Podemos está viviendo los peores momentos desde su fundación hace dos años. Las crisis territoriales que amenazan el liderazgo de Pablo Iglesias, y las primeras discrepancias públicas en el seno de la dirección estatal entre el secretario general y el número dos de la organización, Íñigo Errejón, están dejándose notar y ya se han llevado por delante a varios cargos. Primero a una buena parte de la dirección regional en Madrid, y posteriormente al secretario de Organización de la Ejecutiva estatal, Sergio Pascual, al que el propio Iglesias destituyó con nocturnidad el pasado martes y con consecuencias aún por determinar.
La onda expansiva de este primer terremoto en el seno de la formación emergente podría alcanzar distintos niveles dentro del partido y también producir efectos en sus marcas y cúpulas autonómicas, pero no parece que vaya a afectar de forma directa a la organización en Canarias, donde su directiva y la práctica totalidad de los cargos institucionales están claramente alineados con Iglesias y han cerrado filas en torno a su figura.
Frente a las turbulencias en regiones como Madrid, País Vasco, Cantabria o La Rioja, y las dudas sobre el futuro de sus alianzas en Cataluña, Galicia o Comunidad Valenciana, el partido parece haber superado las fricciones surgidas en las Islas hace unos meses tras la marcha o retirada a un segundo plano de diferentes colectivos y personalidades que participaron en su fundación, pero que han perdido la batalla frente a la dirección regional.
"Corresponde al secretario general adoptar una decisión como el cese de un cargo si así lo considera conveniente porque está así establecido en los Estatutos y al modelo organizativo que aprobamos en Vistalegre y no tenemos más que expresar el absoluto respeto. La organización está por encima de los individuos, y si se ha tomado la decisión conforme a los reglamentos internos, no tenemos nada que objetar", señala en relación a la destitución de Pascual la secretaria general de Podemos de Canarias, Meri Pita, que ha vivido en primera fila desde la actividad parlamentaria en el Congreso estos días críticos. Tanto ella como su compañera de escaño por Las Palmas, Victoria Rosell, forman parte del grupo de confianza de Pablo Iglesias en el Congreso y han hecho llegar al líder su pleno apoyo.
En el equipo
Meri Pita, que el viernes participó en la cumbre de dirigentes regionales convocada por Iglesias para analizar la situación, es desde el primer momento uno de los puntales de la organización en Gran Canaria y la responsable de estructurar políticamente al partido en el conjunto del Archipiélago, superando la fase asamblearia y autogestionaria de los primeros tiempos, y llevando la organización hacia el modelo de partido frente al modelo más abierto por el que apostaban otros sectores.
Conflictos como los que colean en el Cabildo de Gran Canaria o en Telde no ensombrecen la labor de Pita en este sentido. Es, junto a Noemí Santana, integrada en el equipo de Iglesias en el consejo ciudadano estatal y portavoz de Podemos en el Parlamento de Canarias, una de las líderes de referencia en las Islas y ambas gozan de la plena confianza del secretario general. Podemos ha logrado en las Islas, sobre todo en la capital grancanaria, uno de los mejores resultados en todo el Estado en las distintas citas electorales desde el año 2014.
Todos a una
Rosell, por su lado, también forma parte del grupo más afín a Iglesias dado que fue él quien, a través de la propia Pita, apostó por su fichaje como cabeza de lista por Las Palmas para las elecciones generales y la ha presentado claramente como ministrable para Justicia si Podemos lograra el objetivo de formar un gobierno de coalición con el PSOE. Es la imagen del partido en su discurso por la regeneración de la vida política y contra la corrupción.
Aunque inicialmente más autónomo que sus compañeras grancanarias, el otro diputado isleño, el tinerfeño Alberto Rodríguez, también tiene buena relación con el grupo de Iglesias. Como todo el sector tinerfeño del partido, Rodríguez está más vinculado a Juan Carlos Monedero que a Iglesias o Errejón y está algo más distanciado de la cúpula desde que el ideólogo y cofundador del partido ha pasado a un plano más secundario tras su dimisión hace casi un año. Pero comparte ahora con el grupo de Iglesias la vuelta a las esencias ideológicas anticapitalistas y contra un acuerdo rebajado de contenido con el socialista Pedro Sánchez.
En relación a la situación actual, la secretaria general de Podemos en las Islas empieza por negar la mayor: no existe una crisis en el seno del partido y asegura que "estamos todos a una" por más que los "problemas" o "errores, que se están tratando de corregir" estén dando una imagen de división interna a la opinión pública.
"Somos una mixtura o un potaje de muchas sensibilidades y es normal que surjan dificultades a nivel organizativo porque en eso aún somos bebés", afirma la diputada canaria. Niega, en todo caso, discrepancias internas en relación con la gestión del proceso de investidura de Pedro Sánchez y afirma que toda la organización, también en Canarias, apoya la estrategia desplega por Pablo Iglesias y la decisión de votar contra el candidato socialista tras su pacto con Ciudadanos.
Aunque asume que Podemos podría haber estado "más afinado" y que "se han podido cometer torpezas" en la puesta en escena y comunicación a los ciudadanos de las decisiones adoptadas en relación con el proceso negociador con el PSOE -sobre todo la famosa rueda de prensa tras la reunión de Iglesias con el Rey en la que se repartieron algunas de las áreas del Gobierno-, insiste en que hay una "posición firme" de todo el partido contra una investidura sustentada en el "programa de derechas" pactada con la formación de Albert Rivera.
Cree que Sánchez está aún preso de la voluntad de los barones socialista de pactar con Ciudadanos y no descarta que finalmente acabe asumiendo el llamado 'pacto de Estado' de la gran coalición con el PP propugnado por Felipe González.
Si, por el contrario, el líder del PSOE rompe sus ataduras con los dirigentes territoriales del partido y con Albert Rivera, "todavía es posible un pacto a la valenciana, como el que le propone Pablo Iglesias para llevar a cabo políticas diferentes".
En clave electoral
La dirigente canaria niega que la organización en Canarias esté perdiendo pulso con la calle y con los ciudadanos -las últimas encuestas dan una caída en el número de votos en favor de C's- y asegura que, aunque no les gustaría "tener que ir a nuevas elecciones", si estas se repiten, su objetivo es mejorar los resultados del 20-D.
Distintas fuentes señalan, sin embargo, que Podemos en Canarias "está en clave electoral" y que apuesta por ir a las urnas para seguir robándole espacio a los socialistas. Pita niega el bajo tono político de Podemos en Canarias pese a la marcha o dimisión de algunos de sus cargos o responsables y cifra en 19 las asambleas que se han producido en la capital grancanaria, donde gobierna, desde las pasadas elecciones. Para mayo, Podemos tiene intención de hacer una especia de "auditoría política" que se llevará a las asambleas para hacer balance de la situación y de lo realizado desde las pasadas elecciones locales y autonómicas y el trabajo realizado en las instituciones.
Frente a este análisis de la máxima responsable política de Podemos en Canarias, otras fuentes aseguran que la ausencia de un sector crítico en la organización en las Islas viene derivado sobre todo por el abandono del movimiento por parte los círculos más combativos y de las "expulsiones, abandonos, y dimisiones discretas y con sordina" que se han producido por parte de distintos cargos y en distintos ámbitos del movimiento alternativo como Joaquín Sagaseta, Blas Padilla o Isabel Suárez, entre otros. Aseguran que las asambleas son "meras reuniones de los cargos electos" para repasar la agendas y que los círculos ciudadanos, que funcionan autónomamente, no se convocan desde mayo del año pasado, lo que confirmaría la "muerte por inanidad" del movimiento popular que impulsó a Podemos desde sus inicios.
