Todavía no ha llegado el Día de Canarias, pero en Las Palmas de Gran Canaria ya resuenan las isas y folías y huele a chorizo de Teror. Y es que la fiesta se adelantó para los más pequeños que ayer disfrutaron de una jornada distinta al más puro estilo canario. Desde temprano comenzó el desfile por los centros educativos donde todos acudieron ataviados con sus mejores galas, acordes a la ocasión. Ellas, con sus coloridas faldas, el delantal y el pañuelo y el gorro en la cabeza. Sin perder detalle. Ellos, con su fajín, su chaleco y el cachorro colocado del derecho o del revés, según el estilo de cada uno. Adolescentes, o con apenas unos años de vida, los chiquillos celebran por todo lo alto la festividad en la que descubren las tradiciones de su tierra y, en algunos casos, hasta se atreven a probar con algunas prácticas in situ.

Como Ainhoa, que es la única chica que se ha animado a salir de voluntaria para participar en una luchada canaria en plena calle. Con valentía y mirada desafiante y un pantalón azul sobre la falda que le han remangado como requiere el deporte, la niña se enfrenta a su adversario, algo más alto que ella, aguantando estoicamente animada por parte de los presentes, hasta que por fin termina en el suelo. Nada dramático que no se resuelva con un apretón de manos y un aplauso antes de seguir con la siguiente actividad que la Orden del Cachorro ha previsto para el tradicional encuentro escolar que celebran en la plaza de Santo Domingo y que este año cumple su decimotercera edición.

Bailes y exhibiciones

Dentro de la sede de la entidad, que permanece con las puertas abiertas de par en para todo aquel que quiera entrar en ella, el presidente Esteban Guerra de la Torre explica en qué consiste el evento. "Esta vez han venido unos 850 niños de siete centros educativos, principalmente de Las Palmas de Gran Canaria, y también de Santa Brígida y San Mateo", comenta. Entre los colegios se encuentran el CEIP Pepe Dámaso, el Islas Baleares, el Cervantes, el Poeta Montiano Placeres, el San Mateo y el Santa Brígida.

Además de la exhibición de la práctica deportiva en la que Ainhoa se aventuró, los chicos también disfrutaron de varias actuaciones preparadas en las propias aulas. A los bailes y cantos este año también se le sumó un recital de décimas en el que los jóvenes estudiantes hicieron un repaso rimado por todos los municipios de la Isla. Mientras, maestros artesanos muestran cómo se desarrollan sus oficios de cestería, alfarería, aperos de labranza, de creación de instrumentos de cuerda, así como el trabajo en caña. En vivo y directo un par de pastores enseñan a los escolares cómo se trasquila a las ovejas que tampoco han querido perderse la jarana.

"Los niños se integran perfectamente y se interesan mucho por la cultura canaria", asegura el presidente de la Orden del Cachorro. Y es que la de ayer no es la única actividad que realizan con los más pequeños, sino que "es el colofón" a todo un año en el que cada viernes, estudiantes de distintos centros educativos pasan por la sede para contribuir a la defensa y promoción de sus raíces. "Nosotros también hemos estado yendo a colegios de otros municipios gracias también al apoyo del Cabildo de Gran Canaria y de la Fedac", apostilla Guerra antes de unirse a la fiesta que tiene como broche final, ni más ni menos, que el baile de La Rama.

El casco histórico de la ciudad no es el único lugar en el que fiesta está asegurada. El barrio del ensanche de la capital, Arenales, también acoge alguna que otra verbena como la que tiene montada el CEIP Aguadulce, donde desde el jueves llevan de celebración gracias al sancocho que elaboraron con los productos del huerto escolar, y la simultánea de ajedrez en la que el inspector Jacinto Quevedo Sarmiento jugó contra una quincena de niños.

En el patio del colegio, donde se congretan padres y familiares de los chicos, no faltan detalles y por tener tienen hasta ventorillos y la turronera La Moyera. Y es que todo está mimado para que luzcan las actuaciones que van a realizar los 383 alumnos, después de deleitar el paladar con bocadillos de chorizo de Teror, helados y ambrosías. Los más chiquitines, los alumnos de infantil, son los primeros en demostrar su talento. Tras ellos, el resto de compañeros de Educación Primaria danzan al son de canciones tradicionales como La carraqueña o Vete a lavar morena. Uno de los danzarines de este último tema es Steven Ramos. A sus nueve años asegura que han ensayado mucho y que se lo han pasado mejor preparando su puesta en escena. "Este es un día muy bonito para recordar cosas de nuestra Isla", asegura.

Como viene siendo ya una costumbre, este año también han hecho un guiño a otra isla. En esta ocasión, ha sido El Hierro cuyo colorido baile de la bajada de la Virgen de los Reyes dejó boquiabiertos a los presentes. Pero no solo hay coreografías preparadas para celebrar el Día de Canarias. También hubo cante en directo por parte de los estudiantes más mayores. María Comfort Romero y Daniel Martín, por ejemplo, fueron dos de los solistas en la canción de El baile de la berlina. Para ambos, que cursan 5º de EP, la festividad es muy importante y especial en el que, sobre todo, disfrutan de las actuaciones de todos sus compañeros. "Y descubres los bailes de la Isla", señala el joven de diez años.