratos, de falta de atención a la gente con problemas de drogas, con problemas psiquiátricos... Se han agudizado todos los problemas sociales en los últimos años de una manera tremenda.

¿Y eso es por causa del Gobierno del Partido Popular?

Este Gobierno ha tomado decisiones claramente con prioridades que no eran las personas más vulnerables. Entre proteger al mercado y a la banca o proteger a la ciudadanía se ha optado por lo primero y se han vendido como medidas irremediables cuando no ha sido así. La crisis ha azotado a toda Europa en distinto grado y aquí las decisiones que se han tomado han sido opciones con gran carga ideológica y realmente podían haber sido otras. Se ha optado por rescatar a la banca y no a la ciudadanía, no se ha optado por otras posibilidades como defender el derecho a la vivienda o al trabajo. Ha habido una reforma laboral absolutamente demoledora para los derechos de los trabajadores, el derecho a la negociación colectiva y a la fuerza vinculante de los convenios. Ha habido reformas contra los derechos de las mujeres, de las personas migrantes, contra el medio ambiente y, sobre todo, contra derechos y libertades clarísimamente en la ley de seguridad ciudadana y en el Código Penal. Incluso reformas que han ido en sentido contrario a intentar combatir la corrupción que se han dicho de palabra, pero luego con los hechos se han aprobado reformas legales, como la ley de enjuiciamiento criminal, que no ayudan en absoluto a solucionar los conflictos de corrupción.

¿Su aportación es para cambiar esas leyes?

La gente cada vez ve más claro que la legislación importa y que tiene unas opciones marcadamente ideológicas y se puede legislar para la mayoría o para la minoría y en función de esto se tilda a un gobierno de más autoritario o de más democrático. Se ha legislado más para la minoría, para defender los privilegios de quienes ya ostentaban el poder, no sólo político sino también económico, y todo eso ha sido a costa de los derechos de las personas más vulnerables. Creo que ahí hay unas opciones clarísimas legislativas que se pueden y se deben cambiar desde el Parlamento.

¿Le convenció en estos días Pablo Iglesias?

La propuesta partió tanto de Podemos estatal como de Podemos Canarias. Con quien tengo muchísima vinculación personal y profesional es con las personas de Podemos de aquí.

¿Con Pita, la secretaria general que iba a ser cabeza de lista?

Sí, con Meri tengo muchísima y buenísima relación pero también es verdad que cuando las personas están en contacto con la sociedad, al final, en unas ciudades del tamaño de la nuestra, los círculos se van encontrando. Cuando alguien trabaja por cualquier causa que considera justa, al final te acabas encontrando con estas personas de Podemos. Realmente el ofrecimiento ha venido de los dos sitios.

¿Pero usted tiene relación con Pablo Iglesias?

No tengo todavía ninguna relación personal. Si Pablo Iglesias ha oído hablar de mí como para provocar que me llamara ha sido probablemente por mi trabajo en Las Palmas, aunque también la portavocía a nivel nacional de Jueces para la Democracia siempre te sitúa en una posición un poquito más visible. Vamos, que la propuesta no ha venido teledirigida desde Madrid. Creo que a mí donde se me conocía era en Las Palmas y de aquí seguro ha tenido que partir la sugerencia por lo menos.

¿No teme que afecte a su carrera judicial definirse como candidata de una formación? A otros los han nombrado como cargos pero usted va a tener que hacer campaña.

Claro, pero no es lo mismo que te nombren un cargo de elección puramente política, a dedo digamos, que someterte a unas elecciones, a la soberanía popular, que, en realidad, según la Constitución es de donde emanan todos los poderes del Estado, y en todo caso será más legítimo. Someterte al pueblo, que sea quien juzgue. Es un ejercicio de honestidad que otras fuerzas políticas no hacen. Otras fuerzas políticas cuando han querido a alguien experto en algún tema han esperado a alcanzar el poder y después lo han nombrado discrecionalmente.

¿Podemos tiene expectativas?

No conozco muy bien los datos, ni las encuestas pero hay que pensar más bien en transmitir ilusión a la gente y tratar de convencerla. Ya que he dado este paso mi ilusión es poder representar a la gente en el Parlamento y creo que modestamente sí tengo algo que aportar.

¿Se ve en la oposición o en el Gobierno?

(Risas) Cuando te presentas a esto es con la ilusión de poder cambiar las cosas no de protestar. Por protestar ya estábamos protestando desde la judicatura , desde la Fiscalía y desde muchísimos sectores sociales. Lo que espero es poder formar parte de un gobierno que pueda cambiar las cosas, de una mayoría que pueda hacer las cosas por las que estamos luchando. No tengo vocación de oposición. Aunque sinceramente no me he situado en ningún cargo ni tengo esa perspectiva. Vamos a intentar tener el poder suficiente en el Parlamento para influir en las leyes.

¿Se ve usando la palabra casta en el Congreso?

Antes de que se pusiera de moda en el debate político la palabra casta siempre habíamos usado la de oligarquía. Creo que el poder político, el económico y los poderes del mercado que no están sometidos a la Constitución, que tienden a ser salvajes y a ocuparlo todo sin ninguna regulación, eso sería la casta.