El juez José de la Mata ha archivado este viernes la investigación abierta a dos militares de la Armada y una activista de Greenpeace por los incidentes ocurridos el 15 de noviembre de 2014, en aguas cercanas a Lanzarote, en el marco de las protestas contra las prospecciones petrolíferas de Repsol.

Tanto la Armada como Greenpeace presentaron sendas denuncias por el incidente ocurrido entre los militares que protegían las prospecciones y activistas de esta organización.

Una de las voluntarias de Greenpeace, una ciudadana italiana de 24 años, resultó herida cuando las lanchas de organización fueron interceptadas por las de la Armada, dentro del perímetro de exclusión marítima que había decretado el Ministerio de Fomento en torno al barco que realizaba las prospecciones.

Para el juez, la actuación de la Armada está amparada en la legalidad, mientras que en el caso de Greenpeace, si bien considera que su conducta fue netamente antijurídica, entiende que no se puede imputar un delito de piratería a la activista que resultó herida, puesto que ni comandaba ni pilotaba la lancha.

Según el auto, la joven no tuvo dominio alguno del hecho ni tenía capacidad tampoco sobre las otras tres embarcaciones de Greenpeace que participaron en la protesta, por lo que el juez cree no puede hacerle responsable de ningún delito.

Su participación se limitó, dice el magistrado, "a ocupar una de las lanchas, desconociéndose si su propósito era abordar o no el buque" que trabajaba para Repsol.

En cuanto a los militares, el juez considera acreditado que los militares desarrollaban una función de seguridad y de mantenimiento del orden público, protegiendo la zona de exclusión en la navegación marítima, tal y como había acordado tres días antes en una resolución el director general de la Marina Mercante para llevar a cabo las prospecciones solicitadas por Repsol.

Ante las reiteradas negativas de Greenpeace para retirarse, los militares consultaron a sus superiores nuevas órdenes, por lo que su actuación se ajustó al cumplimiento del deber, limitándose a obedecer las órdenes dadas y que fueron graduadas en función de las circunstancias, a criterio del magistrado.

De la Mata entiende que los activistas de Greenpeace mostraron, en cambio, una conducta de clara rebeldía, se adentraron consciente y voluntariamente en una zona de exclusión marítima.

Además violentaron la decisión de la Autoridad pública que había prohibido legalmente la navegación en ese área y comenzaron las maniobras para intentar el abordaje del buque de Repsol, mostrando señales más que evidentes de que no pensaban atender las órdenes directas de la autoridad colocándose así voluntariamente en una situación muy peligrosa.

Por este motivo, De la Mata indica que en supuestos como este la imputación del riesgo se traslada al ámbito de responsabilidad de las víctimas, en tanto que la actividad generadora de riesgo fue concebida y llevada a cabo hasta sus últimas consecuencias por los activistas de Greenpeace.

Los incidentes ocurrieron a unos 50 kilómetros de las costas de Lanzarote y Fuerteventura, en el marco de una protesta pacífica que activistas de Greenpeace llevaron a cabo junto a un barco perforadora contratado por la petrolera Repsol.

Durante la protesta, varias lanchas neumáticas del barco "Arctic Sunrise" de Greenpeace con activistas a bordo se acercaron al buque perforador saltándose el perímetro de una milla de exclusión marítima decretada por el Ministerio de Fomento en torno al punto de las prospecciones y fueron interceptadas por barcas de la Armada.

Entonces, según la versión de la organización ecologista, que grabó lo ocurrido en vídeo, dos embarcaciones procedentes del buque "Relámpago" de la Armada Española "embistieron repetidas veces" a las barcas neumáticas del "Arctic Sunrise".

El Ministerio de Defensa negó entonces que la lancha de la Armada embistiera a la embarcación ecologista y subrayó que la intención de los activistas era abordar el barco "Rowan Renaissance", contratado por la petrolera Repsol para iniciar sus prospecciones.

Durante la protesta, tres activistas resultaron heridos, uno de ellos la joven italiana Matilde Brunetti, que cayó al mar y sufrió una fractura abierta de tibia en la pierna izquierda.