La diputada de Coalición Canaria Ana Oramas en el Congreso reclamó ayer al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, que comparecía por primera vez en el Pleno de la Cámara baja en la actual legislatura, que se convierta en el primer presidente europeo en trabajar para acoger a los menores refugiados. "Le pido que España dé un paso en esa acogida porque ya vivimos esa situación y la podemos volver a vivir", apuntó tajante la parlamentaria de CC.
Oramas se subió a la tribuna con la intención de ser la voz de la organización Save the Children, que ha denunciado las deplorables condiciones en las que viven más de 1.000 menores, 160 de ellos no acompañados, que se encuentran en el centro de detención de Moira, "donde hay confi-nadas miles de personas cuando solo debería haber unos cientos". Oramas insistió al presidente que "escuche el grito de Save the Children, Unicef y las comuni- dades autónomas que están dispuestas a acoger".
"Nadie renuncia a su país, su entorno, su familia y su vida; nadie expone a sus hijos al mar, el frío, el viento, las mafias, el desprecio y el horror si lo que deja atrás no es una realidad aún peor", expresó Oramas, quien lamentó la situación lamentable de los refugiados. "Los hijos de los hombres y mujeres que malviven en el barro, cercados por alambradas como si fueran delincuentes, podrían ser nuestros hijos. Los ancianos que apenas pueden sostenerse doblegados por el frío y el hambre, podrían ser nuestros padres. Los hombres y mujeres que arriesgan su vida, sufren vejaciones y malos tratos, desprecio, necesidades, frío, terror? Esos hombres y mujeres podríamos ser nosotros", recordó la diputada canaria en el centro del hemiciclo.
Oramas recordó al presidente la situación vivida por Canarias, "un pueblo que conoce muy bien la emigración, a Cuba y Venezuela, y que vivió en primera persona la llegada masiva a sus costas de inmigrantes en 2006, en la llamada crisis de los cayucos". Oramas explicó que entonces era alcaldesa de La Laguna y que "Europa, en ese momento, miró para otro lado. Pero sí tuvimos la visita de eurodiputados al centro de Los Rodeos, donde había 5.000 personas, en ningún caso mujeres embarazadas ni menores, porque se respetó, en todo momento, la legalidad", subrayó.
En ese sentido, valoró la solidaridad con las Islas de otras comunidades, como el País Vasco o Andalucía, "las únicas que acogieron a menores inmigrantes no acompañados llegados a Canarias".
Reunión en Grecia en mayo
La nacionalista anunció a los diputados que el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, ha dado un paso muy importante y "va a reclamar una política común y efectiva junto a Lesbos, Quíos, Samos, Lampedusa y Malta en una reunión que se celebrará en Grecia el mes que viene para llevar una posición común a Bruselas, porque los territorios insulares tienen problemas diferentes al continente".
Por su parte, el jefe del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, respondía a la diputada canaria asegurando que "conocía este drama" y recordó unas de sus vacaciones en Gran Canaria en las que vio llegar una patera a las costas isleñas. Su cercanía a esa realidad, sin embargo, no le sirvió librase de las críticas de toda la oposición, que le acusó de faltar al mandato del Parlamento con el que acudió a la cumbre UE-Turquía sobre la crisis de refugiados, y de permitir con su firma que se enmascare una devolución masiva de solicitantes de asilo. Rajoy se defendió: "No es creíble que 28 (países) no tengan razón en nada, aunque piensen diferente sobre tantas cosas, y algunos, probablemente aspirantes a mesías, crean tener razón en todo". Al líder de Podemos, Pablo Iglesias, le invitó a tener "un poco de moderación". "Aprenda de mí, que en esto soy muy bueno", le espetó.
Iglesias le había dicho antes: "La impresión que tengo es que ustedes han ido a Europa a exportar la peor imagen de la marca España, ese modelo de devoluciones en caliente vergonzoso".
Pedro Sánchez (PSOE) no fue menos contundente: "No podemos retorcer el derecho internacional para dar apariencia de le-galidad a una violación grosera de los derechos humanos". Albert Rivera (C's) criticó el acuerdo con Turquía como un paso "atrás" para "externalizar" los derechos humanos.
