El referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN concitó, hace hoy treinta años, una gran movilización popular y política. Hasta los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía y sus hijas las infantas Elena y Cristina depositaron sus votos el 12 de marzo de 1986 en el colegio de San Fernando, en la localidad de El Pardo, y el entonces Príncipe de Asturias, actual Felipe VI, mandó su papeleta por correo porque se hallaba en la Academia General Militar de Zaragoza.
En Canarias se produjo una división provincial en los resultados: mientras en la provincia de Las Palmas arrolló el rechazo a seguir formando parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en la de Santa Cruz de Tenerife se impuso el sí, aunque con un 49% de los votos emitidos a favor y un 45% en contra.
Por el cómputo global, Canarias, junto al País Vasco, Cataluña y Navarra, fue una de las cuatro autonomías en las que venció el no a la continuidad en este organismo internacional, en el que España ingresó en 1981 durante el mandato de Leopoldo Calvo Sotelo. Una adhesión que contó entonces con el férreo rechazo del PSOE, liderado por Felipe González como jefe de la oposición, que abanderó un famoso lema: "OTAN de entrada no".
De hecho, González llegó a calificar el ingreso como una "barbaridad histórica" y un "tremendo error", aduciendo que se trataba de una organización que no se encontraba al servicio de los intereses occidentales sino de los de Estados Unidos. El PSOE se posicionaba como una fuerza neutralista y antiamericanista y defendía el desmantelamiento de las bases extranjeras en territorio español.
Durante la campaña electoral de 1982, el PSOE contrajo dos compromisos: detener el proceso de integración y convocar un referéndum. Y ganó los comicios. Dos años más tarde Felipe González rectificaba su oposición a la OTAN bajo la tesis de fortalecer la estrategia de paz y seguridad del país. El presidente del Gobierno admitía que el rechazo inicial del PSOE había sido un error. Afirmó que favorecería el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) -actualmente, la UE- y basó su discurso en las ventajas de la alianza para los intereses españoles y la pertenencia al club de los países más desarrollados del mundo.
Una pregunta enrevesada
A partir de la adhesión de España a la CEE en junio de 1985, varias potencias, entre ellas Francia y Alemania, exigieron su integración en la OTAN. Felipe González convocó entonces el referéndum, con una intensa campaña favorable al sí, y con la oposición de otras fuerzas de izquierda y colectivos antimilitaristas. La pregunta fue de los más enrevesada. "¿Considera conveniente para España permanecer en la Alianza Atlántica en los términos acordados por el Gobierno de la Nación? Estos términos se referían a tres condiciones: la no incorporación a la estructura militar integrada de la OTAN, la prohibición de instalar o introducir armas nucleares en el país y la reducción de la presencia militar norteamericana en el territorio español.
Según el presidente del Gobierno en Canarias en 1986, el socialista Jerónimo Saavedra, en las Islas ganó el no porque "pudo influir el miedo a que se instalara una base de la OTAN". Recuerda que, años antes, en el debate del Estatuto de Autonomía de Canarias de 1982, el propio PSOE planteaba declarar "como zona neutral a las Islas", en respuesta a la Guerra Fría. A Canarias llegaban "barcos soviéticos, seguidores de satélites, para unos, y para otros espías, además de barcos de la OTAN, y de ahí que se pensara que el Archipiélago era un centro estratégico para montar una base lo que incrementaría el riesgo" para sus ciudadanos, sostiene.
Con ese caldo de cultivo, unido a la vocación claramente pacifista de los canarios, se celebró el referéndum, lo que hizo que "brotaran esos sentimientos y el voto fuera en contra" en la provincia de Las Palmas, precisa, porque en la tinerfeña fue favorable a la permanencia en la OTAN, aunque la Agrupación Tinerfeña Independiente, liderada por Manuel Hermoso, llamó a los tinerfeños al no. El resultado en las Islas se debió en gran parte al esfuerzo de los comités Anti-OTAN y a la Comisión Ciudadana por la Paz, junto al rechazo de otras formaciones de izquierda, mientras que en Alianza Popular defendieron la abstención como un voto de castigo al Gobierno del PSOE.
La victoria del no en Canarias propició tal día como hoy, pero hace tres décadas, que en torno a doscientas personas se manifestaran por la noche en la Delegación del Gobierno, en un ambiente festivo. Coreaban consignas como: "Sí, sí, sí, la OTAN p'a Madrid", o "PSOE, traidor, Canarias dijo no".
Para Saavedra, el tiempo ha demostrado que la continuidad en la OTAN ha sido un "acierto, dadas las perspectivas actuales del mundo que no corresponden a las de hace 30 años". Ahora está la amenaza "yihadista", precisa. Creada en 1949 en el contexto de la Guerra Fría y ante el temor a la expansión del comunismo, se formó esta alianza militar intergubernamental por la que los firmantes se comprometían a defenderse mutuamente ante una agresión armada .
Transcurridos los años, son muchas las voces críticas por el incumplimiento de las cláusulas del referéndum. En 1997, con José María Aznar en el Gobierno, España se incorporó a la estructura militar integrada de la OTAN. Los efectivos estadounidenses han aumentado en estos años, como los militares desplegados en la Base Aérea de Morón, en Sevilla. De hecho, en 2015 el Gobierno firmó un acuerdo con Estados Unidos permitiendo la instalación de una base para posibles intervenciones militares en África, y un aumento de la presencia de militares y civiles norteamericanos.
Esta semana se han realizado en Canarias maniobras de alto nivel, entre el Ejército del Aire y la OTAN, con la colaboración de aviones de Bélgica, Francia, Alemania y EEUU. Las organizaciones que forman parte de la Coordinadora Canarias por la Paz y el Comité Anti-OTAN de Canarias mostraron su rechazo a estos ejercicios, y esta tarde se concentrarán en la plaza Saulo Torón, en Las Canteras, bajo el lema: '30 años del no a la OTAN'.
