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El eterno retorno de Guanarteme

El Parlamento apoya investigar el paradero de los restos del último monarca aborigen para devolverlos a Gran Canaria

La portavoz de Podemos. Noemí Santana, ayer durante una intervención. EFE

"Guanarteme teme, teme, teme ta, ¿qué demonio tienes Guanarteme, tú, que no sabe nadie dónde coño estás?", decía una canción de Los Sabandeños en el inicio de la década de los setenta del pasado siglo. Poco antes, en 1967, se había producido la primera intentona grancanaria por recuperar los restos de Tenesor Semidán, bautizado por los conquistadores castellanos como Fernando Guanarteme. El Partido Popular (PP) se convierte hoy en el Parlamento en portavoz de la Asociación Cívico Cultural La Solana-El Plátano impulsora de la tercera tentativa para conducir a Gáldar los restos del último monarca aborigen grancanario.

La proposición no de ley (PNL) que defenderá hoy la portavoz popular, Australia Navarro, si se lo permite una traicionera gripe, cuenta con una enmienda de Podemos tendente a frenar la carreta para que no adelante a los bueyes. "Hay que hacer un estudio, porque nadie sabe si ahí hay una tumba", explica el diputado regional de la formación morada Francisco Déniz, en referencia a la ermita de San Cristóbal en la que, según la PNL, estarían enterrados los vestigios óseos del último Guanarteme.

Todos coinciden en la pertinencia del texto añadido y apoyarán la PNL si el PP la admite, cuestión que ayer Navarro dio por hecha. Igual ni hace falta, porque ya "la Dirección General de Patrimonio Histórico del Gobierno de Canarias ha encargado a dos profesores que indaguen exactamente lo mismo, avanzó el diputado de Coalición Canaria, Pablo Rodríguez Valido, que optó por guardar para hoy el nombre de aquellos llamados a ser los Indiana Jones de la causa.

En aquel 1967 fue el arqueólogo Celso Martín de Guzmán quien se arrancó por vez primera con la iniciativa. La cuestión se tomó por lo insularista, de ahí las coplillas sabandeñas del encabezado. En 2013 fue José Miguel Bravo de Laguna -entonces en el PP- quien se envolvió en la bandera azul y amarilla para retomar la cuestión. Ahora, Déniz no descarta -con retranca, conste- que sea "la proximidad a las elites grancanarias que defienden ser descendientes de los monarcas aborígenes" la que ha determinado al PP a recoger el testigo. "Es una iniciativa que procede de la ciudadanía organizada", opina el portavoz de Nueva Canarias, Román Rodríguez. "Hay que evitar matices insularistas", advierte Rodríguez Valido.

De un modo u otro, lo que los populares no se va a ahorrar es que, como expone la socialista Nayra Santana, se les recuerden sus reticencias a sumarse "a otras exhumaciones necesarias para aliviar a los familiares que esperan por los restos de los represaliados en la Guerra Civil". Para Rodríguez Valido, el PP "ha puesto todos los impedimentos y no ha dotado económicamente la ley de memoria histórica".

"Por favor. ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro?", expresa Australia Navarro para recordar que si de algo no es sospechoso su partido "es de no cumplir las leyes".

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