El Gobierno de Canarias ha tendido este lunes la mano al Estado para poner fin a la polémica que han mantenido sobre cómo se atendió a los inmigrantes que llegaron hace dos semanas a las islas en patera, muchos de los cuales acabaron hospitalizados, y para acordar un nuevo protocolo.

El presidente de la comunidad autónoma, Fernando Clavijo (CC), ha expresado hoy al ministro de Industria, José Manuel Soria (PP), su voluntad de superar este "pequeño percance", porque a los dos gobiernos les "mueve el deseo de que las personas que huyen de la miseria y del hambre tengan una atención lo más digna posible".

"Más allá de las pequeñas diferencias que pueda haber, como presidente del Gobierno le tiendo la mano a la Administración del Estado para que, en la medida de nuestras posibilidades, pongamos todos los recursos para que esa gente sea atendida dignamente", ha señalado Clavijo, en una rueda de prensa conjunta con Soria.

El presidente de Canarias ha hecho este llamamiento en presencia del delegado del Gobierno en las islas, Enrique Hernández Bento, que la semana pasada acusó la sanidad autonómica de haber puesto en peligro la vida los inmigrantes que llegaron en esa patera por no haberles dado una atención sanitaria adecuada, como revelaba, a juicio, el hecho de que uno de ellos sufriera una parada cardiorrespiratoria en Comisaría tras pasar por el centro de salud.

El presidente de la comunidad autónoma ha reconocido que las dos administraciones manejan informes contradictorios sobre lo que ocurrió, pero ha recalcado que este "percance" no ha "deteriorado" las relaciones del Gobierno canario con el Ejecutivo central.