El Ministerio de Defensa da por cerrada la recuperación de los restos del helicóptero Super Puma que se precipitó al mar el 22 de octubre a unos 74 kilómetros de la costa del Sahara y en el que perdieron la vida tres militares del Servicio de Búsqueda y Rescate (SAR) del 802 Escuadrón del Ejército del Aire. Ahora se abre una nueva fase para esclarecer qué ocurrió aquel día, en el que el aparato cayó en un punto sin cobertura de radio y radar, cuando regresaba a Gran Canarias tras unos ejercicios de entrenamiento en Senegal. Era un vuelo de tránsito, a unos 2.000 metros de altura, y en horas del mediodía.

El departamento que dirige Pedro Morenés sospecha que un fallo técnico provocó la tragedia, en la que fallecieron el capitán José Morales Rodríguez, el teniente Saúl López Quesada y el sargento Jhonander Ojeda Alemán. Sus cuerpos fueron recuperados hace una semana por los buceadores de la Armada de la cabina del aparato y el 1 de noviembre se ofició un funeral en su memoria en la Base Aérea de Gando.

Ayer, la zona cero del siniestro quedó despejada. Todos los medios marítimos movilizados por el Estado para participar en la operación de búsqueda y rescate abandonaron el lugar y emprendieron rumbo a Gran Canaria. El buque de acción marítima Rayo, de la Armada, que ha coordinado todo el operativo, arribó anoche a la isla, mientras que está previsto que hoy lleguen a la Base Naval, en la capital, los cazaminas Turia y Segura y el buque noruego Olympic Zeus, cuya potente grúa ha servido para recuperar los restos del aparato.

Las malas condiciones del mar dificultaron desde el principio el izado de la aeronave, que se había fracturado en tres partes, aunque se desconoce si debido al impacto o por las corrientes marinas.

El jueves, el dispositivo, integrado por 22 buzos y las embarcaciones citadas, consiguió recopilar los bloques principales del helicóptero, hundido a unos 50 metros de profundidad, al igual que otras piezas del fuselaje de dimensiones más pequeñas esparcidos por el área del accidente.

Una vez que se da por concluido el operativo le toca a la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (Citaam) clarificar lo ocurrido. Su informe deberá ser ratificado por el juez togado militar número 52 de Las Palmas, aunque, si éste no se da por satisfecho, entonces podrá solicitar nuevas pruebas periciales a otro organismo.