¿Considera que el Senado debería cerrarse o es una institución que funciona?
A lo largo de la legislatura, el Senado ha sido una de las instituciones cuestionadas, e incluso se inició una especie de comisión para estudiar la manera de hacerlo más útil y eficaz. Es cierto que eso no se concluyó, pero yo creo que puede servir de base para lo que puede ser esta legislatura en la que el Senado tiene que tener un papel protagonista, precisamente porque hay que hacer ver que realmente es una cámara de representación territorial y que tiene valor en sí misma. Que sea un foro principal de debate, que no sea un foro de segunda.
¿Entiende que debe reformarse entonces?
Sí. Yo creo que las cosas hay que mejorarlas. Nosotros en el programa lo llevamos, tanto para el Congreso como para el Senado, para que sean más ágiles. Lo que pasa es que a la gente le queda lejos y desconoce el papel que hace, pero la perspectiva de territorio siempre se produce en el Senado. Por ejemplo, la enmienda en la que se salva la Biblioteca Pública del Estado de Las Palmas de Gran Canaria se introdujo en el Senado, y la mayoría de las leyes salen mejoradas del Senado. No obstante, yo sí que creo que hay que darle una vuelta.
¿En qué consistiría esa re-forma?
No me atrevo a decir en qué sentido, porque estas elecciones son unas elecciones abiertas y hay que esperar. A partir del 20 de diciembre podremos sentarnos a la mesa con las fuerzas resultantes del apoyo ciudadano y ver qué hay que hacer.
Y todo apunta a que estas serán las Cortes más plurales. ¿Cómo se podrá gobernar?
Eso parece, sí, pero no es algo que deba asustarnos. Los responsables políticos estamos obligados a buscar los puntos de encuentro. Nosotros somos conscientes de que las medidas tomadas por Mariano Rajoy no han sido fáciles, sino lo contrario, y ya llevamos dos elecciones en las que nos ha pasado factura. Pero yo aquí pongo en valor la valentía y la responsabilidad que ha tenido el Gobierno al coger el toro por los cuernos y plantarle cara a la crisis. Y yo creo que nadie nos puede discutir que la situación actual es radicalmente diferente a la que nos encontramos. Ahora mismo resulta que tenemos a todas las fuerzas en nuestra contra, y cada día tenemos un titular distinto de Ciudadanos (C's), primero diciendo que pactarían con todos excepto con el Partido Popular (PP) y luego se rectifica; hay mucha gente descontenta con las medidas que ha tomado el PP y se han ido hacia C's. Lo que hay que decirle a esta gente es que sea consciente de que ese voto a C's lo que propicia es un pacto de esa formación política con el PSOE y con Podemos. Aquí siempre nos pasa a nosotros lo mismo, que se unen todos y parece que el programa electoral del resto de los partidos es ir en contra del PP.
¿Cómo se plantea este paso a las Cortes?
Con mucha ilusión. Es una satisfacción que tu partido cuente contigo y te dé la confianza y la oportunidad.
¿Un retiro dorado, tal vez, por ser el Senado?
[Risas] No, para nada. Me considero una persona muy activa, llevo trece años en política y en todas las responsabilidades que mi partido me ha dado la oportunidad de ejercer he sido una mujer comprometida y muy luchadora. Y lo seré ahora en la defensa de los derechos de Gran Canaria, como hice en muchas ocasiones estos últimos cuatros años como representante del Gobierno de España. Yo tengo en la mente, por ejemplo, la carretera de La Aldea, que este año hemos conseguido que se coloquen 27 millones de euros para que no se paralice esa obra; y desde luego creo que si la gente me da su confianza lo que voy a hacer es pelear por que esa carretera se termine. Me gustaría seguir defendiendo los intereses de mi tierra.
¿Plantearía propuestas para combatir la corrupción si logra ser senadora?
La corrupción es una de las cosas que más daño le ha hecho a la clase política en general en los últimos cuatro años. Hay que arrancarla de raíz; a mí me duele muchísimo, y la más que me duele es la de las personas que han formado parte de mi partido.
