Este año se cumplen 20 años desde que se aprobó la primera y única reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias -cuyo primer texto data de 1982- en la que se modificó el sistema electoral y se trasladaron las barreras electorales del texto articulado a las disposiciones transitorias. En este caso el cambio supuso elevar las barreras para acceder al Parlamento del 3% al 6% regional y del 20% al 30% insular. Dos décadas después, la situación no ha cambiado y los partidos políticos siguen dando vueltas sobre este asunto sin llegar a ningún lado.
En este periodo han existido múltiples pronunciamientos, propuestas, contrapropuestas y polémicas sobre el sistema electoral. El debate ha llegado a la sociedad, hay una plataforma ciudadana que demanda un cambio del sistema electoral y se han convocado movilizaciones exigiendo la modificación de una norma que es la peor del mundo, según todos los expertos, situando a Canarias a la misma altura que Tanzania.
La reforma del Estatuto que impulsó el fallecido presidente Adán Martín no cuajó y su sucesor, Paulino Rivero, la retiró en 2007 cuando ya estaba en el Congreso. Ahora, casi nueve años después, el texto estatutario vuelve a estar en la cola de temas a debatir en la Cámara Baja pero con la misma propuesta de modificación del sistema electoral.
Los grupos que ahora están en el Gobierno quieren primero el Estatuto y después la ley, lo que para la oposición esconde que lo que quieren es ganar tiempo para que las cosas continúen igual porque, en el fondo, el sistema beneficia a los grandes. Los grupos de la oposición reiteran que el Parlamento tiene competencias suficientes para aprobar una ley electoral sin esperar por el Estatuto.
Durante los próximos meses, los expertos tendrán la palabra en el Parlamento para debatir sobre un asunto del que poco queda por decir. Ahora solo falta la decisión política que nunca termina de llegar.
