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Entrevista con el presidente del Gobierno de Canarias

"El Gobierno se metió erróneamente en el conflicto del Oasis"

El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, considera que la tasa de desempleo en Canarias se baja generando actividad económica

Fernando Clavijo Batlle. Andrés Cruz

Sumamos varios años de récord en la llegada de turistas. ¿Cuánto podemos seguir creciendo? ¿Dónde está el límite?

El límite está puesto en los planes territoriales insulares, que son los que definen el número de camas. Los que están hechos hablan de que, aproximadamente, con las leyes actuales, se podrían construir en Canarias unas 250.000 camas más. Con lo cual el límite está fijado por los cabildos en sus planes territoriales. Luego está la oferta, la demanda y la capacidad que tenga el territorio de sostener toda esa masa turística. Pero nosotros ahora en el Gobierno estamos más preocupados no por el crecimiento cuantitativo, que es importante, sino por el cualitativo. Que vengan turistas, pero que estén más noches y tengan mayor poder adquisitivo, porque es lo que tira de la economía.

¿Cómo percibe el conflicto del Oasis? ¿Es una pelea entre hoteleros?

Es un problema generado por falta de diálogo, que ahora mismo hay intención de resolver. El proyecto de RIU ha sido modificado, de tal forma que se adecúa más al entorno y con ello esa judialización que se ha hecho de las licencias puede ser solucionada por parte de los empresarios. Es evidente que hay un conflicto empresarial pero también institucional en el que el Gobierno se metió, a mi modo de ver, erróneamente. Lo que ha hecho el Gobierno es este momento es dejarlo en manos del Cabildo.

¿Cómo se baja la tasa de desempleo en Canarias?

Pues generando actividad económica.

¿Cómo?

Facilitando, entre otras cosas, que la actividad económica se desarrolle en nuestro suelo. Canarias tiene un montón de problemas pero uno de ellos es que su economía está altamente terciarizada, con lo cual tenemos la mayor parte del empleo, el 87%, basado en el sector servicios. Ese un sector con salarios bajos, y de ahí se deriva que tengamos los salarios más bajos de España o de Europa y que, como se cotiza menos, las pensiones sean las más bajas de España o de Europa. Es una economía débil, frágil. Si queremos que el Producto Interior Bruto crezca hay que ir más hacia la construcción, la industria y el sector primario. Lograrlo sería fantástico, pero es imposible con unas leyes que impiden que haya suelo industrial para desarrollar la industria, que impiden que se rehabilite sin consumir más suelo; unas leyes que obligan a cada pobre agricultor que quiera cambiar el riego a pedir dos licencias: la de calificación industrial y la licencia del ayuntamiento. Modificar la ley del suelo y desatascar ese nudo -que lo vamos a desatascar en aspectos básicos, no en su totalidad- va a propiciar que aquel que quiera poner una industria tenga suelo y pueda obtener licencia sin esperar seis años; que un agricultor, que no tiene dinero ni capacidad para contratar a un abogado urbanista, un ingeniero agrónomo o dos arquitectos y quiere hacer un invernadero, lo pueda hacer de manera simple; y vamos a propiciar, por ejemplo, que se renueven las áreas urbanas introduciendo mecanismos de gestión del suelo urbano-consolidado. Si sacamos la ley del suelo de aquí a final de año, que es la esperanza que nosotros tenemos, a lo largo de 2017 se podrán ir haciendo las distintas modificaciones y recogeremos los frutos en el 18. La nueva ley podrá tirar del empleo. En el último año la industria ha creado 5.000 puestos de trabajo y tenemos capacidad para crear entre 15.000 o 20.000 puestos de trabajo más.

Siempre se ha dicho que la capacidad de desarrollo de la industria en Canarias es muy limitada.

Pero por dos cuestiones. Porque el REF nunca ha dado a la industria las compensaciones adecuadas y porque tampoco ha tenido facilidad para obtener suelo.

No es fácil exportar los productos desde las islas.

Aprobando los aspectos económicos del REF sí. ¿Puede entrar el 93% de todo lo que comemos y no podemos exportar? ¿Hay ayudas para entrar y no para salir? Con las compensaciones adecuadas claro que lo podremos hacer.

¿La negativa a la regasificadora en Gran Canaria va a ser un retraso para el desarrollo de la Isla?

Claramente le va a restar mucha competitividad a la economía de Gran Canaria. No va a tener acceso a una energía que es más barata y menos contaminante, y eso cuando muchas de las reformas energéticas que se van a ir haciendo en los hoteles tienen que ver con el gas. Con la regasificadora en Tenerife tendrán que ir de Gran Canaria a Tenerife para suministrase. Además, la Unión Europea ya está hablando de que, para evitar vertidos, gran parte de los buques vaya con gas, no con fueoil. Con lo cual el punto estratégico, al que se unen unos astilleros potentes, no va a estar en Gran Canaria sino en Tenerife. Nosotros como Gobierno tenemos clara nuestra estrategia energética, que es apostar por el gas como energía de transición hacia la cien por cien renovable. Es más barata, más eficiente y menos contaminante.

¿Y no es más fácil tomar decisiones pensando en Canarias como región que no dejando a los cabildos que decidan cada uno lo que tiene que hacer?

No, porque Canarias es la suma de ocho realidades.

Pero tendría que avanzar como si fuera una sola.

Bueno, no. Es complicado poner a Lanzarote y el Hierro a avanzar iguales. Es que no puedes.

Bueno, equilibrando.

Claro, ese es el matiz. El modelo económico, energético y de crecimiento de una isla no puede ser el de la de otra. Con lo cual esto es un mosaico de realidades. La ventaja es que si conseguimos encajar las piezas del puzzle bien, con diálogo y entendimiento, el resultado es mayor que la suma de las partes. Eso es lo que estamos intentando, pero desde el respecto a la autoridad, en este caso, insular.

Creo que sus antecesores no tenían tantos miramientos con la autoridad insular.

Y fíjese la realidad que estamos pagando hoy en día por eso...

¿Cree que en este primer año se ha quitado ya de encima la imagen de papafrita?

No (risas). No, yo creo que no, porque siempre hay gente que te quiere colocar etiquetas. Me han puesto muchas etiquetas a lo largo del tiempo, afortunadamente todas se han ido desmintiendo, menos la de papafrita (risas). Tampoco me preocupa. No tengo la aspiración de ser un gran estadista. No lo soy, además. Soy un pibe normal y corriente. Me preocupa más el resultado de cómo van las cosas. En eso soy un obseso. Todas las semanas pido los datos... , recaudación, PIB, consumo de cemento, índices sociales, pobreza, venta de vehículos,... para ir conectándolos y ver cómo va evolucionando todo. Porque a veces nos creamos nuestra propia burbuja, que es algo de lo que yo intento huir todo lo que puedo y más, y acabas pensando que tu realidad es la realidad de Canarias. Entonces, estoy continuamente pidiendo datos. Eso me pone los pies en tierra.

¿Cómo va la relación con el PSOE dentro del Gobierno?

Bien. La relación es buena. Los problemas donde surgen es en los municipios, pero es normal. Se denuncian unos a otros, se insultan en los plenos... Cuando afecta a la relación personal es complicado que el pacto no sufra. Luego también hay intereses dentro de cada partido, movimientos internos que quieren fastidiar para debilitar... Pero en el Gobierno no hay problema.

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