La dirección nacional del PP mantiene su firme apoyo a la candidatura de Asier Antona como sustituto de José Manuel Soria en la presidencia regional del partido hasta la celebración del próximo congreso regional. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maíllo, escucharon ayer a todos y cada uno de los presidentes insulares y confirmaron su apuesta inicial, desoyendo y rechazando las reticencias del sector crítico. La cúpula de la calle Génova, incluido el propio Mariano Rajoy, ve al dirigente palmero como el que más apoyo concita entre los distintos sectores en las Islas. A él le han encargado el futuro inmediato del partido, que incluye el proceso de elaboración de listas y la campaña de unas más que probables elecciones generales el 26 de junio, así como la preparación del congreso regional, en septiembre u octubre.

La dirección estatal cree además que Antona puede asumir con garantías un proceso de "renovación tranquila" que supere la etapa del fuerte y personalista liderazgo de Soria, que incluya una reactivación de las bases y una mayor apertura a la sociedad para tratar de recuperar la hegemonía social y política de otras épocas. Para ello debe insuflar ánimos a todos los cuadros del partido y una militancia de más de 50.000 afiliados que desde hace tiempo se mostraba adormecida por la falta de tensión interna como consecuencia de la crisis de credibilidad de las siglas, y por el manejo encorsetado de su anterior líder. Muchos en el PP canario, y así lo creen en la calle Génova, ven en la marcha de Soria una oportunidad de oro para la regeneración de un partido que ha perdido en los últimos años capacidad de gobierno y para forjar alianzas en un nuevo contexto de pluralidad política.

Ayer, la dirección de la calle Génova tramitó un turno de conversaciones para despejar el camino a Antona de cara al comité regional de mañana, y logró imponer disciplina entre quienes todavía apuntaban como alternativa a Australia Navarro. La cúpula nacional dejó claro a los díscolos que el liderazgo provisional no se jugaría en términos de debate territorial o de batallas de poder entre islas. El propio Asier Antona, tras el encuentro en Madrid, puso verbo al pensamiento de sus jefes de filas: " Ese debate corresponde a la vieja política. No estamos en los equilibrios en función de dónde uno ha nacido o dónde reside".

Cospedal y Martínez-Maíllo fueron despachando por separado con los dirigentes insulares y aparentemente lograron evitar la imagen de enfrentamiento de días anteriores. El mensaje fue claro: no solo los estatutos del partido ya establecen el procedimiento a seguir en casos como este, sino que una gran mayoría del partido en Canarias apoya a Antona para el cargo, cuyas funciones, de hecho, asumió el mismo viernes tras la marcha de Soria.

Por eso, desde Génova se fue muy taxativo en la necesidad de despejar dudas y en lanzar el mensaje de que ahora más que nunca es la hora de "hacer partido" sobre todo de cara a las elecciones de junio, prioridad absoluta del partido.

Fuentes cercanas a la dirección reconocieron la preocupación imperante en el equipo de Cospedal por la batalla abierta, y admitieron que se había advertido muy seriamente sobre las consecuencias de esta estrategia. "El que se mueva no sale en la foto", resumía gráficamente un dirigente del PP. El recado tenía tres destinatarios principales: las presidentas insulares de Fuerteventura y Lanzarote, Águeda Montelongo y Astrid Pérez, respectivamente, y el presidente de La Gomera, Javier Trujillo, que ayer matizaron sustancialmente sus posiciones y asumieron la prioridad de fortalecer el partido de cara a los comicios de junio y de aplazar, en su caso, la batalla por el liderazgo futuro hasta el congreso regional. Desde Madrid se esperaba una reacción parecida del otro sector que se ha significado en esta escaramuza, los grancanarios Enrique Hernández Bento, María del Carmen Hernández Bento y Juan José Cardona, o los tinerfeños Manuel Fernández y Antonio Alarcó.

Unión y complicidad

A la salida de la reunión Asier Antona y María Australia Navarro trataron de ofrecer una imagen de unión y complicidad entre ellos y de plena identificación con la dirección nacional. Aunque estaban convocados a horas distintas y ambos se entrevistaron por separado con Cospedal y con Martínez-Maíllo, entraron y salieron juntos de la sede nacional y ofrecieron el mismo relato sobre el proceso. No en vano desde mañana serán el número uno y número dos del PP regional con el nombramiento también de Navarro como secretaria general.

Ver la sucesión de Soria en clave insular "es la política del blanco y negro, del pasado" y afirmó el palmero. "Ahora estamos haciendo partido y en estas circunstancias todos tenemos que estar a la altura de las exigencias, de lo que nos exige la sociedad y los más de 50.000 afiliados y militantes en Canarias".

Antona descartó que tras su nombramiento los populares grancanarios vayan a perder peso en el seno de la organización porque, simplemente, dijo, "el PP de Gran Canarias es nuestra locomotora, tiene un peso específico muy importante, y como siempre ha pasado y seguirá pasando, contará con un peso muy importante dentro de la organización".

Navarro, por su lado, insistió en que "lo que toca ahora es partido, partido y partido". "En el PP todos jugamos en equipo y eso lo hacemos en lo bueno y en lo malo", subrayó.

Por su lado, el presidente del PP en Tenerife, Manuel Domínguez, otro de los apoyos teóricos de Antona, destacó que "lo importan- te para el PP de Canarias es que haya unidad, que no hablemos de personas, que no hablemos de territorio y que nos pongamos a trabajar. Cuando lleguen los congresos hablaremos de territorios y personas, ahora no es el momento".

Sin fisuras

Las dos presidentas rebeldes, Águeda Montelongo y Astrid Pérez, asumieron por su parte la aplicación de los estatutos y la designación del presidente por los miembros del comité regional. Montelongo dijo sentirse orgullosa porque "este es un partido que escucha a las organizaciones insulares" y aseguró haber encontrado comprensión a sus posiciones. "Yo pedí que se aglutinara a todas las Islas, que en el liderazgo no se excluya a ninguna isla y que no se trataba de hablar de personas", afirmó. Recalcó el compromiso para que en la sucesión "todas las islas contemos y seamos importantes". En ese sentido aseguró que "el partido va a ir unido y sin fisuras a un proceso que vamos a gestionar bien y pensando sobre todo en las elecciones".

En el mismo sentido se expresó la presidenta del PP de Lanzarote, Pérez, quien asumió que "los estatutos hay que cumplirlos" y que para la dirección nacional "la prioridad son las elecciones", por lo que ayer descartó convertir el comité regional de mañana en una pugna sobre esta "etapa de transitoriedad" ya que, según dijo, Cospedal cree que el congreso regional de producirá "en cuatro o cinco meses".

Además, la lanzaroteña aseguró que hay un compromiso tanto por parte de Antona como de la propia ejecutiva nacional de coordinar todas las decisiones y los procesos inmediatos con las direcciones insulares, y que se respetará "la capacidad de decisión de las Islas" en aquellas materias que orgánicamente les corresponda.