El expresidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, se resiste a salir de la primera fila de la política. Ya sin cargos institucionales u orgánicos -dejó la presidencia del Coalición Canaria tras el acuerdo del Consejo Político del partido que le retiró su confianza en favor de Fernando Clavijo en septiembre de 2014- utiliza ahora su blog personal y su cuenta en la red social Twitter para poner en duda la estrategia de su partido de cara a las elecciones generales del 20 de diciembre. No le gusta, dice, ni la "actitud complaciente de CC con el PP, que ha gobernado cuatro años dando la espalda al Archipiélago" ni, de otro lado, "la falta de acuerdo" entre las dos formaciones nacionalistas canarias (CC y Nueva Canarias) "para sumar fuerzas en la defensa de Canarias en el Parlamento de España".
"El nacionalismo canario corre el serio riesgo de seguir perdiendo influencia política en el Parlamento de España", insistía en un tuit publicado el pasado domingo, 1 de noviembre, en plena resaca por la noche de los finaos.
La estrategia de CC igual que la de NC, con la firma de una alianza para sumarse a la candidatura socialista, "confunde", desde su punto de vista, a los votantes tradicionales de uno y otro partido. "No resultan fácil de explicar los movimientos que se han producido y se están produciendo en el ámbito del nacionalismo canario", mantiene.
Lejos de su intención, las palabras de Rivero ahora han recordado en el seno del partido a las apariciones públicas del expresidente nacional José María Aznar (PP) en las que pone en duda los movimientos de la formación de la que es presidente de honor. Ayer, pasado el puente festivo, no tardaron en salir a la palestra nacionalistas que se sienten directamente aludidos. La candidata de CC por la provincia de Santa Cruz de Tenerife al Congreso de los Diputados, Ana Oramas, teme que el expresidente siga molesto por su pase a la segunda fila y le recordó que la ropa sucia se lava en casa, como reza el refrán. "Cuando uno sale de un cargo y tiene un sustituto y es de su mismo partido y hay algo que no conoce u opina distinto, se le llama o se le comenta en una reunión del partido".
Si lo hace y ahora, en plena campaña electora, explicó Ana Oramas en la Cadena Ser es "por el poco afecto que me tiene a mí o una deriva que no tiene sentido", y que solo perjudica al partido, le advirtió.
Y es que Oramas y Rivero, según explicó la candidata, hace cuatro años que no se hablan. La relación si ya era fría al inicio de la legislatura pasada al final pasó a helada, cuando la lagunera tomó partido por Clavijo en la batalla política que ambos mantuvieron para encabezar la lista de CC y acceder a la Presidencia. Hay "razones por las que hay que pasar página. Él sabrá", apuntó, al tiempo que recordó que "fue muy dura la batalla, el ganar dentro de CC para que se produjera un cambio". Lo hizo, dijo, "muchísima gente, con mucha ilusión, sabiendo que las cosas se podrían hacer de otra forma".
Rivero mantiene en su planteamiento en paulinorivero.com que después del 20D por primera vez desde 1977 serán necesarias nuevas fórmulas para gobernar. Descarta una mayoría y cree difícil que el Gobierno se pueda apoyar en fuerzas territoriales como PNV, CiU o CC. Ante los partidos mayoritarios se abre un abanico de nuevas posibilidades -Ciudadanos y Podemos- y teme que las estrategias que siguen los nacionalismos canarios desmotive a quienes creen que es posible defender a Canarias desde Madrid.
