Hitler engañó al mundo. El Führer y su amante, Eva Braun, no se suicidaron en el búnker de la capital alemana en 1945. La pareja salió vivita y coleando de Berlín al final de la Segunda Guerra Mundial y se ocultó en Tenerife durante un buen tiempo. Y es que puede que la Isla haya jugado un papel crucial en la vida de uno de los líderes más importantes de la historia contemporánea. Eso es al menos lo que asegura un veterano agente de la CIA, Bob Baer, quien acaba de publicar los resultados de una investigación realizada sobre 700 documentos desclasificados del FBI. Según Baer, la muerte del canciller alemán fue un montaje y, en realidad, Hitler huyó a través de Tenerife para finalmente recalar en Argentina.

El estudio de Baer y su grupo de expertos, recogido por el diario británico The Mirror hace apenas unos días, se fundamenta en unos documentos hasta ahora desconocidos. El veterano agente destaca que lo que han hecho "es volver a examinar la historia". "Pensamos que la historia se resolvió con la muerte de Hitler en el búnker, pero hay que profundizar más en eso. Para mí está claro que no tenemos evidencias de ello", recalca Baer.

Por ello, el especialista está convencido de que la versión estadounidense del fin del Führer "es falsa". "La narrativa que el Gobierno de Estados Unidos nos da es una mentira. Si nos fijamos en los archivos del FBI debemos abrir una investigación sobre el tema", insiste Baer. En este sentido, uno de los documentos al que el grupo de expertos capitaneados por el agente ha tenido acceso señala: "Los oficiales del ejército estadounidense en Alemania no han localizado el cuerpo de Hitler ni hay ninguna fuente fiable que certifique que el canciller alemán está muerto".

Por tanto, y según la teoría de Baer, el 30 de abril de 1945 Hitler y Braun no murieron sino que escaparon del búnker de Berlín. Los amantes utilizaron una red de túneles que ofrecía una vía de escape hasta el aeropuerto de Tempelhof, en la capital alemana. Desde allí volaron hasta España. Su destino sería Tenerife, donde pasaron un tiempo ocultos hasta viajar a Argentina.

Pruebas

Cuerpos. La investigación de Baer señala que el Führer fingió "fácilmente" su muerte a través del uso de un doble. "Lo que sí sabemos, de pruebas, es que Hitler y Braun tenían dobles con los que podían haber montado una perfecta escena del crimen", señala el agente en The Mirror. Además, según los investigadores, el cuerpo de Hitler encontrado por las tropas soviéticas era unos doce centímetros más pequeño que su estatura real, mientras que el agujero en su cráneo, provocado por la bala, también era menor de lo que debería haber sido.

Túneles. La tesis de Baer también se apoyan en una serie emitida en Canal Historia, en la que el exinvestigador de crímenes de guerra de la ONU, John Cencich, explica sus vivencias en torno a una red secreta de túneles que se construyó en Berlín, "una vía que pudo haber sido utilizada por Hitler para huir hasta Canarias". "Tuve que construir túneles secretos y compartimentos para los alemanes". Cencich asegura que, "sí, los alemanes eran nazis y uno de estos chicos era Adolf Hitler". "Él estaba allí, no llevaba un bigote ni nada. Fue en mayo de 1945. Me di cuenta de que era realmente Hitler por el avión", apunta el exinvestigador en el documental.

En el reportaje, Cencih relata que "me fui a trabajar a otra ciudad. La primera cosa que vi en esta ciudad era un avión alemán. Había aterrizado en un campo de papas. El granjero me dijo que había cinco personas que desembarcaron y que ellos eran alemanes".

América. Este mismo exinvestigador sugiere que Hitler residió un tiempo en Tenerife antes de volar a Argentina. "Cuando la guerra llegó a su fin muchos nazis hicieron un éxodo a América del Sur para comenzar una nueva vida lejos de Europa", detalla Cencih. De acuerdo a esta hipótesis, Hitler habría viajado en barco desde Tenerife a Argentina para reunirse con sus "compañeros".

Versión oficial

La falta de información pública referente al paradero de los restos del líder nazi y los informes confusos al respecto animaron los rumores de que Hitler podía haber sobrevivido al fin de la Segunda Guerra Mundial. La duda se suscitó intencionadamente por las autoridades de la Unión Soviética, que ocultaban información relevante sobre el suceso. En 1992, la publicación de los registros mantenidos por la KGB soviética y por la FSB rusa confirmó la versión ampliamente aceptada de la muerte de Hitler, como fue descrita por el historiador británico Hugh Trevor-Roper.

Según la historia oficial, el líder del Tercer Reich renunció a escaparse de Berlín y el 30 de abril de 1945 se suicidó junto a su amante en el búnker construido bajo el edificio de la Cancillería, aunque sus cuerpos, incinerados, nunca fueron hallados.