El ministro de Defensa, Pedro Morenés, achacó ayer a un fallo técnico la caída del helicóptero del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR) del Ejército del Aire el 22 de octubre en el Atlántico con tres tripulantes a bordo, que perdieron la vida. El aparato se partió en tres, aunque se desconoce si se rompió al colisionar contra el agua o en el fondo por las fuertes corrientes marinas. El buque noruego Olympic Zeus ya ha recogido los "tres trozos" de la aeronave, aunque quedan otros fragmentos más pequeños por recopilar, según fuentes militares, que apuntan que "está casi todo el trabajo hecho".
En su primera comparecencia un día después del accidente y tras visualizar las imágenes captadas por los medios aéreos que intervinieron en la operación de rescate, Morenés aseguró que el helicóptero, que regresaba a Gran Canaria desde Senegal, no estaba "roto". "Hemos visto que la cabina no estaba destrozada, por lo que no ha habido un impacto violento contra el agua", manifestó en su intervención.
En declaraciones ayer a Onda Cero, el titular de Defensa explicó que el helicóptero volaba en un vuelo de tránsito a unos 2.000 metros. "Esos vuelos no son tácticos, es decir, no exige ningún esfuerzo especial ni de pilotos ni del aparato, eso nos hace pensar que pudiera haber alguna incidencia técnica, pero no lo podremos saber hasta que realmente los expertos nos digan qué es lo que pudo haber fallado", apostilló. Morenés dijo que el helicóptero "se ha partido en tres y los trozos están controlados".
Los pedazos se han izado por separado. Además, se recuperarán otras piezas esparcidas por la zona del siniestro, de interés para la investigación a cargo de la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares y del juez togado militar.
En el dispositivo interviene el Olympic Zeus, que cuenta con una potente grúa, el buque de acción marítima Rayo, de la Armada, y los cazaminas Turia y Segura.
Respecto a la caída de otro helicóptero Super Puma el 19 de marzo de 2014 en el que fallecieron cuatro militares del SAR, Morenés desvinculó ambos sucesos y sostuvo: "Nuestros helicópteros son buenísimos". Entiende que exista "una especial preocupación por este asunto", pero defiende que "nadie va a volar si no va en condiciones". Se trata de "aparatos tecnológicos muy avanzados, pero ocurren accidentes como estamos viendo estos días. Lo más importante es analizar las causas", añadió.
Señaló que la tragedia del pasado año está aún en fase judicial y fue una operación táctica nocturna, "muy distinto a volar de día y en un vuelo de tránsito [como el del 22 de octubre] y eso hace pensar que las causas puedan ser distintas", indicó, aunque no quiso intervenir en la investigación judicial.
La delegada del Gobierno, María del Carmen Hernández Bento, confirmó ayer que el vuelo de hace dos semanas "no tenía ningún tipo de riesgo ni condiciones meteorológicas adversas". "Realmente nos ha sorprendido a todos", sentenció.
