¿Tuvo claro desde pequeño que su futuro pasaba por la Química?
Quería estudiar algo que me permitiese explicar, desde un punto de vista científico, fenómenos cotidianos. Recuerdo, antes de entrar en la carrera, quedarme mirando la freidora mientras se freían las papas y pensar "¿qué reacción será esta?"
Seguro que siempre fue un alumno de buenas notas.
No es malo ni traumático haber sido el empollón de la clase desde bachillerato hasta final de carrera.
Ha conseguido una beca post-doctoral de la prestigiosa Fundación Alexander von Humboldt, ¿pensó algún día que lo lograría?
La Fundación convoca becas post-doctorales y hace otros tipos de inversiones en investigación, siempre con el propósito de reforzarla en Alemania y Europa con investigadores prometedores y buenas ideas plasmadas en un proyecto de interés. Es complicado, ya que se conceden aproximadamente un 30% de las solicitudes. Si me la han dado ha sido por aprovechar las oportunidades que me han ofrecido. El grupo de investigación en el que estoy ya me acogió durante dos estancias pre-doctorales en las que conseguimos buenos resultados y el proyecto que me plantearon es muy atractivo.
¿Sobre qué versaba su doctorado?
Trabajé investigando los procesos de corrosión y protección de varios metales de interés industrial, pero centrándome en lo que les ocurre a los materiales a escala micrométrica.
¿Y el proyecto en el que está inmerso ahora en Alemania?
Esperamos que pueda repercutir en solucionar el llamado problema energético y la dependencia con los combustibles fósiles. Se trata de desarrollar un sistema que me permita extraer información de reacciones que tengan interés para la conversión y almacenamiento de energía eléctrica.
Una vez que finalice esta beca, ¿espera quedarse allí o buscará otras salidas?
A veces llegan noticias de España, de índole político-económico, que no me animan a volver, pero la tierra, la pareja, los amigos y la familia siempre llaman de vuelta. La vida laboral de un investigador puede tener un largo intervalo de incertidumbre, en los que se encadena una beca en un sitio con otra en otro lugar. Nunca sabemos si vamos a tener continuidad. Muchos anhelamos trabajar en el mismo centro donde hicimos la tesis, otros terminan por aceptar irse al extranjero.
¿Trabajar en el tejido empresarial de las Islas no es una opción?
Es una opción y algunos lo han logrado, pero me gusta mucho la combinación de docencia e investigación en la universidad. Pero el tejido empresarial del Archipiélago no parece ofrecer suficientes puestos de trabajo. Una de las cosas que he oído durante la carrera es que un químico debe estar preparado para hacer las maletas, pues en Canarias es difícil encontrar un puesto de calidad.
¿Y qué le diría a los empresarios para que inviertan más en investigación?
Nos toca convencer a empresas e instituciones públicas de los beneficios que puede aportar una inversión dirigida a mejorar un proceso o a prevenir consecuencias negativas. Al haber investigado en corrosión, me resulta chocante que se meta escandalosamente la pata con una construcción que, por culpa de la corrosión y de una mala elección de los materiales, se viene abajo en pocos años.
Las empresas alegan que no pueden absorber todo el conocimiento que sale de las universidades porque éstas no apuestan por carreras que tengan aplicación en la Islas, ¿qué opina?
¿Qué queremos que mueva la economía? Si queremos que solo la mueva el turismo y la construcción, podemos reducir a la cuarta parte la oferta de grados y másteres, pero estaremos a la cola en I+D y así no hay desarrollo.
¿Considera que las carreras de prometedores científicos canarios se han frustrado por no contar con el suficiente apoyo?
Puede ocurrir, dependiendo de las circunstancias. Cuando en Canarias o en España no te ofrecen estabilidad y crees que no te valoran, pero en el extranjero alguien apuesta por ti y puede prometerte un buen puesto en el trabajo que te gusta, muchos optan por lo segundo. La Fundación Alexander von Humboldt organiza un encuentro anual en Berlín en el que cada post-doc es invitado una vez durante su periodo de financiación. Asistí a ese encuentro en junio de 2015. El ministro de Asuntos Exteriores nos dio la bienvenida, el presidente de la República Alemana nos recibió en su residencia oficial y el embajador de España en Berlín hizo lo propio con el grupo de españoles. Desde luego no es la misma impresión que da España, donde ser doctor no está valorado. Para empezar, se confunde con ser médico y hay quien debe quitar su doctorado del currículum para que le den trabajo.
