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Elena Carretón: "La igualdad de género en el mundo de la investigación queda todavía lejos"

"No creo que me tenga que esforzar más, pero en ocasiones sí he sentido la necesidad de tener que demostrar más por el hecho de ser mujer", afirma la presidenta de la Asociación de Investigadores de Las Palmas (Invepa)

Elena Carretón: "La igualdad de género en el mundo de la investigación queda todavía lejos"

Mujer, joven e investigadora, ¿coincidencias de alto riesgo?

Agradezco el reconocimiento, pero no me creo especialmente valiente. Soy un poco cabezota por insistir en seguir trabajando en este mundo. Sí es cierto que llega cierto momento, tras varios años y con cierto desgaste acumulado, cuando te das cuenta de lo dura e inestable que es esta profesión y te planteas si no has sacrificado demasiado. Tienes que tener las ideas muy claras y la vocación muy viva.

¿Por qué decidió adentrarse en la investigación?

Empecé sin saber muy bien en qué consistía ni dónde me estaba metiendo, pero guiada por una gran confianza y admiración en quien iba a ser mi tutor. Una vez comencé, descubrí un mundo que me atrapó sin remedio.

¿En qué rama trabaja?

Soy veterinaria y trabajo en el área de las Ciencias de la Salud. Mi investigación se centra principalmente en un parásito, el gusano del corazón, que afecta a las mascotas, pero también tiene ciertas implicaciones en la salud humana.

¿Cómo ha sido su trayectoria?

Inicié mi carrera investigadora al conseguir una beca predoctoral del Gobierno de Canarias. Desde entonces he trabajado sin parar, lo que me ha llevado a tener un buen curriculum investigador con muchas publicaciones y a ganar varios premios. Sin embargo, han tenido que pasar casi tres años y muchas solicitudes desde que terminó mi etapa predoctoral hasta que he logrado este nuevo contrato postdoctoral de cuatro años.

¿Cuál es el panorama que atisba en su línea de investigación?

Intento ser optimista, pero es difícil hacer investigación de calidad cuando los recursos son tan escasos y deniegan financiación año tras año. Sin embargo, gracias al apoyo de varias empresas tenemos proyectos muy interesantes que tarde o temprano ejecutaremos.

¿Siente que a priori tiene que esforzarse más que un hombre?

No creo que me tenga que esforzar más, pero en ocasiones sí he sentido la necesidad de tener que demostrar más por el hecho de ser mujer. No hablo del ámbito laboral cercano, en el que estoy contenta y me siento valorada, sino cuando tengo que exponerme frente a gente que no me conoce.

¿Se ha logrado la igualdad de género en la investigación?

Por desgracia eso queda todavía lejos. El mundo de la investigación ha sido tradicionalmente masculino y ellos son los que manejan los recursos y toman las decisiones. No es que se discrimine a la mujer de forma activa, sino más bien transmite la sensación de querer mantener el estatus quo. Un ejemplo es el tema de la maternidad o paternidad. Cuando un hombre es padre no supone ningún problema e incluso prospera en su carrera y salario, ya que se supone que tiene una familia que mantener. Cuando una mujer es madre empiezan los problemas porque tradicionalmente es ella quien tiene que llevar el mayor peso de la crianza, y en muchos casos supone tener que escoger entre la carrera profesional o la vida personal, decisión que el hombre generalmente no tiene necesidad de asumir. Esto se refleja por ejemplo cuando se observa la escasa presencia de mujeres en los puestos académicos más elevados. Según se asciende en la carrera investigadora, desciende la proporción de mujeres presentes. Este hecho se ha demostrado en múltiples estudios. Uno de ellos, de hace pocos años, llegó a conclusión de que un profesor con hijos tiene una probabilidad cuatro veces mayor de ser promocionado a catedrático que una mujer con hijos, teniendo la misma productividad científica.

¿A qué renuncia una investigadora que no un investigador?

Debido a los pocos recursos que tenemos actualmente para investigar se trata de una carrera extremadamente competitiva, en la que hay que estar continuamente trabajando, produciendo y publicando para continuar en la profesión. En este sentido, tanto hombres como mujeres renuncian a gran parte de su vida personal, pero aquí sí existe una gran desigualdad porque llegado cierto momento las mujeres se ven obligadas a tener que elegir, no compaginar, entre las aspiraciones profesionales o tener una familia estable. Por eso la tasa de abandono antes o tras leer la tesis es mayor entre las mujeres.

¿Cómo se puede corregir?

Las mujeres apenas reciben premios en investigación, nacionales o internacionales, de instituciones públicas o privadas. No estoy pidiendo ningún trato de favor hacia la mujer, simplemente igualdad y reconocimiento. Sólo así se podrá reconocer el papel de la mujer en la investigación. Al terminar la carrera trabajé unos años en una clínica veterinaria. Después hice entrevistas de trabajo y en un par de ellas se interesaron más por mi edad, si tenía pareja y si tenía pensado tener hijos, que por mi experiencia profesional. No creo que la entrevista a un hombre se hubiera conducido de la misma manera.

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