¿Por qué decidió ser matrona?
Mi intuición me llevó a dar el paso. Llevo trabajando desde 1980.
¿Durante su trayectoria ha notado un cambio de mentalidad en las mujeres madres?
Actualmente están más informadas, aunque también más inseguras.
¿Cómo eran hace años y cómo ahora?
Te mentalizabas de que eran unas horas especiales y tenías a tu bebé. Ahora sólo se piensa en la epidural porque no sé si podré aguantar. Está muy presente el miedo a lo desconocido.
¿Y cómo ha evolucionado su propia profesión?
Las Ciencias de la Salud han evolucionado muchísimo. Se investiga todo lo que se hace y así se han obtenido grandes logros: estar acompañada por tu pareja era impensable, al igual que tener a tu bebé en brazos y no separarte de él en las dos primeras horas si todo va bien.
¿A cuántos niños ha ayudado a nacer?
Solo cuando estudié la especialidad en Madrid en la Maternidad de Santa Cristina atendí a 120 mamás. Trabajé en un centro privado más de 20 años, así que fácilmente a más de mil bebés.
¿Qué siente cada vez que ayuda en el nacimiento de un bebé?
Actualmente no trabajo en paritorio, sino que lo hago en el Centro de Salud de Guanarteme y cuando llega una mamá con un bebé es una inmensa alegría ver a la nueva familia: la mamá, su pareja y su bebé, con su objetivo cumplido y en una etapa donde también caminamos con ellos en la crianza, recuperación posparto, sexualidad e integración en la familia.
¿Cuál es el aspecto más gratificante de su profesión?
Lo más gratificante es que las mujeres se sientan contentas y realizadas de alcanzar el objetivo que se habían trazado.
¿Se sigue recurriendo hoy en día a la profesionalidad de una matrona tanto como antaño?
Con más frecuencia vemos que personas sin formación específica en obstetricia y ginecología se ofrecen para prestar sus servicios durante el proceso de embarazo, nacimiento y crianza a cambio de recibir un aporte económico. Las mujeres deben estar informadas de la función de una matrona y tomar su decisión. Ahora mismo la matrona es el principal profesional que debe dedicarse al cuidado de la salud de la mujer en todo su ciclo de vida.
¿La mujer renuncia cada vez más a la maternidad para mejorar en su carrera profesional?
Ser madre es una elección personal, pero también una cuestión que afecta a la situación laboral de muchas mujeres. Es un artículo de lujo que no todo el mundo se puede permitir.
Por su experiencia, ¿las mujeres le confiesan sus miedos a ser madres ante las dificultades económicas o si se arrepienten por no haberlo hecho antes en una edad más fértil?
El 75% de las trabajadoras reconoce haber tenido problemas laborales relacionados con la maternidad. Ser madre limita más la promoción laboral en las generaciones más jóvenes. El nivel de estudios influye en la edad a la hora de tener hijos y de iniciar la convivencia en pareja.
Cada vez nacen menos niños, ¿a qué cree que se debe?
La mayoría de las mujeres no renuncia a la maternidad, aunque sí opta por retrasar la edad para tener a su primer hijo hasta que no alcanza estabilidad en el trabajo. Eso hace que el número de nacimientos sea menor.
¿Ha notado que ha bajado la "carga de trabajo" para las matronas por ello?
En España se necesitan más matronas para poder garantizar los cuidados necesarios en salud sexual y reproductiva. Según el Ministerio de Sanidad, España cuenta con 7.204 matronas. Actualmente la ratio de matronas en nuestro país es de 30,76 por cada 100.000 mujeres, mientras que en los países de la OCDE la media de todos los países es de 69,8 matronas por cada 100.000 mujeres. Y la ratio por nacimientos en España es de 16,06.
¿Cuáles son las principales consecuencias de retrasar la edad de ser madre?
Una maternidad tardía tanto para la madre como para el futuro bebé presenta más riesgo de aborto, sobre todo en el primer trimestre. También hay mayor riesgo de padecer diabetes gestacional e hipertensión, aunque son trastornos controlables con un buen seguimiento del embarazo. A partir de los 35 años la probabilidad de lograr el embarazo disminuye y el padre también cuenta.
¿De qué forma puede afectar socialmente el retraso en la edad de las mujeres de ser madres o su renuncia a serlo por factores externos como el mercado laboral?
Muchas mujeres sienten la presión social del entorno sobre la "no maternidad" a partir de los 30-35 años. No obstante, el retraso en la edad para tener hijos es, en general, una decisión meditada, condicionada por determinados factores externos como las implicaciones laborales y económicas que suponen ser madre, la inestabilidad o carencia de una pareja o, simplemente, no sentirse preparada para afrontar nuevas responsabilidades ni para renunciar a diferentes aspectos que conlleva la maternidad. También las ayudas por maternidad son muy deficitarias en España y las mujeres tienen recelos a la hora de dar la noticia de estar embarazada, solicitar bajas por maternidad o permisos por lactancia y a la limitación de oportunidades a la hora de promocionarse en el mercado laboral. Esto ocurre principalmente en las mujeres de generaciones más jóvenes.
¿Los hombres se implican cada vez más en los embarazos y partos? ¿Aprecia un cambio de mentalidad en ellos?
Sí. Se implican mucho más durante el embarazo, están presentes en el nacimiento y participan en los cuidados en la crianza.
¿La maternidad está idealizada?
Sí, está muy idealizada, siendo la realidad bien diferente. Nos creamos expectativas poco realistas. No nos damos permiso para estar mal, se producen sentimientos ambivalentes que no contribuyen en absoluto con el bienestar de la madre. Algunos de los pensamientos, sentimientos y realidades muy comunes en los primeros meses de embarazo, el puerperio, no se verbalizan porque no son los sentimientos que se esperan de una embarazada o una madre en el posparto.
