Las primeras escaramuzas originadas en el PP canario en relación con la sustitución de José Manuel Soria como presidente regional del partido han puesto en alerta a la dirección nacional. La repentina marcha del hasta ahora líder isleño, tras descubrirse que fue titular en el pasado de varias sociedades opacas en paraísos fiscales, deja al partido huérfano en las Islas y expuesto a tensiones internas y batallas de poder que pueden dañar seriamente la marca y sus expectativas electorales inmediatas. A la vista de las primeras discrepancias sobre la sustitución provisional del ya exministro al frente del partido por parte del secretario general, Asier Antona, la cúpula de la calle Génova ha decidido actuar de inmediato y controlar directamente todo el proceso. Será una "intervención" en toda regla, vino a reconocer ayer el equipo de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, para nombrar en pocos días al candidato "que mayor apoyo suscite" y reconociendo que la unanimidad "es imposible".
En Madrid preocupa el "postsorianismo", y las dificultades que pueden surgir en el seno de un partido tan encorsetado durante 17 años a los designios de quien ha sido su líder indiscutible todo este tiempo. Por eso, según fuentes del PP, en el comité de dirección de ayer, presidido por el propio Mariano Rajoy, más que hablar de los pormenores de la renuncia de Soria al ministerio, se habló de la situación en que queda el PP en las Islas, de la compleja sustitución de Soria, y de cómo gestionar un proceso que conduzca a un consenso asumiendo que no hay en estos momentos ninguna alternativa clara.
El secretario de Organización del partido en el ámbito nacional, Fernando Martínez- Maíllo, reconoció de manera implícita ese escenario de incertidumbre como consecuencia de una "dimisión que no estaba prevista", y la existencia de un debate o pugna interna en el PP canario por la sucesión. Aunque rechazó la utilización de términos como "crisis" o "batalla de poder" en el seno del partido en las Islas, sí asumió la existencia de "posiciones y opiniones diferentes sobre quién debe ser el futuro presidente del partido".
En ese contexto Martínez- Maíllo evitó pronunciarse sobre si el cargo debe recaer hasta el próximo congreso regional en Asier Antona, o si hay que ceder ante quienes desde Gran Canaria exigen el puesto para uno de los representantes grancanarios del comité regional, de donde necesariamente debe salir el sustituto, excepción hecha de los secretarios insulares.
El portavoz del PP fue muy cauto a la hora de valorar el proceso. Tras recordar que "inicialmente" ha sido Antona quien ha asumido las funciones de Soria porque así se establece en los estatutos, afirmó que "la previsión es que cuanto antes, y si puede ser esta semana, celebraremos una Junta Directiva (regional) para elegir a un nuevo presidente". Aseguró que "ahora mismo no está previsto hacer una gestora", aunque "tampoco está descartada". "A partir de ahí, hemos entrado en un diálogo con nuestros compañeros en Canarias dentro del entendimiento que se tiene que producir en estos casos extraordinarios y teniendo muy claro que esta situación será hasta el próximo congreso regional", cuya fecha está aún pendiente del congreso nacional y éste de la confirmación de nuevo gobierno en España.
El número tres del PP quiso quitar hierro a las discrepancias surgidas, pero dejó claro que la dirección nacional "intervendrá" para "hablar con todos y cada uno de los actores políticos importantes del partido en las Islas. Vamos a hablar intensamente con ellos para buscar a esa persona que más acuerdos suscite, teniendo claro que lograr la unanimidad es imposible", afirmó el dirigente popular.
De otra parte, en defensa de Soria salieron ayer dos personas muy allegadas a él, la ministra de Fomento en funciones, Ana Pasto, y el diputado por Las Palmas Guillermo Mariscal. Pastor consideró a su ex compañero en el Consejo de Ministros un "buen ejemplo" porque aún "cumpliendo con las leyes" decidió renunciar por "lealtad" al Gobierno y al PP. Y en el mismo sentido, Guillermo Mariscal resaltó que "la decisión de Soria ha dejado en lugar muy alto su dignidad y honor" ya que "irse por no explicarse bien no lo ha hecho nadie en esta democracia".
