Las patronales turísticas de Lanzarote (Asolan), Fuerteventura (Asofuer), provincial de Las Palmas (FEHT) y provincial de Santa Cruz de Tenerife (Ashotel) han unido fuerzas para rechazar las limitaciones a la desalación de agua que establece el Cabildo de Lanzarote. Ayer exigieron al Gobierno de Canarias que tome cartas para garantizar el respeto a las normas regionales, estatales y europeas y evitar así que se produzcan "agravios comparativos" entre las diferentes islas.

La cuatro patronales señalan que el Ejecutivo regional debe permanecer atento al cumplimiento de la legislación en esta materia por ser "responsable último de vigilar y controlar la puesta en vigor de normativas insulares". Por ello, le corresponde la labor de "fiscalizar y velar" para que las normas impulsadas en cada una de ellas "no contravengan el actual régimen regulatorio regional", informaron en un comunicado emitido de manera conjunta.

Especial énfasis pusieron Ashotel, FEHT y Asofuer en la "regulación del autoconsumo" para desalar. Las tres organizaciones calificaron de "injusta e ilegal" la aplicación de medidas restrictivas en dicha isla, "altamente dependiente del agua desalada". Según expone la nota hecha pública, la potestad para autorizar las plantas desaladoras se restringe allí a un único organismo. Así lo recogen las Normas Sustantivas Transitorias de Planificación Hidrológica de la Demarcación Hidrográfica de Lanzarote, impulsadas por el Consejo Insular de Aguas".

"La decisión representa una importante desventaja para el sector turístico, al limitar el derecho a producir el agua de consumo propio", coincidieron en afirmar desde las cuatro patronales hoteleras sus respectivos presidentes, Fernando Fraile (FEHT), Susana Pérez (Asolan), Antonio Hormiga (Asofuer) y Jorge Marichal (Ashotel).

Por ello, insistieron en que medidas de este tenor producen un impacto negativo directo contra el sector, que ha realizado fuertes inversiones para intentar abaratar sus costes. Además, alertan de que Canarias pierde competitividad frente a otros destinos que tienen costes estructurales muchos más bajos y advirtieron de que se resentirá el empleo.