El segundo round del combate entre candidatos al Congreso de los Diputados por la provincia de Las Palmas se vivió en directo, la noche del martes, por medio de un novedoso formato digital, a través de la propuesta del periódico Canarias en hora. José Manuel Soria (PP), Sebastián Franquis (PSOE-NC), Pablo Rodríguez (CC), Saúl Ramírez (Ciudadanos) y Victoria Rosell (Podemos) expusieron los ejes principales de sus respectivos programas, con el empleo y el Estado de bienestar como principales preocupaciones. Además, el primer foro electoral transmitido exclusivamente por Internet en la historia del Archipiélago, volvió a calentarse -como sucedió en el debate de la Cadena Ser- con la batalla dialéctica entre los cabezas de lista de Podemos y PP en el bloque dedicado a la corrupción.

El director de Canarias en hora, Pedro Guerra, además de promotor de un acto que se celebró en el Hotel Santa Catalina frente a un nutrido grupo de representantes sociales, políticos y empresariales de la Isla, analizó ayer el debate dividido en dos puntos. Por un lado, se refirió a "un todos contra uno" frente a los recortes del Gobierno y, en segundo lugar, el evidente enfrentamiento entre Rosell y Soria. "Hubo un momento de mucha tensión, con alusiones personales, ataques directos e interrupciones constantes", valoró éste para explicar que "era de esperar" en vista de los precedentes después de que la Fiscalía provincial abriera diligencias contra Rosell para resolver si la juez en excedencia seguía investigando a Miguel Ángel Ramírez por presuntas irregularidades fiscales en una de sus empresas mientras este negociaba con el periodista Carlos Sosa -pareja de la magistrada- el alquiler de su licencia de radio a la UD Las Palmas, que preside Ramírez.

La tensión se disparó cuando el ministro recordó el caso Salmón, en el que estuvo imputado por un presunto delito de cohecho, tras un supuesto soborno, y que "fue desestimado". Rosell contestó que se salvó porque el hecho había prescrito "después de que el fiscal anticorrupción reconociera que era delito" y aseguró que cuanto menos es "éticamente reprochable". En ese momento, el candidato del PP golpeó a su contrincante al describir el gesto de Rosell como conmovedor, "cuando ha favorecido negocios mientras investigaba, tal y como ha denunciado la Fiscalía". Esto encendió el debate con un cruce de interrupciones, acusaciones y defensas: desde el "eso no se lo cree nadie" hasta el "usted ha venido a enfangar el debate".

Pero, el intercambio de golpes no solo tuvo a estos dos púgiles. El socialista Sebastián Franquis se subió al ring para pedir "humildad" al ministro después de que éste negara que la crisis haya dañado el Estado de bienestar. El cabeza de lista de la candidatura conjunta entre PSOE y Nueva Canarias criticó duramente la política de recortes del Gobierno y el incumplimiento en materia de inversión, con el ejemplo de convenio de carreteras. Además, señaló que los ciudadanos "no aguantan cuatro años más" de Rajoy y de un proyecto "que solo ha supuesto desigualdad, corrupción y trabajo precario".

Uno contra cuatro

Soria fue el protagonista del debate como el blanco al que se dirigieron la mayoría de los ataques. En sus intervenciones, éste defendió las medidas aplicadas por el Gobierno como necesarias "para poder ajustar las cuentas públicas", algo que "ha permitido que el país vuelva a crear empleo", señaló en referencia a la reforma laboral de 2012. Soria destacó que el cierre del año se hará con un 4% de déficit público, "cuando nos lo encontramos al 9%". Además, se apoyó en datos como que España lidera el crecimiento europeo con 1.500 nuevos puestos de trabajo al día.

Rosell atacó, entre otras cosas, la política de recortes y expuso que "salir de la crisis no es repartir miseria". La juez en excedencia explicó que su partido tiene claro que el modelo actual no funciona, por lo que proponen "otro plan en el que no se quede el dinero por el camino". En su análisis, el Estado ha incumplido el deber de proteger a los más débiles para "cebarse con ellos, sin importarles los índices de pobreza y la exclusión social", por lo que se ha abierto una brecha "enorme entre ricos y pobres".

El candidato de Coalición Canaria, Pablo Rodríguez, centró sus intervenciones enlo que consideró un sistema de financiación injusto con el Archipiélago, con 800 millones de euros menos en inversión y un déficit económico total que cuantificó en 2.000 millones. Además, éste recalcó que su propuesta es la única realizada por un partido canario y, como tal, aseguró que peleará por los derechos de la población insular y que afectan "a nuestra factura de la luz, del agua o a nuestra cesta de la compra".

Saúl Ramírez, el representante de Ciudadanos, responsabilizó al bipartidismo histórico de PP-PSOE en el poder como culpables del 30% de paro actual en Canarias y el 50% entre menores de 35 años, además de poner el acento en la precariedad laboral frente al creación de empleo. Ramírez rechazó enérgicamente la insistencia de Soria a la hora de apuntar hacia un acuerdo suscrito entre Ciudadanos, Podemos y PSOE para que el PP salga de la Moncloa.

Si bien resultaría complicado determinar el nombre del ganador del debate. Parace claro que los denominados como emergentes, se encuentra ante un panorama, en teoría, más sencillo al carecer de un pasado que defender. Más a la defensiva están socialistas y populares, como representantes de los partidos históricos del bipartidismo. En ese sentido, Soria fue incisivo en sus intervenciones e intentó que sus ideas prevalecieran, por lo que el debate se convirtió en un cuatro contra uno. Si se pregunta a quienes siguieron online el debate la encuesta de la web recogía ayer una victoria reñida de Podemos sobre el PP.

Lo que triunfó, según el seguimiento en las redes sociales con 8.000 menciones en Twitter, fue el formato. "Somos un medio pequeño y nuevo y tenemos la obligación de arriesgar", explicó Guerra. Bajo esta premisa, apostó por una estructura con influencias de EEUU y del precedente nacional de El País. Su debate fue trending topic canario y llegó al top-cinco nacional.