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50 luces y sombras de la economía

La legislatura en España acaba con menos paro, más crecimiento y menos déficit que en 2011, pero con menor empleo, mayor deuda y más presión fiscal

Los cuatro años de la actual legislatura dejan una situación económica con luces y sombras respecto al final de la precedente, tanto en España como en Canarias.

En general, la muestra tendencial es favorable, en la medida en que el PIB, el déficit público y el empleo se han dado la vuelta y ahora siguen trayectorias de mejora y no de empeoramiento. El PIB crece con fuerza (3,4%), el déficit público anual se redujo casi a la mitad y el mercado laboral se reactivó. Hay indicadores, sin embargo, que siguen empeorando, como la deuda pública (creció en 163.771 millones) y la deuda externa (ésta, de forma leve), aunque se achicó la deuda privada.

Canarias no se aleja del marco general. Hoy por hoy la Comunidad Autónoma presume de un PIB que crece por encima de la media nacional, un endeudamiento y déficit público menor y más controlado que en la mayoría de las regiones y una bajada del número de parados merced a los buenos resultados del sector turístico. Pero, sin embargo, la tasa de paro sigue la segunda más alta del país a penas por debajo del 30% y con más de 50.000 hogares en el Archipiélago son ningún tipo de ingresos.

Comparando a nacional las estáticas entre el final de la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero (PSOE) y la de Mariano Rajoy (PP), hay muchos indicadores que, por el deterioro acumulado entre 2012 y 2014, aún siguen peor en términos cuantitativos que hace cuatro años. Es el caso del empleo.

Aunque el paro está en España por debajo de los niveles de fines de 2011, la ocupación sigue peor que entonces: hoy hay 105.000 ocupados según la EPA y 6.836 afiliados a la Seguridad Social menos que con Zapatero. Esto significa que la caída del paro no se ha debido tanto a la creación de empleo como a que muchos parados desistieron de buscar ocupación por falta de expectativas de hallarlo y a que muchos optaron incluso por irse de España, lo que se refleja en la caída de la población española desde 2012, la merma desde entonces de la población activa y los movimientos migratorios.

Pese a que el saldo es peor en empleo, la tendencia se ha invertido desde 2014, por lo que la situación está mejorando. No obstante, el compromiso electoral de crear entre 2011 y 2015 3,5 millones de empleos quedó muy lejos de la realidad. En el cómputo global de la legislatura se ha destruido empleo neto, aunque muchísimo menos que en la precedente.

La mejora cuantitativa del mercado laboral desde 2014 convive no obstante con un deterioro de los aspectos cualitativos. Aumentó la temporalidad, cayó el empleo indefinido, creció la ocupación a tiempo parcial, se incrementó el paro de larga duración y sigue cayendo la tasa de cobertura (protección) de los desempleados.

La sostenibilidad del sistema público de pensiones también se ha deteriorado: hoy hay menos cotizantes por pensionista y el fondo de reserva de la Seguridad Social , que comenzó la legislatura en récord histórico (casi 67.000 millones), ha menguado hasta los 37.000 millones.

La morosidad bancaria, aunque ahora está a la baja, sigue muy por encima de la de 2011, el número de empresas está por debajo y la inversión productiva extranjera también. Por el contrario, el turismo exterior prosiguió al alza durante la legislatura y está en nivel récord por la caída de precios, la depreciación del euro y los conflictos en el Mediterráneo. Este último sector contribuye, además, la mejora de la capacidad de financiación exterior.

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