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Entrevista a El Khattat Yanja

"El Estado Islámico capta refugiados saharauis para actuar en Malí"

"Tenemos una monarquía visionaria que ha sabido frenar la radicalización de esos que matan por Alá", asegura el presidente de Dajla, la región más meriodional del Sahara Occidental

El Khattat Yanja. LP / DLP

En medio de una inquietante escalada en la tensión diplomática entre el Reino de Marruecos y la ONU, agudizada por la reciente expulsión de 84 observadores de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso), evacuados a Gran Canaria, El Khattat Yanja, nacido español y ahora presidente de la región de Dajla, la Villa Cisneros de la época colonial española que ocupa el 57% del conflictivo Sahara Occidental y sede del foro internacional Crans Montana, matemático, empresario de éxito y padre de siete hijos, es tajante al afirmar que Rabat "no va aceptar nunca la separación de los territorios saharauis" a la vez que denuncia el reclutamiento por el Estado Islámico de jóvenes desesperados en Tinduf para luchar por Alá en la vecina Malí. Este exdirigente del Frente Polisario critica sin contemplaciones "la ignorancia" del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien tras visitar los campos de refugiados de Argelia mostró con firmeza su pesar por la "trágica" situación que viven los desplazados en medio del desierto y anunció su intención de relanzar las conversaciones entre Marruecos y el Polisario para resolver una disputa territorial cuyo origen se remonta a 1975, cuando los españoles abandonaron sus posiciones en esta parte de África a tan solo 95 kilómetros de la costa canaria. Pero el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha sido más tibio que su secretario general, cuyo cargo está a punto de expirar, en un momento en el que el régimen marroquí capitaliza su condición de aliado de Occidente contra la amenaza criminal del yihadismo islámico. Y eso se nota en el debilitamiento del apoyo a la demanda soberanista saharaui.

Señor El Khattat, ¿cómo entró usted en el Frente Polisario?

En aquel momento era una decisión natural. Yo nací en Dajla, la antigua Villa Cisneros, en 1958. Entré con 14 años en el Frente Polisario y estuve con ellos quince años. Llegué a dirigir la escuela de enseñanza secundaria más grande de los campamentos, la del '12 de octubre'. Fui también miembro del comité político de las juventudes saharauis y de la comisión preparatoria del referéndum.

¿Por qué abandonó usted las filas del Frente Polisario para unirse a la causa marroquí?

Yo soy muy pragmático y me di cuenta de que la disputa es una pérdida de tiempo. Marruecos ha cambiado mucho y su sistema democrático ha evolucionado garantizando en todo momento la integración de los saharauis. En el Frente Polisario me di cuenta de que es Argelia el país que controla de verdad el destino de los refugiados, a los que mantiene en una especie de secuestro para prolongar su conflicto con Marruecos. No es eso lo que yo quiero para mis hijos. Tengo siete y no me parecen muchos.

¿Dónde viven sus hijos?

Dos en Francia, uno en Dajla, tres en Rabat y uno estudia en España. Es necesario tener muchos hijos para hacer una nación fuerte. El 49% de la población de Dakhla tiene entre 15 y 30 años.

Dígame, por favor, cómo fue el día en el que decidió pasarse al otro bando.

Fue en 1989, cuando el rey Hassan II hizo un llamamiento a los hijos del Sahara para que regre- sasen a esta su patria misericordiosa. Yo regresé en 1991. Me había cansado de la represión y amenazas que recibía del Frente Polisario. Los campamentos se han convertido en lugares controlados bajo una especie de régimen comunista antiguo en el que la ley es seguir únicamente los dictados del Polisario. Así que regresé a Dajla y ocho años después abrí una empresa para la conge-lación de pescados. Tengo más de 200 trabajadores y si Marruecos se marchase de aquí no tendría ni mano de obra para seguir adelante con la empresa. En las últimas elecciones me presenté por el partido Istiqlal, el más antiguo de Marruecos.

Pero habrá por lo menos que convocar el referéndum acordado en 1991 entre el pueblo saharaui para determinar el futuro estatus del territorio del Sahara Occidental, ¿no?

No creo en ese referéndum y Marruecos no permitirá otra solución para estos territorios que la autonomía. El Polisario exige que la consulta se haga a las perso- nas que tienen bajo su control y con el censo español de 1974. Ese censo tiene que actualizarse. Desde 2007, Rabat propone una solución mejor para este conflicto y es la de dotar a las provincias del sur de una autonomía avanzada. Marruecos tampoco dejará que se separe el Sahara Occidental porque lo que queremos es una nación grande, no dictaduras como las del Polisario que fomentan los extremismos.

¿Qué tipo de extremismos?

Los jóvenes de los campos de refugiados sin trabajo ni esperanza son blancos fáciles para las organizaciones criminales más extremistas. No son pocos los que han sido captados por el Estado Islámico para unirse a su barbarie en Malí. Lo que yo quiero es que mis hermanos refugiados regresen a su tierra.

¿Por qué no lo hacen?

Muchos de ellos están bloqueados por Argelia, otros realmente no quieren que el Sahara Occidental sea parte de Marruecos y otros se quedan allí porque no tienen con quién vivir aquí.

Habrá entonces que desbloquear esta disputa como propone Ban Ki-moon, ¿no?

Ban Ki-moon no sabe de lo que habla y además no ha sido nada neutral durante su visita a los campus de refugiados saharauis. ¿Cómo puede calificar de ocupación la presencia de Marruecos en el territorio saharaui? La falta de diplomacia del supuestamente gran líder de los diplomáticos es lo que ha provocado la reciente expulsión del personal civil internacional de la ONU para el referéndum del Sahara Occidental (Minurso).

Señor El Khattat, ¿es Marruecos un destino turístico seguro?

Es el destino más seguro de esta convulsa zona del Magreb y eso es gracias a que ha desarrollado con éxito un sistema de prevención de radicalismos. Tenemos una monarquía visionaria que ha sabido frenar la radicalización de esos que matan por Alá y eso lo agradecen los ciudadanos de esta parte de Marruecos que se volcaron con el Rey Mohamed VI durante la visita que realizó al Sahara Occidental con motivo del 40 aniversario de la Marcha Verde que se celebró el año pasado.

Pero muchos de los terroristas del yihadismo internacio-nal proceden de Marruecos, ¿por qué?

No son tantos, pero lo cierto es que estos jóvenes son víctimas de la desesperación que produ- ce la miseria. Ante situaciones de paro o de exclusión en los países en los que residen se convierten en blancos fáciles para aquellos que reclutan en nombre de un fanatismo religioso que quiere conquistar el mundo para libe-rarlo del infiel.

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