El 20-D se acerca y los partidos canarios esperan los resultados de la jornada electoral para analizar con lupa sus posibles consecuencias en la política isleña. Las últimas escaramuzas en el Ayuntamiento de La Laguna no son ajenas a este clima preelectoral en el que las relaciones entre los socios del Gobierno regional, CC y PSOE, no pasan precisamente por su mejor momento. Los socialistas advierten de que el alcalde lagunero, José Alberto Díaz, no actúa por su cuenta y riesgo y que los nacionalistas buscan argumentos para justificar una hipotética ruptura del pacto regional si llegase el caso.
Cuando diciembre entra ya en su quincena final la reversión de los acuerdos municipales donde se incumple el pacto regional no está clara pese a los compromisos adquiridos por ambos socios. Fuentes socialistas recuerdan que ni en Arico ni en Puerto de la Cruz, por citar dos ejemplos, hay visos de que vayan a cambiar las cosas. Tampoco olvidan la situación en el Cabildo de Lanzarote o en El Hierro, donde los nacionalistas siguen enrocados en sus posiciones.
Amplios sectores de los socialistas cuestionan la debilidad del partido ante los embates permanentes de los nacionalistas, que incumplen y actúan unilateralmente sin que sus representantes orgánicos o en el Gobierno se planten ante sus socios. Asimismo, en Coalición Canaria preocupa los resultados electorales que pueda obtener el 20-D ya que todas las encuestas le dan un único diputado -Ana Oramas- por los pelos. También inquieta que la alianza entre el PSOE y Nueva Canarias surta efecto entre el electorado isleño y obtenga unos buenos resultados el próximo domingo.
Los socialistas laguneros están convencidos de que CC busca un acuerdo con el PP y Ciudadanos para expulsarles del gobierno municipal, lo que podría suponer un desencuentro irreversible para el pacto regional después de que en Santa Cruz José Manuel Bermúdez pactara con el PP sin contar con nadie y, lejos de retractarse, haya dicho que este pacto durará hasta 2019.
