La Comisión Española de Ayuda al Refugiado, Cáritas, Médicos del Mundo y otros colectivos como los profesionales de servicios sociales trabajarán para conseguir el cierre de los centros de internamiento de extranjeros (CIE) de Canarias y pedirán el respaldo de los partidos a esa causa.
Su propósito es promover un "replanteamiento del modelo" de respuesta a la llegada de inmigrantes irregulares, apostando por "otra forma de hacer las cosas" que aborde el trato de esas personas "no como un problema de seguridad, sino humanitario", y elimine unos centros que "vulneran sistemáticamente los derechos humanos", explicó ayer el coordinador regional de CEAR, Juan Carlos Lorenzo.
En el acto de presentación de la denominada Plataforma Canarias Libre de Centros de Internamiento de Extranjeros, constituida por varios colectivos y personas a título individual, Lorenzo defendió que el cierre de estas instalaciones está justificada "por la lógica" e incluso por la Ley de Extranjería.
El portavoz del CEAR denunció que los inmigrantes que son recluidos en los CIE viven "sometidos a un régimen penitenciario injustificado, ya que solo han cometido una falta administrativa y ni siquiera son responsables de un delito". Además, añadió, "son retenidos sistemáticamente, cuando la ley preveía que el internamiento fuera una medida excepcional y, al final, en la práctica se ha convertido en norma".
Si se tiene en cuenta que la situación se agrava por hechos como que los dos CIE que hay en el Archipiélago, el de Barranco Seco, en Gran Canaria, y el de Hoya Fría, en Tenerife, son deficitarios en servicios básicos -desde los sanitarios a los de asesoramiento jurídico, traducción e interpretación y atención social- la demanda de la plataforma "tiene aún más razón de ser", argumentó.
El portavoz de CEAR en Canarias anunció que la plataforma llevará a cabo acciones públicas para recabar el apoyo a su causa, tanto por parte de la ciudadanía como de las organizaciones políticas y sociales y de las administraciones públicas de las Islas, como ha ocurrido, dijo, ya en otros lugares de España.
