De nuevo otro debate electoral. Esta vez para la cadena COPE, en el Salón Dorado del Gabinete Literario, y sobre su mesa, la disputa de un parchís político entre los candidatos al Congreso de los Diputados por Las Palmas: el rojo de Sebastián Franquis (PSOE), el color amarillo de Pablo Rodríguez (Coalición Canaria), el magenta de Victoria Rosell (Podemos), el naranja de Saúl Ramírez (Ciudadanos) y el azul portado por José Manuel Soria (Partido Popular). Comenzó la partida con turnos muy rápidos de 30 segundos cada uno, muy medidos para rentabilizar sus argumentos y así llegar a más casas en la recta final de campaña, antes de la cita democrática con las urnas este domingo. En las primeras jugadas los aspitantes tiraban el dado con moderación, pero acabaron por convertir al ministro de Industria en el único jugador a batir.

Cada candidato empleaba su propia estrategia para aventajar a Soria en el juego dialéctico acerca de la creación de empleo y la economía, las políticas sociales, la relación Canarias-Estado, y la regeneración democrática. Unos más hábiles que otros, pero todos contra él y la gestión del Partido Popular en esta legislatura. Sus respectivos equipos parecían que se pusieron de acuerdo en los minutos previos, tanto que el que fuera alcalde de la capital grancanaria (1995-2003) concebió un contraataque irónico: "¡Resulta que el tripartito se ha convertido en un cuatripartito, y me parece muy bien!" -en alusión al gobierno de la capital grancanaria integrado por PSOE, Nueva Canarias y Las Palmas de Gran Canaria Puede-.

Y en medio de este y tiro porque me toca, el periodista Mayer Trujillo ponía orden. Soria no perdió de vista a ninguno de sus adversarios, sobre todo a Franquis y a Ramírez. El sarcasmo se coló en la réplica del cabeza de lista del PP al Congreso en materia económica al representante de Ciudadanos, cuando éste aseguró que el contrato único de su programa estaba recomendado por la OCDE y que coincidía también con la de un asesor económico de Podemos. "Si es así, no lo querría ni aunque fueran Premios Nobel de la Paz", sostuvo Soria, que levantó alguna que otra sonrisa en la sala. El empleo y la economía ocupó el primer tramo del tablero. Un cruce de acusaciones, de promesas, de tú hiciste o dejaste de hacer, coparon los discursos de cada jugador. Soria sostiene que tras la crisis, en España se crea la mitad de los empleos de Europa y prometió dos millones de puestos de trabajo y apoyo a las pymes si el PP gana los comicios; mientras que el candidato nacionalista de Coalición Canaria le acusó de haber fulminado el plan específico de empleo para Canarias en 2012 "de manera injustificada", por lo que prometió un plan integral para rescatarlo.

Rosell, uno de los fichajes de Pablo Iglesias, apuntó que si por cada empleo fijo hay cuatro precarios, "eso no es empleo", al tiempo que propuso un salario mínimo interprofesional de 800 euros repartidos en 14 pagas.

El rifirrafe entre la representante de Podemos y el titular de Industria, Energía y Turismo del Gobierno de España tuvo su espacio en eldebate. La jueza acusó al PP de usar "la crisis" como "coartada para cargarse el Estado del bienestar", crítica a la que se sumaron los demás políticos, pero a Soria le faltaba el aire para recitar de un tirón en 30 segundos todas las medidas sociales que la administración de Rajoy ha aprobado en los últimos cuatro años, como la subida de las pensiones, el apoyo a las familias y personas dependientes y a las víctimas de violencia de género.

No se quedó atrás Franquis en eso de aguantar la respiración y expulsar por su boca sus propuestas si el PSOE llega a La Moncloa, como una ley que asegure la cobertura sanitaria universal y gratuita sin copagos, al igual que el resto de fuerzas.

El fuego cruzado de reproches prosiguió en el tercer y cuarto bloque. Salvo Soria, los otros cuatro representantes políticos coincidieron en señalar el "maltrato" a Canarias por parte del Ejecutivo central. Rodríguez abogó por un sistema de financiación justo y blindar el REF en la Constitución, que también defendió Ramírez porque "es un derecho de todos los canarios".

Los contrincantes de Soria comieron varias fichas cuando nombraron los casos de corrupción en las filas populares. Pero un desliz de la candidata de Podemos cerró la partida entre risas: "Agradezco a la SER que me haya invitado".