Cáritas de Puerto del Rosario se desvincula del Fondo Europeo de Alimentos para las personas más Desfavorecidas (Fead) y dejará de repartir comida procedente de este programa tras asumir que no está en condiciones de realizar la distribución.

La parroquia de la capital majorera toma esta decisión tras publicarse en los medios de comunicación que buena parte de las 45 toneladas de alimentos que se destruyeron durante desde 2015 hasta ahora en Canarias correspondían a los productos ubicados en sus dos almacenes, uno en Pozo Negro y otro en Puerto del Rosario.

La comida, infectada por gorgojos y al alcance de roedores, tuvo que ser desechada por una cuestión de sanidad alimentaria. Así, desde que se encuentra un alimento en mal estado en un palé se opta por tirar toda la comida que contiene, según explican desde la organización.

La institución es consciente de que no tiene la capacidad logística ni los recursos humanos apropiados en Puerto del Rosario para que el almacenaje y reparto de la comida se haga en perfectas condiciones. Los medios de los que dispone son limitados, por lo que son numerosos voluntarios los que contribuyen de forma desinteresada para ayudar a las familias con más carencias.

Cáritas insiste en que no ha habido dejación ni mala gestión de los recursos, sino que la destrucción de alimentos se ha producido por la dificultad para hacer frente a la rapidez con la que se extienden los gorgojos entre los cereales o el grano a pesar de las fulmigaciones que se realizan cada vez que se detecta un foco de infección.

El retraso en la emisión de los informes sociales que deben tener los beneficiarios de las ayudas para poder acceder al programa europeo complica aún más la conservación de los alimentos, ya que las naves de las que utiliza esta parroquia no está preparada específicamente para guardar comida y ésta debe permanecer forzosamente en su interior al no poder darle salida.

Durante el ejercicio pasado cinco inspecciones certificaron el mal estado de los alimentos almacenados en los dos centros de Cáritas de Puerto del Rosario. En enero del año anterior se tuvo que desechar 3,7 toneladas, dos más en febrero y 34,2 en septiembre. A estas cantidades se suma que hace unas semanas se destruyeran otras 7,5 toneladas más. Desde la organización se aclara que esta situación es puntual y que no afecta a la actividad que se desarrolla en otros puntos del Archipiélago.

El párroco de la capital majorera, Juan Carlos Medina, subraya, por su parte, que a pesar de que se termine con la distribución de comida procedente de esta ayuda europea la actividad de la institución en Puerto del Rosario continúa con fondos propios, por lo que no se deja desamparados a las familias más necesitadas, ya que además se realizan labores de acompañamiento o búsqueda de trabajo.