La actual campaña para las generales del próximo domingo casi estaba dejando de lado el debate sobre las prospecciones petrolíferas. La renuncia de Repsol, hace menos de un año, a continuar con los sondeos autorizados frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, ha desactivado en gran medida la polémica y desviado del primer plano político la cuestión del aprovechamiento de los recursos energéticos de origen fósil en aguas profundas y sus posibles consecuencias negativas sobre el medio natural y sobre la industria turística del Archipiélago. Pasó que de los 140.000 barriles diarios durante 20 años y 300 millones de beneficio anual que se auguraba, todo quedó -tras 20 millones de inversión por parte de la petrolera, dos años de trabajos previos y unas pocas semanas de sondeo hasta los 3.093 metros de profundidad-, en que las supuestas bolsas de petróleo o gas estaban llenas de agua.
Fue durante los tres primeros años de legislatura el gran pleito político, y legal, entre Canarias y el Estado, y se convirtió en una áspera y crispada batalla en la se que implicó contra el Gobierno central, y en especial contra el ministro canario, el titular de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, la práctica totalidad de las instituciones canarias, especialmente la de las dos islas más afectadas. Además, aisló políticamente al PP, único partido que defendía las prospecciones. Hoy, a cinco días de las elecciones, un vídeo irónico de los populares sobre el perfil de los votantes, en el que se sugiere a Rajoy como defensor de la ballenas, es casi el único enganche de la campaña electoral con las prospecciones en Canarias.
De esta forma indirecta y seguramente involuntaria, ha sido el partido en el Gobierno quien ha sugerido el debate sobre la política energética y medioambiental, y sobre el conflicto casi olvidado en torno a los sondeos de Repsol cerca del Archipiélago. Dominado el escenario del debate medioambiental por la cumbre de París sobre el cambio climático, el PP consideró buena idea para reivindicarse como partido moderno, urbano e intergeneracional, emitir un vídeo electoral en el que un joven hipster, ecologista y vegano defiende su voto popular ante sus sorprendidos amigos. "Qué yo sepa, Rajoy no tiene nada en contra de las ballenas, ¿no?", señala el simpatizante del PP para justificar su voto.
Santuario
La broma del hípster se le ha vuelto en contra al PP a cuenta, precisamente, de su posición en relación con las prospecciones en Canarias. Las organizaciones ecologistas no han tardado en recordar que hace apenas dos meses, en una de las últimas votaciones de la legislatura en el Senado, el PP rechazó con su mayoría absoluta una propuesta de CC para declarar área marina protegida y santuario de ballena el estrecho existente entre Lanzarote y Fuerteventura, justamente donde están aún en vigor las autorizaciones a Repsol para las prospecciones petrolíferas y hábitat de más de la tercera parte de las especies de cetáceos del planeta.
"El tema se ha quedado en tierra de nadie, aunque el debate aún sigue vigente porque lo cierto es que las autorizaciones están aún en vigor y Repsol podría reanudar los sondeos si se lo replantea", aseguran desde la organización ecologista El Guincho, reconociendo sin embargo que con las últimas novedades en el seno de la multinacional, vendiendo parte de su negocio del gas canalizado, y el actual precio el crudo, es algo muy improbable. En todo caso, aseguran que las autorizaciones están en vigor hasta agosto del 2017 y consideran que el Gobierno central "tendría que haber actuado de oficio para eliminarlas" una vez que la compañía anunció el 15 de enero que suspendía los trabajos en el sondeo denominado Sandia, y renunciaba a iniciarlos en Chirimoya' el segundo de los autorizados.
En el mismo sentido se pronunció el pasado 14 de octubre el Parlamento de Canarias, que aprobó una iniciativa del PSOE reclamando la extinción de los permisos a Repsol.
Permisos
Desde el Gobierno central se insiste en que los permisos caducan en abril del próximo año, 16 meses antes de lo que sostienen los ecologistas, y que el Ministerio no tiene capacidad para retirar las autorizaciones, aunque sí de poner una multa de en torno a cinco millones a la petrolera por no concluir los trabajos comprometidos. "Repsol ha manifestado que no hará el segundo sondeo, pero el expediente por incumplimiento del plan de trabajo se iniciará cuando formalmente renuncie o cuando caduque la autorización sin que se haya realizado ese segundo sondeo", aseguran fuentes gubernamentales.
Sobre esta cuestión hay una demanda interpuesta ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid por las instituciones canarias que solicitan la extinción tanto de la resolución que autorizó los sondeos exploratorios, como del Real Decreto que otorgó los permisos de investigación de hidrocarburos. Pero Repsol sostiene en este pleito que la renuncia a los derechos es un "acto personal" que no puede ser ejercida por terceros, al tiempo que asegura que no va a renunciar expresamente a los permisos y que prefiere esperar a que éstos caduquen "el próximo año". "No hemos podido celebrar el cierre definitivo porque ni Repsol ha formalizado la renuncia, ni el ministerio actúa", destacan desde el Cabildo de Lanzarote.
Sobre este fondo, los partidos han evitado llevar el asunto a primera línea de campaña asumiendo que no está tampoco en la calle como lo estaba hasta hace una año. Según los ecologistas, PSOE-NC y Podemos no quieren sacarlo a flote porque eso daría alas a CC. En sus respectivos programas, todos los partidos apuestan genéricamente por el apoyo a las energías renovables. Así, el PSOE se comprometa a "prohibir las prospecciones y la minería en el fondo marino" y a "multiplicar por tres las áreas marinas protegidas", mientras el PP apuesta por "potenciar las energías renovables en el mix energético, especialmente en las islas, donde su coste es menor", e identificará "nuevas áreas para alcanzar el 10 % de la superficie marina protegida", al tiempo que elaborará "estrategias y planes de conservación para todas la especies marina amenazadas".
