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Más emigrantes, menos votos

Unos 130.000 sufragios de los canarios residentes en el extranjero irán a la abstención - Los ausentes isleños están repartidos por 140 países

El número de votantes canarios en el extranjero se ha duplicado en la última década, hasta un total de 137.262 electores, pero, paradójicamente, los emigrantes tienen cada vez menos influencia en el resultado final de los comicios. Solo una mínima parte de ellos acude a las urnas tras los cambios en la normativa electoral, que ahora les obliga a inscribirse personalmente y con meses de anterioridad. Por tanto, más de 130.000 isleños con derecho a voto pasarán a engrosar las filas de la abstención en las Elecciones Generales del próximo 20 de diciembre, según refleja el censo del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Lejos quedan los tiempos en que los candidatos canarios de casi todos los partidos se desplazaban a Venezuela para captar a los emigrantes isleños o a sus descendientes, pues sus votos podían ser decisivos para lograr una alcaldía, un consejero del Cabildo o un diputado. De hecho, en las islas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife los residentes en el extranjero suponen más del 10% del censo electoral, hasta 38% en el caso de La Gomera o el 25 % en La Palma.

No obstante, el peso del voto emigrante ya no parece preocupar a ningún partido, ni para bien ni para mal, pues solo 4.684 personas (3,4%) han cumplimentado los trámites para ejercer el sufragio el 20-D en embajadas, consulados o por correo. Además, la experiencia de anteriores comicios revela que poco más de la mitad de los solicitantes acaba votando finalmente.

Los expertos atribuyen el aumento de los emigrantes con derecho a voto a tres razones fundamentales: la salida de trabajadores canarios a países extranjeros por la crisis económica; el proceso de regularización de los descendientes de isleños en Venezuela, Cuba o Argentina; y, por último, el regreso a sus países de origen de inmigrantes europeos y sudamericanos pese a haber obtenido la nacionalidad española. Sin embargo, no existen cifras oficiales sobre esos tres segmentos de votantes, solo aproximaciones al analizar el número de canarios que viven repartidos en 140 países.

Incremento

El Censo Electoral de Españoles Residentes en el Extranjero (CERA) para los comicios del 20-N revela que el número total de votantes asciende a 1.875.272, de los que 137.262 corresponden a la Comunidad Autónoma de Canarias. En concreto, 40.324 electores son de la provincia de Las Palmas y 96.938 de Santa Cruz de Tenerife.

Hace diez años, a fecha de 31 de diciembre de 2005, había 63.034 canarios en ese mismo censo electoral, 14.501 en Las Palmas y 48.533 en Santa Cruz de Tenerife, lo que refleja que en una década se ha registrado un aumento de 74.228 votantes, más del doble, y que ese incremento se aceleró a partir de 2009, con el comienzo de la crisis económica.

El sociólogo Miguel Guerra García de Celis considera que una buena parte de esa subida se debe a la emigración de canarios por motivos económicos y pone como ejemplo a los sanitarios cualificados en las universidades isleñas que se han ido a trabajar al Reino Unido, Alemania o Portugal. Aparte de esos tres países, otros receptores europeos de centenares de isleños son Francia, Bélgica, Países Bajos, Suiza, Suecia o Italia.

Miguel Guerra, profesor de la Universidad a Distancia y analista de los procesos electorales en el Archipiélago, recuerda, no obstante, que el grueso del voto exterior se concentra en Venezuela y Cuba, y en menor medida en Argentina, Uruguay y otros países sudamericanos, lo que denomina "la nacionalización española por vínculos familiares". Se trata de hijos o nietos de los canarios que emigraron a América en la primera mitad del siglo XX, a los que se les ofrece la oportunidad de obtener la doble nacionalidad para retornar definitivamente a las Islas o para viajar a la tierra de sus antepasados.

Eso explica que casi la mitad de los canarios con derecho a voto en el extranjero, 62.023 personas, residan en Venezuela, y otros 45.219 en Cuba, en porcentajes que se mantienen similares a lo largo de toda la década analizada.

El tercer grupo, el de los extranjeros que retornaron a sus lugares de origen tras vivir en Canarias y adquirir la nacionalidad española, es más heterogéneo y difícil de cuantificar. Tras estallar la crisis económica, muchos inmigrantes sudamericanos han vuelto a sus países, pero los datos del CERA sugieren que solo regresaron los que no consiguieron la doble nacionalidad, pues los votantes canarios en Colombia, Ecuador, Perú, o República Dominicana no llegan, en conjunto, a 2.000 personas.

Pero mientras el número de emigrantes crece año a año, su participación en las elecciones cae a niveles casi testimoniales por la reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 2011, que exige unos trámites previos. "Realmente, el voto de los que residen en el extranjero no va tener ningún peso, y menos aún con la normativa del voto rogado", comenta Aniano Hernández, profesor de Sociología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quien precisa que solo 115.000 españoles en el exterior han solicitado votar en estas elecciones, lo que supone solo el 6% de todos los votantes que viven en el extranjero.

"Se trata -opina Hernández- de un proceso burocrático totalmente anacrónico con los tiempos telemáticos en que vivimos. Además, piénsese que más del 90% de los ausentes canarios viven en Venezuela y Cuba, y ninguno de esos países está como para preocuparse y dedicarse burocráticamente a votar en los comicios españoles".

Según este sociólogo, "el sistema estadístico público de España es incapaz de registrar fehacientemente los emigrantes españoles hacia el extranjero". Por ejemplo, para el INE emigraron 9.806 españoles al Reino Unido en 2014, pero las estadísticas británicas señalan que ese año el flujo de inmigrantes españoles a su territorio fue de 119.000. "Lo mismo podemos decir respecto a Alemania: para el INE emigraron en 2014 solo 7.863 españoles a ese país, mientras que la estadística alemana señala un flujo de 146.000 inmigrantes españoles", apunta Hernández.

España, a su juicio, "requiere un replanteamiento urgente de su estadística migratoria, poniendo en marcha un sistema de información ágil y veraz, que recoja especialmente los casos de emigración al exterior; eso ayudaría a resolver el derecho al voto desde el extranjero, pero, sobre todo, serviría para conocer quiénes se están marchando, con qué perfiles, motivaciones y expectativas".

"De esta manera, los gobernantes no harían el ridículo como lo hizo la vicepresidenta del Gobierno en el debate electoral del lunes, diciendo que de los 700.000 emigrantes españoles en el extranjero, más de 600.000 no eran nacidos en España. Es decir, como no tenemos un sistema que recuente fehacientemente los españoles que se van fuera, 'realmente' no se van, para el Gobierno 'solo' se van los migrantes que quieren retornar a sus países", concluyó Hernández.

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