Nunca en la historia de la democracia española había transcurrido tanto tiempo entre la celebración de unas elecciones y una investidura. Si no hay acuerdo entre los partidos, el 3 de mayo se publicaría en el BOE el decreto de convocatoria de nuevos comicios para el 26 de junio, hasta ese momento el Gobierno de Mariano Rajoy sigue en funciones. Y en esa situación, desde el pasado 22 de diciembre en la que los ministros están ya oficialmente cesados, la salida de José Manuel Soria no podía ser la dimisión o el cese, sólo cabía de renuncia. De hecho, la opción de Soria es la primera vez que se da en democracia, si bien es verdad que el exministro se une a una nómina de 22 más que han dimitido desde la primera legislatura, Francisco Fernández Ordóñez lo hizo en dos ocasiones.

El primer ministro que dimitió fue Gabriel Pita da Veiga, en 1977, y el último hasta ayer, José Ignacio Wert en junio de 2015.

Los seis presidentes de la democracia afrontaron cambios en sus gabinetes después de aceptar la dimisión de un ministro: Adolfo Suárez en tres ocasiones (dos de ellas por vicepresidentes); dos también Leopoldo Calvo-Sotelo; Felipe González nueve veces (dos vicepresidentes y siete ministros); uno en los gobiernos de José María Aznar y cuatro en los de José Luis Rodríguez Zapatero.

El actual jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, asumió las renuncias de cuatro ministros (Miguel Arias Cañete, Alberto Ruiz-Gallardón, Ana Mato y José Ignacio Wert) antes de aceptar la que hoy ha presentado José Manuel Soria.

El primer ministro que presentó su dimisión en democracia, en 1977, fue Gabriel Pita da Veiga, por estar en contra de la legalización del PCE.

En los gobiernos socialistas de González hubo nueve dimisiones: la primera fue la de Manuel Chaves, entonces ministro de Trabajo y Seguridad Social, que abandonó el puesto el 20 de abril de 1990 para presentarse como candidato a la Junta de Andalucía. Sin embargo, la dimisión de mayor resonancia fue la de Alfonso Guerra como vicepresidente del Gobierno, que hizo pública su renuncia el 12 de enero de 1991 durante el Congreso de los socialistas extremeños y a causa de las fuertes presiones de la oposición por la polémica sobre los negocios de su hermano Juan.

La declaración de inconstitucionalidad de algunos artículos de la Ley de Seguridad Ciudadana por parte del Tribunal Constitucional provocó la dimisión del ministro del Interior José Luis Corcuera, el 23 de noviembre de 1993; el también titular de Interior Antoni Asunción dimitió el 30 de abril de 1994 al asumir sus responsabilidades políticas al día siguiente de la huida del ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán.

El escándalo por las escuchas del Cesid a personalidades públicas provocó la dimisión del vicepresidente Narcís Serra el 28 de junio de 1995, así como del entonces ministro de Defensa, Julián García Vargas.

Ya bajo la presidencia de José María Aznar, el 19 de febrero de 2000 dimitió Manuel Pimentel, entonces titular de Trabajo y Asuntos Sociales, que constituye el único ministro dimisionario de Aznar, después de que se conociera que la esposa de uno de sus subordinados obtuvo fondos públicos para una empresa de formación.

La primera de las cuatro renuncias durante la Presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero fue la del ministro de Defensa, José Bono, que dimitió el 7 de abril de 2006 para retirarse de la primera línea política y dedicarse a su familia. Otros ministros, como el canario Juan Fernando López Aguilar, responsable de Justicia, salieron del Gobierno para encabezar las listas electorales del PSOE. El último ministro en abandonar un gobierno de Rodríguez Zapatero fue el titular de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, en febrero de 2009, tras hacerse público que había participado en una cacería sin la licencia pertinente.

En el actual Ejecutivo la dimisión más sonada, hasta ayer, fue la de Ana Mato, salpicada por la corrupción de la trama Gürtel.