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La explosión demográfica en la región del Sahel preocupa a la Unión Europea

Bruselas destina mil millones de euros para apoyar a la juventud africana y evitar una "bomba de relojería"

La explosión demográfica en la región del Sahel preocupa a la Unión Europea J. C. CASTRO

Canarias es la frontera española más cercana al Sahel. El cinturón del continente africano, que abarca 5.400 kilómetros desde el océano Atlántico hasta el mar Rojo, es una de las prioridades para la Unión Europea (UE), preocupada por el "boom demográfico enorme" en esta zona. "Algunos hablan de una bomba de relojería a largo plazo" por el crecimiento de la población en Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger y Chad, el grupo llamado G5. El radicalismo y la crisis migratoria están en el corazón de la política exterior de Europa en el Sahel y, "por si fuera poco, a esa situación tan tormentosa se ha unido la presencia de un yihadismo fuerte y cada vez más arraigado entre los jóvenes".

Este escenario inquieta a Bruselas, que ha puesto en marcha programas de inversión para ofrecer oportunidades de futuro a la juventud. Así lo afirmó ayer el representante especial de la UE para el Sahel, Ángel Losada, en Casa África, donde analizó la situación de esta zona "sometida a grandes presiones" y que está "a tres horas de la Península, pero apenas a unos minutos de Canarias".

La estrategia de la UE en esta franja que divide el Sahara y el África subsahariana se basa en dos pilares: seguridad y desarrollo, insistió el diplomático español, ante un nutrido público, en su mayoría autoridades civiles y militares.

Partenariado

La UE busca crear un "partenariado estratégico" con el Sahel. De hecho, destinará 3.500 millones de euros en cooperación en cinco años, cifra que se eleva a 8.000 millones incluyendo los fondos que aporta cada estado miembro. Asimismo, Bruselas activará "rápidamente" un fondo fiduciario, dotado con mil millones, para abordar las causas profundas de la migración ilegal y contribuir a la estabilidad en los países. Con esa financiación se establecerán "inmediatamente" proyectos que generen empleo, especialmente para jóvenes y mujeres, además de iniciativas que luchen contra el tráfico de seres humanos.

A raíz de esa estrategia, la UE impulsa un plan de acción regional con cuatro ejes: la lucha contra el radicalismo, el apoyo a la juventud, la migración y el control de tráficos ilícitos de personas, armas y drogas.

Losada remarcó que el Sahel es una zona de "contradicciones", como la división entre un Sur negro africano y un Norte árabe, bereber o tuareg, con el problema de "la esclavitud que ha dejado heridas todavía difíciles de borrar". Otra dicotomía es la de una población nómada de pastores y otra sedentaria, de agricultores. Y otra división se produce entre centro y periferia y esto explica, por ejemplo, la crisis en Malí, con un norte "desasistido".

Subrayó también las fronteras "artificiales y frágiles" en el Sahel, "heredadas de la colonización", y con gobiernos "débiles, incluso estados fallidos", que se enfrentan a un asunto esencial: el aumento demográfico. Los cinco jefes de estado de los territorios que configuran esa región admiten su preocupación.

Basta con ver el caso de Níger, donde una mujer tiene una media de 7,2 hijos, por lo que la población antes se duplicaba cada 30 años, pero hoy en día, al ritmo de crecimiento que lleva, se espera que se doble cada 18 años. "Eso nos coloca con una zona muy cercana a nosotros con una población joven enorme y tenemos que ser conscientes de lo que ello significa y tomar medidas", destacó el diplomático, que insistió en dos crisis fundamentales en el Sahel: radicalismo y migración.

Tradicionalmente en esa zona ha habido un Islam sufí, "de tendencia moderada", mientras que, según Losada, "para el Islam más extremo que predomina en los países del Golfo, sobre todo en Arabia Saudí y Qatar, el crecimiento demográfico que se va a producir lo ven como un temor por si tiene una influencia negativa sobre un Islam que ellos quieren mucho más radical". "Eso explica por qué algunos países del Golfo intervienen con tanta fuerza en el Sahel, por el temor a que su Islam, que consideran el único, auténtico y verdadero, sea modificado en un plazo no tan largo por esa explosión demográfica que va a ocurrir". De ahí que la UE quiera promover la continuidad del Islam sufí.

Losada, que repasó la coyuntura en cada país , indicó que, a pesar de que se dice que el proceso de paz en Malí está "bloqueado", a su juicio, "va avanzando de forma ortodoxa". Por otro lado, destacó el impacto en el Sahel de la crisis en Libia y en la cuenca del lago Chad; y la influencia de Argelia, Senegal y Egipto.

Losada tiene una premisa clara: "La Unión Europea no trabaja para África, sino con África". Pero "¿para qué?", le preguntó desde su asiento el secretario de la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias, Teodoro Bondyale, que cuestionó el interés de Europa por "dividir y cuartear África, como en otras épocas, por ejemplo cuando el general De Gaulle planteó la África blanca y negra y fue un proceso de descolonización terriblemente doloroso para África". "Ahora ustedes plantean dividir África en aras a intereses económicos y estratégicos concretos", denunció.

Echar la vista atrás "no sirve para nada, sino que hay que intentar solucionar los problemas actuales y dar respuestas adecuadas a las necesidades", contestó Losada, que hizo énfasis en la "voluntad" de cooperar con el continente vecino.

Entre los asistentes, el delegado de Defensa en Canarias, Luis Gómez-Guillamón, el jefe del Estado Mayor del Mando Naval de Canarias, Enrique Montesinos; los comandantes de los buques Meteoro y Rayo, José Almira y Raúl Alba; el Diputado del Común, Jerónimo Saavedra; el viceconsejero de Asuntos Económicos con la UE, Ildefonso Socorro; el director general de Asuntos Económicos con África, Pablo Martín-Carbajal; el senador Borja Benítez de Lugo; el director del Instituto de Comercio Exterior, Rafael Molina Petit; y los cónsules de Marruecos, Senegal y Colombia.

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