El 802 Escuadrón del Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) en peso se reunió ayer en la base aérea de Gando para arengarse mutuamente, darse ánimos y, entre abrazos, permanecer unidos frente al dolor por la muerte del capitán piloto José Morales, el teniente piloto Saúl López Quesada y el sargento mecánico Jhonander Ojeda en el accidente de helicóptero del 22 de octubre pasado. "¡Venga, que la gente llore! ¡Hay que ponerse las pilas! ¡Esto no se puede parar!", fueron algunas de las frases pronunciadas.

Pilotos, rescatadores, mecánicos, sanitarios, toda la unidad hizo piña dentro de su aflicción por el golpe que supone haber perdido en 19 meses a siete de sus integrantes. Con el convencimiento de que hay que continuar adelante, porque su labor de rescate no se puede dejar de realizar, uno de los miembros del 802 Escuadrón de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire destacaba que todavía tienen un helicóptero en Dajla, pero sobre todo que "hay que tener en cuenta que si alguien requiere de nuestros servicios tenemos que estar en el aire".

En un momento de la conversación, el compañero no puede reprimir las lágrimas, aunque se repone para glosar la figura de los tres fallecidos en el último accidente. "Nos sentimos orgullosos de haber tenido a gente como José Morales, Saúl López y Jhonander Ojeda en el SAR", manifiesta. A continuación, se detiene un momento en este último para hacer mención a su valor. "Tenemos constancia de que el ejemplo de Jhonander Ojeda, quien pidió el alta voluntaria cuando pudo haber dejado de volar, ha sido tomada por algunas unidades militares para que sirva de modelo entre sus soldados", resalta.

No obstante, en este triste día para el 802 Escuadrón la prioridad ha sido atender a las familias de las víctimas. "El ministro se acerca, coge a uno, se va con él; vuelve, charla con otro; se sienta con una familia, luego con otra... Está transmitiendo mucha cercanía. Hay una espera dulce. Ahora estamos con los ensayos para las honras fúnebres y para cubrir la guardia de honor", cuenta el militar, que atesora muchos años de experiencia y cientos de salvamentos.

El teniente coronel jefe Fernando Rubín Maté también está dando ánimos a su gente de manera constante. Para ello se apoya en sus tres comandantes. Ya ha pasado por este trance. Cuando tomó el mando, hacía escasas fechas que se había producido el otro accidente donde fallecieron el capitán Daniel Pena Valiño, los tenientes Carmen Ortega Cortés y Sebastián Galván y el mecánico sargento Carlos Caramanzana Álvarez.

Pero tal vez hayan sido los numerosos mensajes recibidos de anónimos conocedores de la labor del SAR en Canarias y de algunas personas a las que rescataron los que mejor han reconfortado a los miembros del 802 Escuadrón. En la noche del jueves, varias de estas personas comenzaron a colocar cirios encendidos, flores y poemas. Uno, firmado por María del Pino, llamaba la atención: "Hasta la próxima mis héroes, las mejores personas del mundo. Nos volveremos a encontrar. Ahora nos cuidaréis desde el cielo. Adiós mis ángeles rescatadores. Dejaréis una gran vacío en nuestros corazones. Ahora estáis bien acompañados. Os mando todo mi apoyo SAR 802".

Otra de las personas que mostraron su apoyo a los militares fue la italiana Eleonora de Sabata, una naturalista famosa por sus reportajes en National Geographic.

De Sabata fue rescatada el 22 de diciembre del año 2000 con un tiempo infernal en pleno océano Atlántico y con una meteorología endemoniada al hundirse la embarcación en la que navegaba. Quiso unirse al dolor del 802 Escuadrón desde Italia.

Hoy está previsto que mientras aguardan el rescate del tercer cuerpo que permanece en el fondo del mar y la llegada de los restos de los tres compañeros a la base Aaérea de Gando, se les sume el presidente Mariano Rajoy.