El visionado de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del aeropuerto de Gran Canaria contradice la versión sobre los hechos de la diputada nacional de Podemos Victoria Rosell. La grabación desmonta el testimonio de la juez que aportó un audio, que atribuyó a otra pasajera, sobre su altercado en Gando el domingo. En el vídeo, que está ya en manos de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior tras la investigación abierta por la Guardia Civil, se observa cómo Rosell pasó sola el control y cómo se queja de forma airada y con aspavientos evidentes de cómo tiene que someter de nuevo a revisión su tableta y el conflicto con los vigilantes y la Guardia Civil a cuenta de la nueva inspección. En ningún momento mientras la diputada se encara con el guardia civil se observa junto a ellos a ningún otro pasajero.

Rosell facilitó un corte de audio, que recoge solo el final del incidente, atribuyendo la grabación a una pasajera que no aparece en ningún momento en las imágenes. Con la nitidez con la que se escucha la grabación del audio -se oyen con claridad las voces de Rosell y el guardia civil- la conversación solo se podia haber grabado muy cerca de donde se produce el encontronazo. Pero junto a la diputada y el agente de la Guardia Civil no hay nadie que puede grabar la conversación con tanta nitidez.

La presencia de esta supuesta pasajera, que según la versión de Rosell se solidarizó con ella, y la grabación que se hace del tenso diálogo entre Rosell y el guardia civil, no es anecdótico.

En los aeropuertos está prohibido hacer fotografías y grabaciones con cualquier medio, salvo autorización expresa de AENA, según el Plan Nacional de Seguridad vigente desde octubre del año 2009, por lo que el autor del audio se enfrenta a la apertura de un expediente, que prepara el Ministerio del Interior, por vulnerar las normas de seguridad.

Rosell, de ser la autora de la grabación, se enfrentaría de este modo a una sanción. La diputada niega que grabara la conversación pero en las imágenes no se observa a nadie cerca que lo pudiera hacer. A instancias de este periódico, que ayer contactó con Rosell, la diputada se negó a facilitar ningún contacto con la supuesta pasajera autora del audio o prueba que pudiera contradecir o desmontar lo que se observa en el vídeo. Los investigadores sospechan que fue la propia diputada quien grabó la conversación.

Los hechos ocurrieron el domingo a las 06.45 horas, cuando, según el parte de la Guardia Civil, al pasar por el control de salidas insulares la diputada increpó al auxiliar en el control de las tarjetas de embarque al preguntarle por un carrito con maletas que se encontraba en el pasillo de entrada. A continuación, al ser requerida por el personal de seguridad para que separara el ordenador del maletín que llevaba, Rosell -continúa el parte- creyó que se trataba de "una burla", pese a que los vigilantes y el guardia civil le indicaron que es el protocolo habitual.

En ese instante Rosell repitió su condición de diputada y reclamó la identificación profesional del agente. Éste le pidió a ella su documentación, a lo que contestó: "No me da la gana" y se dirigió hacia la sala de embarque, precisa el acta. El guardia le requirió en varias ocasiones su identificación, hasta que al final le mostró su DNI y le entregó su acreditación como parlamentaria.

Rosell se negó ayer a hacer declaraciones una vez informada por este periódico de lo que se visiona en las grabaciones y también rechazó aportar ninguna prueba que desmontara lo que se ve en el vídeo, donde sólo aparecen ella y el guardia civil, sin otra pasajera que pudiera grabar el incidente, como ella sostiene.