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Podemos urge a la inaplazable reforma constitucional pero sin hablar de pactos

Pablo Iglesias celebra un resultado con el que no superan a los socialistas, pero que les da un papel crucial en "una España nueva"

Podemos urge a la inaplazable reforma constitucional pero sin hablar de pactos

Hubo remontada, pero no la suficiente. Podemos, formación inspirada en el movimiento 15-M del 2011, no sólo se consolida como elemento activo de la política española, sino que no le ha faltado tanto para alcanzar al PSOE como la gran referencia de la izquierda. No se sabe cuánto queda realmente en la formación morada de aquella revolución de la calle frente a la crisis económica, al deterioro institucional, y a la corrupción de la clase política, pero sí que aquel espíritu se ha hecho voto y presencia institucional. Tras este 20-D histórico, van a entrar por la puerta grande y con todos lo honores en el Congreso y hasta pueden gobernar. Con 69 escaños, la formación liderada por Pablo Iglesias nace hoy para un nuevo tiempo político, que por el momento deja en el aire y hace complicada una nueva investidura de Mariano Rajoy y puede abrir un periodo de inestabilidad.

Noche emocionante y sensaciones cambiantes en la formación emergente, a la que los sondeos a pie de urna le daban mejores resultados de los logrados finalmente. Parecía que la eficaz e inteligente campaña había dado sus frutos y logrado el 'sorpasso', es decir, ponerse por delante del PSOE, que se ha salvado los muebles, pero que quizá no se haya librado, dados los resultados, de un laberinto histórico. Pese a todo, la estrategia de Podemos le ha dado a Iglesias mejor resultado que la famosa cantinela anguitiana del "programa, programa, programa".

Caras sonrientes y aparente serenidad de toda la dirección a las once justas de la noche cuando Pablo Iglesias salió a hacer la valoración de la jornada y de los resultados en el Teatro Goya, en los arrabales de Madrid, en el distrito de Caranbanchel. "Hoy ha nacido una nueva España que pone fin al sistema político del turno e inaugura nueva etapa", afirmó el candidato emergente como con afán de cortar la cinta de la autopista que lleva a esa nueva era. "El PSOE obtiene el peor resultado de toda la democracia y el PP el pero desde 1989. Se acabó el sistema del turno", insistió Iglesias, quien ponía como cualquier condición para empezar a hablar de pactos una inaplazable reforma de la Constitución que lleve a las instituciones y al sistema político español lo que han dictado las urnas.

Miles de seguidores saludaron ayer incrédulos los espectaculares resultados de la formación emergente, el candidato que ha sabido dosificar una campaña efectiva e inteligente, que ha ido de menos a más, para alcanzar en un día histórico una posición inimaginable para cualquiera hace solo unos meses. La 'hinchada' de Podemos fue claramente la que más se movilizó ayer en Madrid, declarándose como los grandes vencedores de las jornada pese a que no podrán ver a Pablo Iglesias de presidente del Gobierno, una hipótesis que todos en la formación contemplaban si, dando por hecho que Rajoy no sumaba con Ciudadanos, Podemos quedaba por delante de los socialistas. Ganarle el pulso al partido de Rivera como nuevo agente político en liza también fue muy valorado.

Marea morada

Lejos del cuartel de operaciones donde los líderes seguían el recuento, los seguidores eran convocados en la plaza frente al Museo Reina Sofía. Allí, desde poco después del cierre de los colegios electorales y de que se fueran conociendo los primeros sondeos, centenares de personas se fueron acercando para celebrar unos resultados que en esos momentos les colocaba en segunda posición en votos. Hacia las nueve empezaron a hincharse cientos de globos morados que los simpatizantes elevaban al cielo de Madrid justo cuan do empezaban a darse los primeros datos oficiales. La remontada quedaba incompleta en lo que se refiere al sorpasso con los socialistas. Luego los números iban mejorando y el "Sí se puede" heredado del 15-M que ha alimentado el apoyo a Podemos volvía a sonar con fuerza.

Frente a una enorme pantalla, la marea morada iba viviendo un tobogán de sensaciones entre la euforia inicial y la alegría contenida del final. Muchos jóvenes y también viejos izquierdistas desencantados de otras batallas y otros partidos. Alguna bandera republicana. Los seguidores de la formación vitoreaban tanto cada escaño que se ganaba en el largo recuento, como el que se restaba al PP, cada vez más seguros de que Rajoy no lograba los resultados que le garantizaran la investidura, que la suma de populares y Cs no sumaba, y que la jornada dejaba a Pablo Iglesias como actor decisivo de lo que pueda pasar a partir de ahora, felices también de confirmar el fin del bipartidismo.

En la sede de seguimiento del recuento, antes del fin del proceso, los líderes administraban la situación tras constatar que no superaban al PSOE y que se abre un panorama muy complejo de gestionar a la hora de una investidura. A las 21,30 aparecía el número dos de la formación, Íñigo Errejón para hacer la primera valoración aún con un escaso porcentaje de voto escrutado. "España ya ha cambiado. En 2011 ya había empezado a cambiar retirando el apoyo a los políticos tradicionales. No hicieron esas correcciones y ese sentido común siguió diseminándose sembrando el cambio político", resaltaba Errejón.

Repartir la tarta

"Prudentes y optimistas", era el estado de ánimo en esos momentos de las decenas de dirigentes desplazados hasta el teatro Goya. "Hayan votado lo que hayan votado hoy los españoles, ha terminado el turnismo político. España ya es otra", señalaba. "Vamos a ver cómo se dan los equilibrios, estamos en las puertas de una nueva Transición. No es el final de un ciclo, es el principio de una nueva era en la política española. España ya es otra. Este vuelco lo está protagonizando la gente, pero nadie duda que se ha pasado página", setenciaba el dirigente.

José Manuel López, el líder de Podemos en Madrid, había sido el encargado de ir orientando la lectura que cabía esperar de la jornada. "La dinámica política ha cambiado en este país, pase lo que pase hoy. Hemos hecho que la gente se preocupe de la política. Hay que repartir la tarta, sí, pero la tarta antes era de fresa y ahora es de chocolate".

Buena parte de la cúpula de la formación habían pasado la tarde en casa de Pablo Iglesias. Luego empezaron aparecer poco a poco por el Teatro Goya, donde el primer rugido de la tarde se dejó escuchar con la presentación de esos primeros sondeos que daban a Podemos más votos que al PSOE y casi los mismo escaños. "¡¡Remontada, remontada. Sí se puede!!", se oía a cada nuevo dato positivo en aparecer en pantalla. El grito se multiplicó cuando ya en el recuento por territorios lograban la victoria en Cataluña y País Vasco, y conseguían ser segundos en Madrid a un suspiro del PP. Al final de la noche, cuando Iglesias se trasladó a la plaza del Reina Sofía para celebrar los resultados con sus seguidores, el tobogán de sensaciones culminó en un estado de ánimo en el que por encima de los números se oteaba la evidencia de un nuevo tiempo que habrá que saber gestionar.

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