En toda su vida parlamentaria, y ya van cuatro legislaturas, la tinerfeña Ana Oramas no había vivido una jornada como la del miércoles en el Congreso de los Diputados. Podemos, y en especial su jefe de filas, Pablo Iglesias, ha abierto el hemiciclo al "rencor, el odio y el espectáculo". Un escenario en el que la política, entendida como el arte del acuerdo, se queda a un lado.

"Estoy conmocionada por lo que vimos. Hace falta mucha educación y respeto al sitio donde estás. Hay que respetar a los votantes del PP, de Podemos, del socialismo, de Coalición Canaria y de todos los partidos. Lo que ocurrió no estuvo a la altura de la población a la que representamos ni a la historia del hemiciclo. Ese escenario ha vivido gobiernos de izquierda y de derecha, pero lo de ayer [por el miércoles] no puede ocurrir", señaló ayer la diputada de Coalición, la única que se abstuvo en la votación de investidura del candidato del PSOE, Pedro Sánchez.

La tinerfeña se confesó en el programa Equipo Marca en Radio Marca, "disgustada con el espectáculo que hubo en el Congreso. Una cosa es la discrepancia política y otra el desprecio, el insulto, el rencor y el odio. Este país no está para eso. Estamos para acuerdos y para dar respuesta a los problemas de los ciudadanos".

"Fue tremendo", aseguró. "Por un lado, sin necesidad, Mariano Rajoy calificó a Sánchez de todas las cosas. Por otro, atacó a Rivera y su partido. Pero, lo realmente lamentable fueron los ataques de Pablo Iglesias, propios de los antecedentes a la Guerra Civil. Además del tono agresivo, de odio y rencor diciéndole al PSOE que eran los responsables de los asesinatos del caso Lasa y Zabala, no fue respetuoso con nadie y tocó temas de hace muchos años".

"Vivimos en una España plural. Los ciudadanos quieren acuerdos, pactos y talante", subrayó.

Su desconcierto, confesó la diputada nacionalista, fue in crescendo durante las nueve horas aproximadas de la sesión en la Sánchez vio como se alejaba toda posibilidad de formar gobierno. "No recuerdo nada parecido a lo que vimos ayer", dijo. "Uno tiene que saber dónde está. Ya en la sesión inaugural la señora Bescansa le dio el pecho a su niño en medio del Congreso. Ayer, [por el miércoles] Iglesias bajó con el puño en alto para darle un beso de tornillo al representante de En Comú Podem", en referencia a Xavier Domènech. "La política está para resolver los problemas de los ciudadanos. Aquí se viene a trabajar por los canarios y españoles".

"Yo siempre digo que cuando llegó la democracia, el comunismo entró en ese Congreso con el alma limpia, con profundas convicciones de izquierdas pero sin odio y sin ese lenguaje que vimos en algunos. El contrincante político no es el enemigo", sentenció convencido tras reiterar que "jamás", en todos los años que ella ocupa un escaño en la Cámara baja "había ocurrido aquello. Yo lo que espero es que reflexionen todos", deseó.

Para Oramas, además, llueve sobre mojado, no se ha escondido en sus opiniones contrarias a las posiciones de Podemos hasta tal punto que cuestionó, en contra de los criterios de la cúpula de su partido, el apoyo a un gobierno socialista con la llamada fuerza morada.

La decisión de la dirección de CC tras el acuerdo con Ciudadanos es impulsar un gobierno y evitar una nueva convocatoria de elecciones que para Canarias significa más aplazamientos en cuestiones principales como la reforma del sistema de financiación autonómicas -con el actual se pierde alrededor de 800 millones al año-, la reforma de los aspectos económicos del REF o la negociación de los convenios de infraestructuras.

"Nuestro voto no era imprescindible", recordó para explicar la abstención frente a los 130 votos a favor del socialista y los 219 en contra, "aunque nos hemos comprometido a que, si le faltan votos, Coalición estará ahí". Con todo admitió que en horizonte no se atisba "un gobierno viable".

"En CC no queremos elecciones porque habrá unos resultados similares. Sin embargo, la situación de inmovilismo del PP y de Podemos, que se creen que se van a llevar el voto del miedo y que van a aprovechar el bajón de Ciudadanos en las urnas, provocan que sea imposible formar un gobierno". Así que "veo difícil que se corrija el rumbo", confesó.

"Hay voluntades desde Ciudadanos y desde el PSOE," hacia el acuerdo y la conformación de un gobierno, "pero el ambiente es terrible tras lo sucedido en la sesión de investidura. No había necesidad de tratar esos asuntos así. Rajoy podía dar argumentos para explicar por qué no le da el voto a favor a Sánchez. Pero esa ironía y esos menosprecios no tenían sentido".

"Pedro Sánchez estaba incrédulo. Le pidió a Iglesias que le enumerase cuál de las 200 medidas acordadas con Rivera no le convencían y este ni siquiera dio un punto de vista sobre ellas", relató respecto a la sesión plenaria en la que las posturas estaban enrocadas desde el minuto uno, cuando Mariano Rajoy subió a las 08.00 de la mañana a la tribuna para dar su 'no' a la investidura del socialista. Entre las menos flexibles las de la gente de Iglesias. "La gente de Podemos quiere llegar a acuerdos a través de teles, Facebook, Twitter y demás. Así no se negocia. Uno se sienta en un despacho doce horas, pero no en un pasillo, en Twitter o Facebook. La campaña ya acabó y uno no negocia así".

Lamenta, por lo tanto que la salida sean unas nuevas elecciones. "Si seguimos con ese nivel de crispación, iremos, lamentablemente, a unas elecciones", subrayó.