El capitán José Morales Rodríguez era un piloto de elevada experiencia, con más de 2.000 horas de vuelo a sus espaldas y curtido en diversas misiones en Afganistán. Sus compañeros y allegados destacan su profesionalidad en el servicio. Natural de Barcelona, casado y con una niña de corta edad, una de sus pasiones era el deporte. Un atleta que amaba sobre todo las actividades en las que pudiera poner a prueba su resistencia. Hace cuatro años participó en una de las competiciones más severas del mundo: El Marathon des Sables, conocida popularmente como la Maratón del desierto, una exigente carrera por etapas que se organiza en Marruecos y en la que los participantes se enfrentan a temperaturas extremas que rondan los 50 grados, 250 kilómetros de recorrido y vientos fuertes.